¿Cómo surgió la idea?

Hace cosa de un año Álvaro se levantó un día de la cama con un extraño dolor de cabeza. Se trataba de una molestia sorda, en el fondo de la cabeza que le impedía concentrarse. Se sentaba en una silla e invariablemente su mente se ponía divagar y soñar despierto con espacios abiertos y bicicletas.

Varios días y unas cuantas aspirinas después la extraña jaqueca fue in crescendo en días sucesivos así que, ya desesperado, decidió acudir al médico de cabecera que le tomó las constantes vitales, le auscultó con cariño, se tiró un buen rato completando su historia médica después de 10 años sin acudir a la consulta y por fin llegó a una conclusión: “sr. Martín, ¿no será que está usted pensando en dar la vuelta al mundo en bicicleta?”

“Bueno doctor tuve la idea loca cuando era más joven pero ya lo había descartado, ¿cómo lo ha sabido?”, dijo Álvaro.

“Es que yo creo que su dolor de cabeza va a ser un sueño de la infancia mal curado. Estas cosas solo se solucionan lanzándose a la piscina así que mejor que hable con su chica y piensen algo”, respondió el doctor.

Por no hacerle un feo al médico Álvaro se armó de valor y soltó la bomba en medio de la cena. “Cariño, dice el doctor que esto de los sueños de la infancia no tiene cura, que lo único que podemos hacer es salir a dar pedales”, terminó.

La cuchara de Alicia se quedó petrificada a tres centímetros de la sopa de fideos durante un rato y entonces soltó algo que Álvaro no esperaba: “vale, pero compramos una tienda de campaña nueva que la nuestra ya tiene una gotera y puedo comer todo el chocolate que quiera”.

Así que esperamos que entendáis: esto es no es trabajo ni placer, sino una cuestión de salud ¡NOS VAMOS DE VIAJE!