http://www.bikemap.net/route/1595433?133784878288055#lat=40.733443823178&lng=6.6182513623046&zoom=7&maptype=ts_terrain
Esta es la octava y penúltima etapa, la que me llevará a Fertilia, donde ya sabia que existia un albergue de juventud que me daria cobijo al llegar al final y al lado mismo de Alghero, no sin antes recorrer los 60 kms que me separaban ni sin visitar quizá uno de los lugares más hermosos de Cerdeña, la zona de costa de Torre Argentina, una antigua colada de lava modelada por el mar, algo relamente espectacular. El acceso se hace por un camino privado previo pago de 1 euro para las bicis. Es un area para campers, quizá se pudiera acampar también de forma discreta.De aquí hasta Alghuero no encuentro ningún punto donde coger agua, la situación se hace lo suficiente insostenible para que viendo una furgoneta con matrícula española(la única en todo el recorrido) me acerque a ella viendo que se detiene más allá. Quien conduce es un joven rumano que me ofrece una botella entera de litro y medio sin querer para nada que se la pague, no puedo más que agradecérselo sinceramente.Se queda estupefacto viendo como delante suyo ingiero más de la botella de agua y es que el calor se ha hecho notar bastante esta mañana. Gracias amigo. Más tarde jllego a un chiringuito de playa pero está cerrado y la cerveza tendrá que esperar mientras contemplo el vuelo de los parapentes que parten del Monteleone. Al rato llego a Alghero cuya vista me resulta familiar. Paso por la fachada marítima y amurallada del casco antiguo y me dispongo a hacer un helado. Espero mi turno en el tercer puesto mirando de sur a norte y antes de decir nada el joven que sirve los helados se gira y me dice en italiano "tú has estado aquí antes". Es Giovanni que me reconoce años después de haber estado allí, un tipo estupendo, gran aficionado al ciclismo, me muestra su Dahon totalmente transformada en un minimalista aparato ligerísimo donde el carbono reluce espléndido.La pruebo, casi me mato. Nada que ver esa pluma con mi mastodóntica cicloviajera cargada. Conozco a su compañera Sabina, encantadora, hermosa como un amanecer , ciclista también y sus dos diabolini, Giulio y Diego. Un reencuentro realmente emotivo.
Prosigo mi camino hasta Fertilia en pos del albergue pero el destino hace que pregunte a un par de jóvenes por él, son también turistas y buscan alojamiento, hablamos justo delante de una señora que arregla un jardín, nos oye y nos hace pasar, nos dice que ella tiene alojamiento, que es un antiguo Ostello de Gioventú y ahora reconvertido en un bed&breakfast.Es Margherita . Me pide25 euros por cada noche y me quedo, me gusta el lugar.