Como recomendación os diría que, si hacéis este viaje en autosuficiencia, contad con que los horarios de los super son diferentes a España, aquí cierran a las 8 de lunes a viernes y a las 6 los sábados, y en los pueblecitos cierran los super al medio día. Conocer estos datos ayudan a planificar mejor las etapas para poder comprar la comida y no quedarte sin poder comer o cenar. A nosotros nos pasó en Linz, donde llegamos un sábado por la tarde, y ya estaba todo cerrado. Afortunadamente en las gasolineras venden algunos productos de alimentación, eso si, mucho mas caros que en el super.
En Linz nos quedamos para hacer un poco de turismo, pero al poco rato de estar paseando por la ciudad, el cuerpo ya nos pedía salir a pedalear y es que, el viaje está en el camino por recorrer mas que en los destinos por ver. Ese fue uno de nuestros debates nocturnos, éramos turistas?
Llevábamos algunos libros para los momentos de descanso, yo en particular me leí el diario de Ana Frank, que me impactó, y mas cuando fuimos a visitar el campo de Mauthausem. Me ponía la piel de gallina pensar que allí habían asesinado a gente por unas ideas políticas, o simplemente por pertenecer a otra raza.
A propósito de llevar libros, ahora me pongo a pensar y me gustaba contarle al resto de mis hermanos lo que iba leyendo, y como ellos se interesaban y hacían preguntas. Luego con papa establecíamos debates de como había sido posible el holocausto y cosas así. Me pareció especialmente interesante cuando comentamos el
experimento de la cárcel de Stanford (os dejo un link por si alguien quiere leer más).
Cada uno de nosotros llevábamos algo con lo que entretenernos, Mi hermano pequeño se empapó de acontecimientos históricos y me hacía gracia cuando papa le preguntó en una ocasión: "¿Javi, como se llamaban los guerreros griegos? Respuesta: Hoplitas. Y por qué se llamaban así? Porque llevaban un escudo grande que se llamaba hoplón" Esto nos ha quedado a todos grabado, al igual que muchas otras cosas, y a mi en particular, estudiante universitaria, me hace pensar en la educación que estamos recibiendo en nuestro sistema educativo. Pero esto ya sería para otro debate.

En la ruta del Danubio se va saltando de una orilla a la otra y hay que decidir en función de las necesidades para comprar alimentos y algo muy importante, llenar nuestras botellas de agua. Esto era especialmente necesario ya que durante el día hacía mucho calor y no en todos los pueblos hay fuentes donde avituallarse, así que cuando veíamos una, llenábamos todas las botellas y la bolsa de agua. Pensad que agua para 5 no solo para beber, si no para cocinar es una cantidad considerable. En total creo que llevábamos sobre 8 botellas de litro y medio y una bolsa con capacidad para 10 litros, pero que no siempre llevábamos llena.
Como os comenté antes, en el río aprovechábamos para lavar la ropa, que hacíamos cada tarde, de tal forma no fue necesario llevar mucha ropa. Lo gracioso era al día siguiente, cuando colocábamos la ropa que no se había secado sobre las alforjas y la llevábamos colgando.