Como prometí a Pau, primera parte de la crónica. El resto y
las fotos, vienen después.
Un día tuve en mis manos una crónica de mtb de una ruta por
la Garrotxa. Tanto el nombre, con la foto que acompañaba al artículo, llamaron
mi atención. ¿Y por qué no? me dije. Acción:
buscar unos cuantos días seguidos libres, posibles rutas, alojamiento y manta y
carretera, y así fue.
Pero en el camino se interpuso Pau, que tengo que darle las
gracias una y otra vez, porque con su “hot points”, hicieron que el viaje fuera
maravilloso y quedara enamorada de un entorno y unas gentes estupendas.
Después de un largo viaje desde Madrid, en el cual, a la
altura de Guadalajara un pajarraco negro impactó contra la luna frontal del
coche………¡qué susto! nada roto, yo dominé el coche y respiré hondo…..y seguimos
camino. Llegué el camping ecológico Lava, entre Olot y Santa Pau. Estrenaba mi
nueva casita monoplaza, ¿cómo se comportaría con la lluvía? ¿el viento?.
Veremos.
Me merecía una cena estupenda: Una ensalada de brotes,
croquetas de diferentes sabores, de postre el yogurt natural de la famosa
Fageda y una infusión de hinojo, todo ello acompañado de hibiscus. Nada más comenzar,
tenía claro que las dos noches restantes iba a cenar aquí para probar toda la
carta. Casero, ecológico y de una calidad excelente. A dormir, que la
temperatura ha bajado estrepitosamente hasta los 2 grados…¡horror!
Amaneció un día espectacular, una ducha calentita, un
desayuno con los rayos de sol sobre mi espalda…….ah, por cierto, la tienda
fantástica, hasta puede ser biplaza, si uno se arrejunta un poco, el inconveniente…..qué
condensa mucho al no tener doble techo….pero me encanta el minichalet. Todo
listo para empezar la ruta, encendemos gps para cargar la ruta que me había
hecho moverme hasta allí……………¡horror!, mi cara de espanto al ver que en el gps
sólo aparecían 4 rutas y ninguna la que necesitaba, apago, enciendo, apago,
enciendo..…….como si esas acciones nerviosas fueran a devolverme la ruta, ¿será
que lo habré resteado?. Lo único que se
me ocurre es que en recepción del camping tengan un mapa o sepan una ruta parecida,
les cuento lo que quiero hacer, me dan unas indicaciones más o menos, y con las
indicaciones extras que me había dado Pau……me lanzo, si llego estupendo, si no,
ya volveré en otra ocasión. Empiezo a
descender estrepitosamente (si, ¿sabes lo que significa eso?, que cuando
regrese por la tarde tendré que subir y subir y subir), me voy encontrando
muchos ciclistas de carretera. Chicas, este es el paraíso de los cuerpos
masculinos ciclistas!!!!, ¡qué piernas fibrosas!. Me detengo repentinamente en
lo que parece que es una carrera, si es una carrera. Me pongo a hablar con el
gestiona el tráfico en ese punto y es un homenaje a un triatleta que falleció
el año pasado entrenando en bici. Tuve
la suerte, que el corte fue en el paraje "El Sallent", sino, creo que
me lo hubiera saltado, me gusta tanto bajar, que hubiese pasado desapercibido.
Aprovecho para charlar un rato con él, preguntarle por la
ruta, y mientras van pasando minipelotones de ciclistas y con mossos por
delante y por detrás. Me deja pasar cuando han pasado el grueso de los
pelotones, pero por favor que vaya con mucho cuidado porque yo voy en sentido
contrario a ellos, no querríamos un accidente.
Desde el Sallent al Torn, me enamoró ese trocito, qué
remanso de paz, de luz, de energía. Pero aquí empezaron mis problemas: fui
siguiendo un GR que cada vez fue estrechándose más y más, hasta el punto en el
que por eso camino creo que no habrían pasado personas desde la primavera
pasada, una densidad de vegetación increíble…intento buscar la ruta con el
móvil, la cobertura va y viene, intento hacerme con wikiloc de pago, no me
acepta la clave del mail…la batería del móvil se agota…..hay que tomar una decisión
rápido, o busco una ruta “b” o nos damos un paseo por la carretera hasta
Banyoles, las horas que son se me está pasando el tiempo mirando la pantalla de
un móvil. Opto por intentar buscar el camino a través de las montañas…y olé,
detrás de la plaza del pueblo, que había pasado por ella varias veces, encontré
lo que podría ser….empecé a subir, y subir y subir, y curvita por aquí y
curvita por allí…..tenía muy buena pinta hasta que en un crucé encontré la
señal que me indicaba que iba por el buen camino: una flecha de madera en el
que se leía: Besalú 11km. Yupiii¡¡¡¡¡ Y ya solo queda bajar……………..qué
preciosidad, la vegetación, el río, el ruido de los pájaros, una iglesia por
aquí, una pista por allí….según iba avanzando, me iba maravillando con lo que
lo encontraba, y sobre todo, la satisfacción de no haber tirado la toalla. Umh…
creo que he perdido las gafas de sol, no sé si ha sido en la subida, en la
bajada….pero no voy a volver a buscarlas.
Llegué a Besalú, precioso enclave. Tomé mi pic-nic en una área
acondicionada debajo del puente. Paseé por el pueblo y rumbo de nuevo a Santa
Pau. Si encuentro el camino circular perfecto, sino……hasta Banyoles,
improvisación. Y así fue, ruta por el lago, me paré un ratito a ver unas
regatas. Parroquia Santa María de Porqueres. Rumbo a Santa Pau por la
carretera, me desvié hasta el Collell, y a mitad de camino encontré un puente
románico del S XII, precioso, no sería en ese momento cuando le hice foto, pero
sabía que iba a volver a pasar por allí, así que tenía la oportunidad de
recrearme yo sola con el puente. Preciosa ruta hasta Sta María del Collell, aquí
se sucedieron los hechos que se narran en “Soldados de Salamina” (tip de Pau).
Y acabé en el Torn, el Sallent y cómo no…subida y subida con viento en contra
hasta el Camping Lava.
Ducha reconfortante, y cena: Crema de calabaza, hamburguesa
vegetariana y el resto ya nos lo sabemos. La recepcionista se interesó por la
ruta y cómo me había ido. Sigo pensando, que un trato excepcional de todos los
trabajadores del camping.
Cuando me voy a dormir, encuentro en el coche que la ventanilla trasera
del copiloto está bajada, parece que se ha roto otra vez el mecanismo. ¿Qué me
querrá decir el destino?
No lo sé, pero he disfrutado tanto que nada puede borrar esa
sensación.