El día comienza bajando el río Mesa hasta el embalse de la Tranquera, un pequeño mar en este árido terreno.
La carretera nos lleva a Ateca, lugar donde llenamos las alforjas y el estómago.
A partir de aquí la ruta nos invita a acompañar el río Manuecos, en todo su recorrido, lleno de frutales de todo tipo, haciendo el deleite de los golosos. Jajaja!!!
Pueblos vistosos como Moros, Villalengua, Torrijo, Bijuesca, Berdejo..., territorio de castillos.
Torrelapaja en el límite con Soria, nos despide de Aragón. Un antiguo lavadero con agua fresquísima nos acogió para pasar la noche, la Luna y las estrellas fueron las reinas.


Iniciamos el día, con cierta incertidumbre, sobre que ruta seguir. El pronóstico del tiempo para los días venideros no es nada halagüeño, hoy el tiempo nos acompaña y decidimos seguir por la ruta más rápida, pero más ruidosa.
Nos presentamos en Ágreda, a la hora de comer y nos dimos un pequeño homenaje.
Las predicciones no son buenas y la ruta que teníamos pensada se ve seriamente afectada. Así que decidimos realizar cambios.
En rápida bajada por la N-113 hasta Cintruénigo, donde nos desviados a Cascante. Y de allí nos acercamos a Tudela, en busca de alternativas y dónde pasar la noche.
Tras una reconfortante cerveza y después de consultar en Renfe sobre que trenes tenemos, conseguimos alojamiento en el albergue.
Tras madrugar cogimos un tren hasta Altsasu, después del almuerzo y con una lluvia persistente, que obliga a protegernos y abrigarnos iniciamos la última etapa.
El paso por Otzaurte, Zegama y Segura, se hizo húmeda.
En Beasain nos respeto el tiempo, que nos acompaña hasta Alegría, donde decidimos darnos un homenaje. Vuelve a llover, así que cogemos el comodín del tren.
Las retiradas a tiempo son batallas ganadas y creo que acertamos.
Hemos disfrutado a cada km. con la diversidad de paisajes, el contacto con la gente ha sido mínimo, debido a las circunstancias, una verdadera pena, pero es lo que nos ha tocado vivir.
El Moncayo lo hemos tenido siempre presente, el viento y sus cuatro vertientes nos han acompañado, como un faro en nuestra ruta.