Sí, las vistas son espectaculares. Esta enorme mole pétrea tan cerca del mar, a escasos kilómetros del delta del Ebro y de su curso bajo, no lejos de otras unidades orográficas como el Montsià y la serra de Godall hacia la costa, puente hacia las alturas interiores del Maestrazgo.Su ubicación entre tierras valencianas, catalanas y aragonesas , su tradicional aislamiento, "demasiado" lejos de las grandes ciudades le confieren un aire misterioso, indómito, casi salvaje.
Pero bueno, yo a lo mío. Una vez instalado en mi habitación en la casa rural de Fredes que está vinculada al restaurante-bar La Taberna
http://www.minube.com/rincon/restaurante-la-taberna-a671431 duchado y con la camiseta lavada secándose encima del radiador, ceno la fruta y una pasta, regalo de los senderistas que conocí donde había comido. La importante oscilación térmica entre el dia y la noche es notoria...que no, que no me muevo, que me quedo calentito en la cama, que la vida social en Fredes lo dejo para otra ocasión (todos los habitantes presentes en el pueblo están en el bar, no debe haber más de 7 u 8 personas. Me intranquiliza no poder hablar con los míos al no tener nada de cobertura telefónica, pero duermo como un bebé.
Despierto antes de las ocho y a través de la ventana puedo ver un tejado, unos árboles y retazos de un paisaje que me inspira una tranquilidad fuera de lo común.Recojo mis escasos bártulos y me voy a desayunar.Los 25 euros de la habitación incluyen un desayuno opulento que incluye una deliciosa mermelada de calabaza, casera, según me cuenta Núria.El desayuno delicioso y la compañía de Núria mejor aún pero debo continuar y me acompaña hasta el garaje donde amablemente me guardó la bici. Me fijo en la casa de al lado, antigua, poco cuidada pero con el tejado totalmente nuevo, sin duda esperando su restauración. Mi curiosidad es captada por Núria, que me dice, ¡Esta casa tiene historia! ¿Historia? Cuenta, cuenta!
continuará...