Tribus ciclistas: el pelmazo

Hubo una época en la que me gustaba apuntarme a marchas cicloturistas, me motivaban e hice un montón, pero desde hace años, desde que se hicieron tan competitivas y tan «extrem», dejaron de interesarme por completo. Sólo hay una a la que, más de viente años después de la primera vez, sigo fiel: la Bilbao-Bilbao. Porque es muy divertido rodar una vez al año entre miles de ciclistas de todo tipo y condición (más de 8000 nos juntamos el domingo), sin la preocupación de si llegaré fuera de control, ya que las salidas son escalonadas y todo el mundo puede ir a su ritmo. Es una marcha en la que siempre pasan cosas graciosas de forma que mi chico se ha enganchado tanto a ella que, desde que la hizo por primera vez hace ya doce años, tampoco se ha perdido ni una. Allí siempre te encuentras a gente interesante. Este año, por ejemplo, coincidimos un ratito con Carlos-Bi, ¡qué ilusión me hizo! A pesar de no ir con las plegables nos reconoció gracias a los maillots de BiciBiziVici. En el avituallamiento nos separamos y ya no volvimos a coincidir con él, creo que pensaba volver a casa dando un rodeo por Guadalajara Pero además de encontrarte a gente interesante también te puedes topar con pelmazos, como nos pasó ayer en la segunda parte de la ruta. Se trata de un cicloturista, creo que de Madrid, al que conocí en un foro de ciclismo hace más de diez años, foro al que se puede decir que no entro desde que estoy aquí, en Rodadas. Y sí, ya por aquél entonces le tenía por un pelma. Era el típico que no hacía más que “copia-pegas” enormes con todas las noticias imaginables, vamos, que cada día te podías evitar leer el periódico, pero teniendo en cuenta que aquello era un foro de ciclismo, pues como que no venía a cuento, ¡era insufrible! El caso es que, no sé por qué, yo le resultaba simpática y siempre me trataba con mucho cariño (a pesar de que no me cortaba a la hora de decirle que era un pelma, jajaja). Pues bien, poco después del avituallamiento me adelanta uno, se me queda mirando y me dice:

– ¿Oye, tú eres de Pamplona?

– Sí…

– ¿No serás “irunea”? (mi nick en aquel foro)

– Pues sí -le contesté sorprendida ya que no uso ese nick desde hace muchos años.

– ¡Anda, pero si es Amayita! ¿No sabes quién soy?

Me devané los sesos pensando quién podía ser ese carrocilla que se dirigía a mí con un “Amayita” y enseguida temí lo peor, “Fulanito”, su nick en el foro (el nick es inventado, se dice el pecado pero no el pecador, jejeje). ¡Efectivamente, era él! 

-¡Hombre, Fulanito, claro que me acuerdo de ti! (vaya si me acordaba…)

A partir de entonces fue como si le hubieran dado cuerda, no hizo durante el resto de la marcha más que hablar a voz en grito (le oía todo el pelotón), meterse conmigo, meterse con Quimet, contarnos batallitas, darme lecciones de conducción sobre la bici, y demostrarme que sabe más de Bilbao que los bilbaínos, más de Barcelona que los catalanes, más de Marruecos que los marroquíes y más de Francia que los franceses, madre mía, ¡qué pelmazo! Continuamente nos descolgábamos Quimet y yo para ver si nos lo quitábamos de encima, tantas como él se quedó a esperarnos y darnos sabios consejos 😆  Llegué a temer que nos iba a acompañar hasta casa de mi hermana en Bilbao… El caso es que él es un perro viejo acostumbrado a las brevets, y tiene más cuerda que el conejito de Duracell. Ahora me da mucha risa, pero durante la marcha cada vez que le veíamos con su conjunto chillón y su casco rojo esperándonos en la lejanía yo miraba al cielo, luego miraba a Quim y le decía, “ya le tenemos aquí”, jajaja. Os dejo un ejemplo de la conversación-tipo que tuvimos que aguantarle durante tres horas (sus palabras las pongo con mayúsculas porque, como os he dicho, más que hablar gritaba):

-¡VENGA, AMAYITA, METE LA CABEZA EN EL MANILLAR, QUE IRÁS MÁS AERODINÁMICA Y BAJARÁS MÁS RÁPIDO!

-Tú déjame a mí, que voy a mi ritmo y tranquila.

-¡VENGA, QUIMIIIIII!

-Quim, se llama Quim…

-¡VENGA, QUIM, QUE TE ESTÁS HACIENDO VIEJO! PIIIIIIIIIIIIIIIIIIII… (sí, además llevaba silbato…).

-TRANQUILA, AHORA VIENE UNA CUESTECILLA Y YA SÓLO QUEDARÁ EL PUERTO FINAL.

-Sí, sí, si me conozco de memoria el recorrido, lo he hecho más de veinte veces…

-CUIDADO EN MUNGUÍA, QUE HAY UNA ZONA BASTANTE ESTROPEADA, Y LUEGO UNAS RECTAS EN LAS QUE LA GENTE CORRE MUCHO.

-¿Te he dicho que he hecho más de veinte años la Bilbao-Bilbao?

-¡AH, ENTONCES YA SABES DE QUÉ VA ESTO!

-Sí, más o menos…

-¡PIIIIIIIIIIIII!

-Al final, tanto hablar, se te irá la fuerza por la boca y te entrará la pájara en Morga (el puerto final, el más duro de la ruta).

-SÍ, ESO ME DICEN LOS DE MI PEÑA, QUE SE ME VA LA FUERZA POR LA BOCA, PERO NUNCA CONSIGUEN DESCOLGARME, JAJAJA… ¡PIIIIIIIIIII! VOY A HACER UNA SERIE.

Y salió escopeteado hacia delante, solté un “¡qué pesado, por Dios!” que me salió del alma y los que estaban al lado se rieron porque, obviamente, todos pensaban lo mismo. Le comenté a Quimet que por fin nos habíamos librado de él hasta que, unos minutos después, se descolgó para esperarnos.

-Voy a parar a hacer un pis (creí, ingenua de mí, que eso serviría para que siguiera su camino).

-NO TE PREOCUPES, YA TE ESPERO.

-No, ya le espero yo (dijo Quim, mi chico).

-BUENO, PUES LE ESPERAMOS LOS DOS…

-¡VENGA, HOMBRE, QUÉ COBARDICAS, QUÉ DESPACIO BAJÁIS, MÁS VALE QUE ESTOY AQUÍ PARA ESPOLEAROS! AHORA LLEGAN LAS PRIMERAS RAMPAS DE MORGA, PERO NO OS PREOCUPÉIS, NO SON NADA DEL OTRO MUNDO. POR CIERTO, ¿QUÉ HACES TÚ CON UN CATALÁN?

-Ya ves, cosas de la vida…

-¿Y ÉL TE HABLA EN CATALÁN?

-Claro, y yo a él, jo parlo català perfectament…

-ANDA YA, VENGA QUIM, CORRÍGELE, QUE ESE “PERFECTAMENT” LO HA DICHO DE PENA, QUE YO TRABAJÉ EN MATARÓ Y SÉ DE QUÉ HABLO, Y ÉSTA NO TIENE ACENTO CATALÁN.

-Venga ya, me vas a dar tú lecciones de catalán…

-ANDA ÉSTA, MIRA CÓMO SUBE, YO ME DESCUELGO A VER SI ENCUENTRO AL RECLINADO 

El “reclinado” era otro ciclista que iba en una bici reclinada (valga la redundancia) y que, a pesar de no conocer de nada a Fulanito, tuvo que aguantar muchas de sus bromas. Al menos a nosotros nos sirvió de desahogo, jajaja. El caso es que subimos Morga más rápidos que él y utilizó la excusa de esperar al “reclinado” para descolgarse. Al llegar al alto paramos para comer una barrita y al minuto… allí estaba él…

-¡AH, BUENO, YA PENSABA QUE NO ME IBAIS A ESPERAR! TRANQUILOS QUE AHORA TODO ES BAJADA. METED LA CABEZA EN EL MANILLAR Y A VER SI BAJÁIS MÁS RÁPIDO.

-¡VENGA, QUE ME HA DADO TIEMPO HASTA DE PARAR A MEAR MIENTRAS OS ESPERABA, QUÉ LENTO BAJÁIS!

-PÉGATE, PÉGATE A ESE PELOTÓN, NO TENGAS MIEDO.

-No te preocupes por mí, sé andar en pelotón, pero no me apetece ir a toda leche.

-VENGA, PUES PÉGATE A MÍ, QUE OS LLEVO HASTA BILBAO.

Yo le miraba a Quimet, al que la situación le hacía más gracia que a mí, y le imploraba con la mirada una solución para perderle de vista de una puñetera vez. Pero era imposible.

– MIRAD, ESTA SALIDA DE LA AUTOVÍA ES NUEVA, DE ESTE AÑO.

-¿VEIS ESA CARRETERA?, POR ALLÍ PODÉIS IR HASTA BASAURI.

-AQUÍ, TRAS ESTE PASO SUBTERRÁNEO HAY UN RADAR DE 50.

-LOS RADARES AQUÍ SON VERDES FOSFORITO.

-Sí, lo sé, igual que en Navarra.

-¿VES? ALLÍ ESTÁ LA SEÑAL DE 50.

-¿VES? VERDE FOSFORITO. POR AQUÍ TODOS LOS RADARES SON VERDE FOSFORITO.

-AHORA TAN SÓLO QUEDA LA SUBIDA A BEGOÑA.

-Sí, la conocemos.

-EMPIEZA LA SUBIDA A BEGOÑA, PERO NO OS PREOCUPÉIS, ES CORTA.

-CUANDO CRUCEMOS EL PUENTE YA NOS PLANTAREMOS EN LA GRAN VÍA.

Efectivamente, nos plantamos en la Gran Vía y antes de pasar por meta nos paramos a saludar a la family que, al menos para mí, resultaron ser como un oasis que nos permitió separarnos por un momento de nuestra grata compañía. Sólo por un momento, porque tras la meta se paró a esperarnos, jajajaja. 

En fin, que si alguna vez tengo que hacer una tesis sobre las tribus ciclistas, para la de «el ciclista pelmazo» me inspiraré en él, en Fulanito, sin mala intención porque es buena gente pero, buffffff, ¡qué pelmazo!