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Tener mucho es un problema

  • Este debate tiene 62 respuestas, 18 mensajes y ha sido actualizado por última vez el hace 1 año, 11 meses por X.
X
Participante
X
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Me identifico mucho con estos parrafos:
Dandy
«Son pocos los que rompen con todo y se dedican a viajar , por

ejemplo o a emborracharse bajo un puente si es ese su sueño, pero pienso

que en general damos demasiada importancia al hecho de «la felicidad» y

los grandes sueños cuando la felicidad puede estar en cualquier otro

sitio. Lo suyo es mas bien en mi opinión vivir el día a día, no

obsesionarse demasiado con estos temas y sobretodo tener perspectiva.»

Evidentemente

todos queremos hacer cosas que nos apasionan, ilusionan o suponen un

desafío, no digo que no se puedan hacer, pero no creo que el propósito

de una vida sea hacer esto todo el tiempo a no ser que seas un gran

privilegiado, e incluso así a ratos te va a tocar cumplir con

obligaciones y cuestiones que no sean agradables.»

Yo veo bastante vacio que el sueño de tu vida sea emborracharte cada dia, o viajar cada dia, o hacer la ruta X o subir la montaña X o acostarme con la persona X. Todo eso, en el fonodo, no es mas que vanidad  :-) .Ademas muchas d eesas cosas no son tan dificiles de hacer, ni creo que conduzcan a la felicidad por si mismas.

danienbici
Participante
danienbici
Participante

Me encanta el  rumbo que va tomando este hilo, ahí van mis aportaciones:

Sobre si tener mucho es un problema, la relatividad de tener, poseer, o disponer de, cúanto es mucho según el contexto, como se comentaba, desde algun punto de vista, abrir el grifo y que salga agua, salir a la calle sin miedo de no volver, no pasar penurias por saber si nos vamos apoder alimentar el resto del mes, ya es mucho; desde otros puntos de vista, no. Recuerdo una conversación cuando la anterior crisis (la del ladrillo) con uno de mis jefes, que comentaba que ésto nos afectaba a todos, y que unos familiares, él juez y ella arquitecta, estaban muy afectados y habian tenido que prescindir de las clases de equitación y el campamento en EEUU de sus hijas, que me hizo ver que la valoración de los problemas y escaseces, depende del nivel socioeconómico y a fin de cuentas la realidad que viva cada uno o del entorno en el que vivas. Personalmente creo que tener mucho es un problema si lo percibes como un problema, y que realmente el problema para todos, es no tener nada, nada con que vestirte, con que alumbrarte y darte calor o nada para alimentar a tus hijos. Relativizando, entiendo que el mensaje de El Biciclown es una reformulación ingeniosa del clasico «vale más ser, que tener»,  peor lo veo más como un alegato contra el consumismo que como una filosofía de vida en si misma. Sobre el personaje, estoy con Sargantana y con X; me interesaba cuando era un viajero movido por ideales pero esta nueva etapa comercial, la respeto, pero no me seduce. Como decía el magnifico Krahe,
 «Pues nada más que eso me faltaba

Que tuviera que asirme a la chilaba
Del profeta Mahoma
Ni a tripa de Lutero, ni aún de Buda
Prefiero caminar con una duda
Que con un mal axioma».

No soy yo mucho de gurús ni de axiomas insoslayables. Sobre la búsqueda de la felicidad, creo que se ha convertido, como tantas otras cosas en un producto de marketing, más que un objetivo en sí mismo. Inmersos en la sociedad del ocio y el consumo, conseguir la tan ansiada felicidad es el objetivo mayúsculo hacia el que se tiene que encaminar toda acción, ya sea comprando un tremendo SUV, viajando por los confines del mundo, visitando esos lugares de los que tanto se habla/postea/publica (la razón del turismo de masas) y en resumen TENER. Personalmente, cuando era más joven si me «atormentaba» no poder viajar por el mundo sin destino ni duración determinada, empapándome de las culturas y con esa interpretación romántica del viaje. Pero no tenía medios ni tiempo para emprender algo así y pensaba que sería algo que haría más adelante, como un gran objetivo a cumplir. Hoy, cerca de salir de la cuarentena y con otra situación familiar y algo más de experiencia, busco la felicidad intentando hacer lo que me hace sentir feliz, e intentando transmitirlo y contagiarlo a los que quiero. Estoy con Triski en que la felicidad hay que buscarla día a día y momento a momento, y sobre todo hay que luchar por ella, por que la rutina y los mensajes alienantes y negativistas del entorno no nos desvíen del objetivo de valorar cada momento. Yo soy muy feliz viajando unos días en bici; (nunca he viajado mas de 15 seguidos) pero también me encanta salir al campo con mis hijos y enseñarles una puesta de Mantis religiosa, o que nos sorprenda una bandada de grullas migrando, o una buena conversación sobre lo que han estado haciendo hoy… me centro más en valorar lo que cada día me da. Con respecto a lo de que no es necesario acampar para ser un viajero, por supuesto que no, ¡pero es que a mí me gusta!, de hecho a veces, si no tengo tiempo para más y a nivel terapéutico, me echo al monte con la sola intención de dormir al raso; notar el frio en la cara de madrugada, la dureza del suelo y levantarme algo entumecido pero feliz de lo que veo alrededor, ¡me pone! (llamadme rarito, en este mundo tiene que haber de todo…) 
Lo de viajar, está sobrevalorado… me refiero a que, como artículo de consumo, los viajes son resultado de la mercantilización del ocio. La gente disfrutando del ocio en su propia casa o en su pueblo, o visitando a la familia, no produce tanto, (no gasta tanto), es interesante que viajen fuera, se desplacen lejos, se alojen, se alimenten, en síntesis, consuman. En la historia de la humanidad, jamás la especie humana ( al menos una parte de ella) ha tenido tanta presencia y movilidad geográfica, y eso, no es sostenible. ( en realidad, casi nada de lo que hacemos lo es, y ya lo estamos pagando).

Viajar, al fin es una más de las actividades que podemos hacer los humanos, y para mí, su valor depende más del enfoque del viaje , de la interacción con el entorno, de las reflexiones y el enriquecimiento emotivo e intelectual que eso produce en los que viajan, no tanto del destino o del grado de dificultad o exposición del propio viaje. Me sigue encantando viajar, pero he cambiado mi principal interes del «a donde» por el «cómo» e incluso por el «con quién» o «cuando», porque el momento personal tambien influye.   

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Dani, en mi opinion: Lo has bordado

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