Hola:
Aquí mi aporte:
Hombre con protusiones lumbares que soy, lo de tragarme un pozo y que me llegue la vibración hasta el cuero cabelludo, me destroza.
Y todo el tiempo no puede ir uno subiéndose a los pedales, así que alguna vez pasa.
Tengo dos bicis, una de paseo, eléctrica, que uso en este pueblo, tan lleno de cuestas que me da pereza usar la otra, una de trekking, que uso para viajes y para uso urbano en Madrid.
En las dos tengo tija amortiguada, de la barata, la de eje de sillín.
En la eléctrica le puse la del Decathlón, regulada blanda porque es una bici de paseo, de esas con sillín ancho donde uno va erguido y asentando las posaderas de pleno en él. Es un poco blandengue, pero las irregularidades del suelo y los pequeños pozos desaparecen por completo. Cuando se coge un pozo mayor, uno se bambolea un poquito, pero para una conducción urbana es perfecto.
En la híbrida, que uso para los viajes, la regulé suficientemente ajustada para que no notase blandeza alguna, no baja prácticamente nada cuando me siento. Funciona como una rígida. Si pillo un pozo fuerte o una piedra, ahí sí que actúa, salvándome las lumbares. Y algo suaviza las irregularidades del terreno, algo.
Si se ablanda, mejora la suavidad, no se notan tanto las piedrecillas, grietas en asfalto, etc., pero al coger pozos bambolea algo más. Cuestión de gustos.
Yo soy ciclista urbano, fundamentalmente. Y uso la bici para viajar.
Para viajar, endurezco; son muchas horas pedaleando y la blandeza no interesa.
Para ciudad, pongo algo más blando, para que las grietecillas, irregularidades, pasos por tapas de registro, rejas, etc., se note menos.
Con esto quiero decir que la regulación (y la lubricación) mejoran mucho el desempeño de este tipo de suspensiones, que no penalizan tanto en el peso, y cuestan menos.
Un saludo al personal.