¿Conspiraciones del “contubernio mercantilista”?... ¡sin ninguna duda!
¿Qué solo es una moda inútil?... ¡ni de coñas tomateras!
Actualmente, por las circunstancias de la vida voy con 26”... me equivoqué al comprar, la próxima obviamente será 700, tengo conocidos “bebeteros” de pro, que al cambiar al “ventinueverr” dicen que no vuelven al 26” “asín se lo mande er medico”... por algo será.
Este es el típico caso en que se junta el hambre con las ganas de comer, el “artefasto” denominado velocípedo... bicicleta para los amigos... no deja de ser eso, un “artefasto” que tiene la virtud de multiplicar nuestros “pasos” por varias veces y está probado hasta la saciedad que para optimizar el invento, la rueda, mientras más grande... mejor (con sus límites claro está)
Tanto por la red, como en revistas hay millares de estudios, análisis, divagaciones e incluso histéricas elucubraciones al respecto. Entre este marasmo de corta-pegas, si se encuentran (excepcionalmente) serios análisis, fundados y con conocimiento de causa que determinan que la actual oferta industrial -para bicicletas “estándar”- se tipifican en tres estratos;
- 26” Rueda “pequeña”
- 650B Rueda “mediana” "ventisieterr y mediorr" para los rústicos.
- 700C Rueda “grande” "ventinueverr" para los mismos rústicos
La rueda tiene que guardar relación con la estructura del cuadro, no solo por estética, más bien para optimizar inercias y sinceramente, más allá de la consideración cuasi teológica que muchos tienen con la ruda de 26”... es pequeña, resulta pequeña incluso para MTB, solo tiene razón de ser en cuadros pequeños y es precisamente la mercadotecnia la que impuso su “estandarización” al producir como churros un tamaño de rueda para todo, sería un poco obtuso negar que es manifiestamente menos eficiente que los otros tamaños, ya sea por asfalto o por caminos de tierra. No obstante, como lo cortés no quita lo valiente y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, es normal que la industria se ponga las pilas para vender exacerbando las virtudes del “nuevo” formato.
En definitiva, no es la irrupción de una nueva moda, es la recuperación de un formato que -precisamente- fue desplazado por “otra moda”, en definitiva... está aquí para quedarse.