DÍA 19.
PREVIO.-
Día de viaje en tren (FEVE) hasta Vegadeo, a donde llegamos por la tarde. Las bicis viajan sin plegar ni embalar (3 € por trayecto).
Alojamiento en Hotel Santamarina: trato familiar y precio acomodado, con cena y desayuno incluídos.
Vegadeo.
DÍA 20.
VEGADEO – SAN CIBRAO.-
El día amaneció soleado y con buena temperatura para pedalear. Iniciamos la ruta prevista tomando en Ribadeo la senda costera que recorre prácticamente todo el litoral lucense y llegando a la hora de comer a Foz.
La cercana Castropol, al otro lado de la ría de Eo.
Ribadeo, puerto deportivo.
Faro de Illa Pancha.
Playa de las Catedrales. Una lástima que estuviera la marea alta.
Foz, frente a Playa Altar.
Un ligero almuerzo para seguir adelante.
Castro de Fazouro.
Un alto en el camino.
Continuamos hasta la industriosa Burela, haciendo una breve visita a su puerto para a continuación retomar la senda que nos llevaría al final de etapa: el pequeño puerto de San Cibrao, donde ya el cielo, que amenazaba lluvia durante la tarde, literalmente se desplomó. Dedicamos el resto de la tarde a conocer el pueblo, donde nos llamaron la atención la enorme chimenea y un puerto artificial que destacan en el horizonte: se trata de la fábrica de Alúmina-Aluminio con su puerto de carga para grandes barcos.
San Cibrao.
Pernoctamos en el Hostal El Pedregal, en el mismo puerto pesquero. Austero pero correcto.
DÍA 21.
SAN CIBRAO – PORTO DO BARQUEIRO.-San Cibrao.También tuvimos suerte con el tiempo, alternando grandes claros durante toda la jornada con cielos cada vez más amenazadores. Las pequeñas playas se iban sucediendo a lo largo de la costa, deteniéndonos en Portocello y el Faro Roncadoiro, con lo que se nos fue la mañana. Portocello.Faro Roncadoiro.Tocaba ya reponer fuerzas, lo que hicimos en Celeiro. Después, breve visita a Viveiro para continuar hasta O Vicedo y finalmente a Porto Barqueiro: todo un acierto en nuestra planificación por tratarse del tipo de pueblos que más interés teníamos en conocer, pequeños y que aún conservan su esencia marinera. Aún nos quedarían horas de luz suficientes para recorrer todos los rincones de este precioso pueblecito.Playa de Area, Celeiro.Reponiendo fuerzas.Viveiro.Playa de Xilloi, Vicedo.Ría de Vicedo, al fondo Porto de Barqueiro.Porto do Barqueiro.
Alojamiento en Hospedaje O Forno, con inmejorables vistas al puerto y a la Ría de Vicedo. Acogedor y muy recomendable, además de por su buena cocina.
DÍA 22.
PORTO DO BARQUEIRO – CARIÑO.-El tiempo de nuevo nos fue propicio durante casi toda la jornada, excepto los últimos kilómetros que nos restaban para llegar a Cariño, que fueron pasados por agua.Lo más destacable fue el recorrido hasta el Cabo de Estaca de Bares que nos tomamos con la calma precisa para apreciar tan agreste paisaje, así como hasta O Porto de Espasante, otra bonita localidad costera donde nos detuvimos a comer. Todo este trayecto está sembrado de pequeñas playas y acantilados de gran belleza, e igualmente se puede hacer por sendas perfectamente ciclables.Llegando a Ortigueira comenzó a llover y tras una breve parada seguimos hasta Cariño donde ya diluviaba, por lo que decidimos quedarnos en la zona portuaria. Aquí nos encontramos con el Hotel Cabo Ortegal, pequeño y acogedor, y en un emplazamiento ideal. Su dueño-regente, aficionado a la bici, nos ofreció todo tipo de facilidades. Totalmente aconsejable.Cabo y faro de Estaca de Bares.El Cantábrico desde el faro.Playa de Esteiro.Playas y acantilados. Al fondo, el cabo Ortegal.Playa de Porto de Espasante.Comida sencilla pero contundente.En Ortigueira, esperando a que escampase.
DÍA 23.-
CARIÑO – FERROL.-Este día, que preveíamos duro por la orografía, se complicó aún más en cuanto al tiempo ya que amaneció totalmente encapotado, lo que no impidió que a ratos dejara de llover y que a pesar de la lluvia disfrutáramos de uno de los paisajes más espectaculares, como lo es el recorrido entre Cariño y Cedeira.La dura subida al Cabo de Ortegal y el durísimo ascenso a la Sierra de A Capelada, con muchos tramos empujando las bicis, se hicieron más penosos por la lluvia racheada y el fuerte viento del noroeste que reinaban por aquéllos agrestes y bellísimos parajes. Desde Cariño se sube casi de forma constante hasta el faro de Ortegal y desde allí hasta alcanzar los 600 metros, dejando a nuestra derecha la vista de los impresionantes acantilados que con esa cota son los más altos de la Europa continental.Faro de Ortegal.Punta de Limo, ahora ya en el Atlántico, desde el cabo Ortegal.Cariño desde unos 400 m. de altitud.En plena Sierra de A Capelada, el fuerte viento empuja la niebla acantilados arriba.Ya en el descenso, un crucero y un lugar de recuerdo al actor Leslie Howard, que a bordo de un avión de la RAF fue abatido en las cercanías por pilotos alemanes en 1943.A continuación iniciamos el descenso a San Andrés de Teixido, a donde llegamos helados por el frío, la niebla y la humedad reinantes. Después, ya era todo bajar hasta Cedeira, donde hicimos acopio de fuerzas en un pequeño restaurante en la Plaza do Peixe. Acantilados.Santuario de San Andrés de Teixido, donde "vai de morto quen no foi de vivo".Subida desde San Andrés de Teixido haciendo empujin.Cedeira.Reponiendo fuerzas y recuperándonos del frío del descenso con un buen pote gallego.Ría de Cedeira.En apenas 35 kilómetros se nos había ido toda la mañana. Esta etapa, demasiado larga cuando la planificamos, decidimos dejarla al albur de las circustancias, de modo que en Valdoviño, ya que la lluvia no cesaba y que andábamos bastante mermados de fuerzas, tomamos la C-646 hacia Ferrol, dejando la Costa de Ferrolterra-Valdoviño para otra ocasión. No obstante, lo visto hasta allí compensaba con creces tanto el esfuerzo como el tiempo dedicado. Había ganas de llegar, darse una ducha caliente y cambiarse de atuendo, para lo cual nos dirigimos al Hotel Silva, viejo conocido en donde nos hospedaríamos por tercera vez. Siempre nos gustó el trato familiar y amable, así como lo correcto de sus instalaciones.Llegada a Ferrol.
DÍA 24.
EL REGRESO.-
Teníamos por delante todo un día de viaje en tren, supuestamente, porque al hacer transbordo en Oviedo nos informan de que, debido a un desprendimiento en la vía entre Arriondas y Posada de Llanes, no nos llevan las bicis ya que el recorrido afectado se haría en autobús y éste no se hace cargo de ellas.
La opción B es el autobús (Alsa), que por otra parte nos dejaría en nuestro destino a la misma hora que el tren.
Como no tengo ganas de embalar la bicicleta, compro la bolsa que venden para ello (9,50 €) y que de paso conservo para futuros viajes. Quitando la rueda delantera cabe perfectamente y es muy cómoda de utilizar y transportar.
En resumen, una ruta totalmente aconsejable, donde dejarse llevar por el tiempo, disfrutar del paisaje y la gastronomía, y que sin duda volvería a repetir.