En cuanto al planteamiento de este viaje, siempre he tenido
claro que sería en solitario, de forma que pudiera tomarme mis tiempos para hacer
los descansos, tomar fotos, comer... sin estar pendiente de nadie, o lo que es
más probable, sin que nadie estuviera pendiente de mí.
En un principio estaba previsto hacerlo en autosuficiencia,
con tienda de campaña y equipo de cocina (Equipo aún por estrenar… :lol:). Pero como
la fecha de salida se acercaba y las previsiones eran de lluvia para varios de
los 8 días que duraría el viaje, finalmente la tienda y los bártulos de cocina
se quedaron en casa, contando con dormir todas las noches bajo techo. A pesar
de que finalmente tuve unos radiantes días de sol durante todo el viaje, fue
una decisión acertada, ya que aun así, he ido muy pasado de peso para mi estado
físico y las pretensiones del viaje. Primera lección de novato aprendida!
Por otro lado, la idea inicial era muy ambiciosa: cruzar
desde mi pueblo en El Bierzo, toda la cordillera Cantábrica, pisando el mínimo asfalto,
el imprescindible para enlazar caminos y pistas hasta llegar a mojar los pies en el Cantábrico
asturiano.
Posteriormente rebajé este ambicioso planteamiento. Con los
pies más puestos en la tierra, debido a que físicamente no me encontraba a la
altura, al no haber podido entrenar lo suficiente y también a las previsiones
de lluvia, decidí meter más kilómetros de asfalto y hacer una ruta “Mixta”.
Todo un acierto.
Y así, un sábado por la tarde salgo rumbo a Cacabelos...
DÍA 1. CAMPONARAYA - BALBOA
Esta es la primera foto, de mi primer viaje en bicicleta. En
las inmediaciones de la Cooperativa de Camponaraya:
Gran parte de los kilómetros que recorreré hoy, serán compartidos con El Camino de Santigo, aunque por las horas en las que salí, fueron pocos los peregrinos con los que me encontré.
A medio camino entre Camponaraya y Cacabelos: