Aprovechando el puente de Todos los Santos hemos hecho una escapada al Delta del Ebro. Sin ganas de coger coche las bicis perfectas
eran las Brompton. La mejor manera de viajar sin la espada de Damocles del "las bicis no" con las que demasiadas e injustificadas veces se fustiga al cicloturista. Vámonos, bicis al tren. Mientras nos acomodábamos en el primer vagón aparece un empleado de Renfe. Mmmm problemas ...Pues no, empieza a preguntar por las Brompton, por su manera de plegado, sus capacidades cicloturistas, su precio...ahí va un futuro usuario. Es un enamorado del ciclismo y las bicis. Se despide, tiene que ir a trabajar. Es el maquinista del tren. Gracias, buen viaje.