Lo malo de la opción de cambiar la cámara sin más es que caemos en la filosofía de usar y tirar con la que nos bombardean constantemente, con la generación de residuos que acarrea y con la falta de práctica para solucionar el problema el día que pinchemos también la segunda cámara.
Yo suelo llevar una cámra de repuesto que uso si no localizo el pinchazo fácilmente o si no tiene arreglo y la pinchada la guardo para parchearla en un momento más tranquilo y por si me hace falta al cabo de un rato, que no sería la primera vez.
Las cámaras pinchadas sin arreglo además sirven para infinidad de cosas, desde hacer pulpos, cortarlas en aritos y sacar gomas elásticas, fijar mejor timbres, luces... a la bici...
Mi consejo es arreglar la cámara y cuando ya tenga varios parches o no admita arreglo con parches darle una segunda vida, por barato que sea sustituirla.