Entiendo que las circunstancias personales siempre van a influir en la manera de viajar en bicicleta, esto es obvio.
Esas circunstancias personales pueden reflejarse en multitud de casuísticas a la hora de planificar un viaje: desde a la distancia a recorrer en cada etapa hasta dónde y cómo dormir, pasando por el estado de forma, los lesiones temporales o permanentes que sufra el deportista, la cantidad de carga que pueda portar y su capacidad para llevarla, qué llevar o no en ese viaje, entrenamientos que se han realizado previas al pedaleo, etc…
Para todo lo que hagamos en la vida siempre habrá que tener una adaptación y esa ha de ser positiva.
Vamos, en cualquier cosa que nos planteemos en la vida hay múltiples factores que van a influirnos, y no por ello vamos a dejar de hacerlo si las circunstancias no son las esperadas.
Disfrutar del cicloturismo de forma relajada es algo que me planteo si o si sean cuales sean mis circunstancias. Buscar la relajación en algo que te gusta y que te valga como vía de escape y “sanar” con ello (o con los hobbies que tengas) la mayor cantidad de “males” que uno tenga, es esencial.
Personalmente no lo concibo de otra manera. Salir a pedalear o de viaje no me produce estrés o intranquilidad alguna, al contrario, es algo totalmente placentero.
Como dice ahora y tanto le gusta emplear a nuestro lamentable presidente del gobierno, tenemos que tener resiliencia!!
Jajaja.