Nisti, no voy a citar tus últimas entrada, porque creo que no hace falta...
Sí estoy rotundamente de acuerdo contigo en todo... incluido en que, a pesar de llevar un teléfono más propio del cuaternario inferior telefónico, también dependo... y no te imaginas tu de que manera, de mi gps... si me quitan este pequeño chisme electrónico me quedo más perdido que un burro en un garaje
Pero es que no puedo estar más de cuerdo contigo en lo de modificar el viaje por imprevistos... en mi caso... no es que me haya pasado una o dos veces, me ha pasado en todos los viajes que he realizado con alforjas... pero es que me sigue ocurriendo incluso en mis rutas cercanas... y no precisamente por percance físico o de salud... que también... pero solo a veces
gracias a dios, más bien es por cuestiones que no llego a controlar... aunque yo creo que eso de be de ser un mal común, ya que el que conoce un camino, sabe donde se va a encontrar la piedra que le hizo caer ayer, pero cuando vas por uno desconocido no sabes donde estará la que te vaya hacer caer hoy.
Con lo anterior no quiero decir que tenga que suceder una desgracia física por fuerza para alterar un track... te basta y te sobre con encontrarte que el camino por el que quieres ciclar, y que sobre google earth se presentaba virtualmente como una idílica rayita blanca continua, y con curvas muy redonditas, en el mundo real se trata de un camino que se asemeja a un patatal, y donde la mejor opción es darte la vuelta y buscar una alternativa... anda que no me ha ocurrido veces a mi eso de encontrarme " caminos patatales " donde las ortofotos muestran un " camino de pétalos de rosas "... lo malo es que en mi caso, no suelo buscar una alternativo... me adentro por ese patatal... y que salga el sol por donde pueda...
En una ocasión no fue solo ese patatal, previo manto de pétalos de rosas, el que me lo puso muy dificil, también se alió con el patatar mi e-bici... bien sabe dios lo malamente mal que lo pasé cuando, en medio de ese patatal, a decenas de kilómetros de la civilización... en medio de un monte totalmente desconocido para un servidor... el motor decidió apagarse... y no volverse a encender... ciento y muchos kilos de bici y carne magra, suelo destrozado, con piedras metamórficas de todos los tamaños, formas y colores, sin una puñetera sombra... salvo fuera del camino... y cualquiera se salía de él, pues los márgenes del camino eran, o paredes verticales de roca viva, o caídas de varios metros... y no había más que cuestas para arriba o pendientes para abajo... pero lo peor de todo no fue eso, lo que a mi me minó totalmente la moral fue coronar la siguiente cuesta... a empujabike, tras el parón eléctrico, y al coronarla descubrir que no solo había otra igual más allá, es que había otra y otra... y al menos otra, y todas cortadas con las mismas tijeras... porque bajarlas... bueno, eso era lo menos malo... el problema es que no tenía narices a subirlas con lo que pesaba la jodia bici... y puede asegurar que no hay nada más estúpido en este mundo que una e-bici sin electricidad... dios mio lo que puede pesar este muerto.
Tras aquella mala experiencia, decidí que se terminaría, para el día siguiente, mi aventura serrana, pues la parte del cañón del Segura que me esperaba para el día siguiente era peor que la que había recorrido... y solo me faltaba que se me volviera a apagar el motor... a tomar por culo, cuando llegué a Jalance... que me faltó el bigote de una gamba para emular al Papa cuando baja del avión... decidí cargarme de un plumazo las otras dos jornadas que tenía previstas para recorrer toda la zona de Cofrentes. Al día siguiente, aún temblándome las canillas, decidí que mejor me dirigía directamente a Almansa y me dejaba de h*stias.
En mi caso, me he visto en muchas ocasiones modificando el track que previamente había confeccionado a conciencia... por situaciones muy dispares, desde encontrarme obras en la carretera que me obligaban a desviarme por donde no tenía ni la más remota idea, o encontrar indicaciones de algún lugar o monumento que ni sabía que existía, y surgirme de repente el deseo de pasar a visitarlo, o... sí, el de pegarme mi soberana " caidita romana ", y con todo el cuerpo magullado y dolorido, mandar a tomar por c*lo al gps y retornar a casa como buenamente me lo permitía mis maltrechas carnes... pero eso lo puedes hacer si te ocurre en una salida cercana... perooo... y si eso te ocurre... no sé, ¿ a 300 km de casa, por ejemplo y encima te ocurre en fin de semana y en una zona donde los medios de transporte públicos brillan por su ausencia ?... sí, entiendo que esta situación extrema que expongo puede ser muy " agorera ", pero no sé por qué, cuando dices de viajar en bici, los problemas más gordos te suelen surgir precisamente en fin de semana... cuando te pilla casi todo cerrado, y lejos de ninguna parte... para que encima se te ponga la cosa más complicada... por algo soy un ferviente creyente de San Murphy.
Cuando hice el Camino de Madrid... mi primer viaje cicloturista con alforjas, cuando lo inicié, allá en 3cantos, nunca me hubiera imaginado en esos momentos que llegaría a Segovia a los 00:00 de la noche... pero tampoco me hubiera imaginado que, una vez llegados a los llanos de Valsaín, me adentraría nuevamente monte adentro durante varias decenas de kilómetros, siguiendo una estrecha carreterilla asfaltada, y que al llegar al final de ella, lo que me encontraría sería... nada, nada y una cancela, y tras la cancela, una vaguada donde había seis toros bravos de lidia... negros como los coj*nes de un grillo... y que se arrancaro para mi... o más bien debería de decir... para nosotros, como si no hubiera un mañana. Menos mal que nos quedamos muy cerquita de la cancela y pudimos volver a atravesarla... pero ésto que cuento... esto que cuento es nada comparado con lo que se produjo después.
Este, mi primer viaje con alforjas, lo hice junto con un chaval al que por entonces doblaba en edad ( 42 años, yo ). A este chaval apenas lo conocía de nada... un par de salidas ciclistas junto con el grupete del club ciclista al que me había apuntado meses antes... y poco más, pero en esas ocasiones no habíamos cruzado palabra alguna... el caso es que se enteró de que quería ir de Madrid a Santiago, y me dijo que si no me importaba que fuera conmigo...a mi no me importó, y le dije que me acompañara... anda que no me arrepentí de tomar aquella decisión.
Bueno, el caso es que, ya a salvo al otro lado de la cancela, al chaval... de 22 añitos, no se le ocurrió otra cosa que llamar a su padre por el móvil... " no se te ocurra decirle que no hemos perdido, pues solo tenemos que regresar por donde hemos llegado hasta aquí "... si antes se lo digo, antes se lo suelta al padre... un padre que seguramente, al mirar la hora que le marcaba el reloj... ya cerca de las 23:00, y casi casi ya noche cerrada, pensó en que su hijo estaba metido en serios apuros... y en medio de La Fuenfría... que fue donde le dijo al padre que nos habíamos perdido.
El caso es que, a cosa así de los 00:15 llegábamos a un hostal en Segovia, donde ya en la habitación, y en medio de la desorganización delas alforjas, le suena a este chaval el móvil... jamás me he sentido tan importante, y a la vez, ta estúpido como en esos momentos... creo que la persona al otro lado del móvil se identificó... no recuerdo si como sargento, o como teniente de la Guardia Civil... y llamaba para comprobar el estado en que nos encontrábamos, y si le podíamos facilitar alguna indicación para poder localizarnos en medio de La Fuenfria. El padre de la criatura, ante la imagen de su hijo metido en mil y una calamidad por medio del monte, decidió dar aviso al 112, quienes a su vez decidieron que lo mejor era movilizar a la Guardia Civil de montaña... total, no recuerdo bien ahora mismo, pero creo que le dijeron al buen muchacho que habían movilizado a dos dotaciones de guardias y un helicóptero de rescate, para no encontrar a nadie en mitad de La Fuenfria... claro, cuando este " personajillo " decidió poner a prueba el amor de su padre, no escontrábamos a los pies de la montaña que, tiempo después supe que se llamaba " La mujer Muerta "... vamos, como para que nos hubieran corneado los toros del otro lado de la cancela... nos hubieran auxiliado por los coj*nes.
Por cierto... me tuve que encabronar con el personajillo en cuestión al otro lado de dicha cancela... la de los toros de lidia... porque a pesar de que los bichos... que menudos bichos oiga usted, decidieron venir hacia nosotros... el muy cenutrio aún quería bajar por aquella vaguada... a pesar de los morlacos... simplemente porque a lo lejos se veía Segovia... le dije " mira, que te den por cul*, por ahí no bajo... a mi esos que vienen para acá no me cornean porque hoy no me toca ".