Pues yo hago eso de bajar peldaños en las bicis contínuamente, según elija una u otra bici para mi ruta. Tengo dos bicis, la Trek Domane SLR de carbono modelo del 2017 que mantengo actulizada incorporando mejoras de año en año y va como un cohete por carreteras con el firme bueno, rugoso y en mal estado. La utilizo para casi todo, desde brevets a cicloturismo de alforjas y paseos domingueros. Para lo que no la utilizo es para meterme por terrenos muy rotos, piedras, barro, arena, grava, etc o con rampones que pasen del 8%, a partir de ahí me hace falta el tercer plato que lleva mi otra bici, una Trek 8700 cuyo modelo es de hace casi 30 años. Va de lujo en terrenos abruptos, con arena, grava, piedras y con rampones de mas del 8%, para estos el tercer plato es una maravilla, sin él no podría subirlos y aún así en alguna ocasión que el Garmin me ha marcado el 13%, me he bajado a empujar y no se me caen los anillos ni la honra ciclista con 64 añitos que tengo.
La diferencia básica entre ellas es la velocidad, con la 8700 no llego ni de coña a las medias que saco con la Domane, cerca de 23 km/h de termino medio contra los 17 km/h de la 8700, probado en los mismos recorridos. En cuanto a comodidad, la Domane es más cómoda o a mi me gusta más el apoyo en el manillar de carretera, la 8700 lo lleva plano y estrecho como se utilizaba en las MTB de principios de los años 90 pero no lo quiero cambiar, esta medida entra perfectamente en el ascensor de mi casa para subirla y bajarla a la calle, el problema son los apoyos de las manos, manetas o cuernos cortos, dos sólamente y no hay más. Con el manillar de carretera y los mini cuernos aero, tengo hasta seis posiciones para alternar. Tuve una Trek Excaliber y era un monstruo enorme comparado con estas dos, pesaba mucho por la suspensión delantera y tenía ruedas de 29", la 8700 las lleva de 26" sin suspensión y es mucho más manejable.
Tanto una como otra las puedo utilizar para cicloturismo, depende de la ruta ya que llevan cada una su portabultos, el de Trek y caben las bolsas de one click, alforjas pequeñas o las Ortlieb grandotas, así que pa que quiero mas si con estas dos puedo ir a donde quiera y sabiendo que cada una de ellas es para lo que es, no tengo problemas en compartir su uso, se trata de cambiar mi chip mental cuando me subo en una o en otra.
Por otro lado, tengo muy claro que si cambio estas dos bicis por los últimos modelos no voy a mejorar las prestaciones, que esas dependen de mis piernas, mi patata y mi cabeza.
Hale, a disfrutar y a seguir haciendo kilómetros con lo que sea, que cualquier bici vale, lo único que hay que tener claro es que cada bici es para lo que es y si le pides que haga otra cosa la puedes romper.
Dios creó la cerveza, el diablo la Coca-Cola.