De nuevo mi Brompton y yo nos hemos ido de ruta. Había que celebrar el advenimiento de la primavera y lo quería hacer volviendo al Sur, como se vuelve al amor, con deseo y con temor. Al Andalus sería mi destino, concretamente Málaga donde empezaría y terminaria mi periplo tras el largo viaje en autocar desde tierras catalanas.
A la inhumana hora de las 5.30 de la madrugada tras 15 horas de viaje contemplo como el mastodóntico autocar se aleja en la madrugada abandonándome en la desolada estación de autobuses. Casi sin dormir y más aturdido que contento, como un preso recién liberado recojo mi impedimenta y empiezo a montar la bici con su equipaje. Mi Brompton viajó plegada dentro de su bolsa en las entrañas del autobús, anónima, como una crisálida en su refugio. Me despido del compañero de viaje, un romano en busca de prosperidad.
- Arriverderci e buona fortuna.
-Anche a te. Buon viaggio.
Empiezo a pedalear, está todo cerrado. Vendería mi alma al diablo por un café. Todo cerrado. Algunas gentes deambulan apresuradas camino de sus trabajos. En algunos jardines duermen algunas personas, entre cartones, arropadas por la miseria y el olvido. Buenos días, ciudad de Málaga.
El vent a les cames, l´horitzó als ulls, l´aventura al cor...