¡Buenas noches!
Llevo, como casi todos, muchos años montando en bici.
Hace unos meses (bastantes), esperando a que un semáforo se pusiera en verde para cruzar una calle, vislumbré una cosa muy extraña que venía hacia mí, cargada hasta los dientes, armada hasta la saciedad, con bolsas, alforjas y bártulos que se excedían de la proyección usual de lo que venía siendo una bicicleta.
Maloliente, extenuado, pero feliz, aquel extraño viajero me preguntaba dónde alojarse y cómo continuar su ruta el día siguiente. Mostró un mapa de una escala desproporcionada, perdiéndome yo en él, pero sintiendo, durante unas fracciones, una atracción desproporcionada sobre todo lo que rodeada a aquel extravagante viajero. Me encandiló su bicicleta. Me fascinó su cuadro, geometrías de lo más normales, tubos de delgada sección (la inscripción CrMo tendría algo que ver en ello...), manillar adaptado, ruedas infinitesimalmente embutidas en hileras de gruesos radios, enormes alforjas. Era sorprendente para mí, en aquel entonces, que alguién llegara subido en aquel caballo de 50kg. desde Italia.
Realmente lo sorprendente para mí, era que durante una fracción de segundo, supe que yo probaría esa experiencia. Tendría que hacerlo.
Y ese día creo que ha llegado. Hoy. Y es por ello por lo que me registro aquí, despues de disfrutar y devorar en mis manos el libro de Viajar en Bici llegado a mis manos de forma inesperada, cuando siento que no hay vuelta a atrás.
Desde hace unos meses siento que no disfruto la bicicleta como antes. Entreno rallye (o XC que suena más cool) y ahora Marathon, pero no puedo dejar de pensar en la experiencia de viajar tranquila y pausadamente, de dormir al raso, de llegar calado, y helado, y cabreado, y en definitiva, de ser autónomo conmigo mismo.
Todo ello sin mirar pulsómetros, medias, ni cronómetros. Sí el horizonte. Sí el viento que te atrapa, (y azota, por supuesto).
Obviamente, meterse en un proyecto de ésta escala no es fácil. El libro me ha ayudado mucho (muchísimo), pero necesito saber de experiencias previas, consejos de primera mano, y es por lo que he decidido integrarme en éste foro.
Mi idea es adaptar mi ligera rígida para el cicloturismo. Lo típico, portaequipajes, luces, alforjas (¡que ya tengo!, compradas por impulso hace tiempo), y echarla a rodar.
No negaré que se me antojará extraño que una bici en la que para mí el peso era lo más importante lleve un portaequipajes de 2kg. anclado a su ligero cuadro. Dudo si las ruedas de 20 y 24 radios aguantarán el tipo como han demostrado hacer en escarpados terrenos de montaña.
A decir verdad esos detalles pasan desapercibidos para lo que pretendo hacer, que no es otra cosa que una escapada de 2, 3 o 4 días para probar ésta interesante disciplina. Insisto en que el libro ha resuelto muchas inquietudes, pero aún me quedan unas pocas por resolver, que plantearé en éste foro en los próximos días.
Gracias por leérme. Pronto tendréis fotos del proceso (antes y después) de mi pequeño pero no menos importante proyecto.
Un saludo a todos!