Pues Trisqui, siento tener que discrepar contigo en cuanto a que a una doble no se le puede sacar rendimiento cuando viajas... está claro que si vas a ciclar siempre por asfalto, la doble es más un inconveniente que una ventaja, pero cuando uno dice de viajar en una btt, normalmente lo hace por terreno mixto... y quizás dándole preferencia a ciclar fuera de asfalto.
Yo he viajado con mi añorada
B-Pro ZS8 ,( era la misma que la de este enlace, solo que yo la pinté en colores dorado perlado y negro brillo, ambos colores difuminados en la unión de uno con el otro... donde está el rojo, puse dorado, y en la parte negra puse negro brillo... creo que tengo alguna foto en algún lado, la buscaré y cuando la encuentre la subo )... parecía sacada de un anuncio de Freixene que era una doble para XC, y puedo asegurar que es toda una bendición pues la comodidad que aporta ese amortiguador trasero... lo más parecido... salvando la gran distancia que separa a ambos sistemas, es una tija con paralelogramo, pero donde esté esa suspensión trasera, que se quite la tija amortiguada... eso de pasar por zonas bacheadas sin tener que levantar el trasero del sillín... y sin que por ello se ta vayan cangando los lomos... eso no tiene precio.
Como digo, yo he viajado en mi doble en tres ocasiones, Una fue el Camino de Santiago de Madrid, fue al poco de adquirir el cuadro de segunda pata, y traía de serie el amortiguador original, un Rock Shox Bar de aire, pero son bloqueo, una bendición fuera de asfalto, pero horroroso sobre asfalto o terreno llano, ya que todos sabemos qué pasa con una doble que lleve el amortiguador sin bloquear... se trabaja más sobre los pedales para avanzar lo mismo que una rígida... o incluso menos.
En mi segundo viaje ( Madrid - Torrevieja ), ahí ya le había equipado a mi doble un nuevo amortiguador, un SR Suntour Epicon de aire, con regulación de rebote y bloqueo sobre el propio amortiguador... y la película cambio como de la noche a la mañana, sobre terreno llano o asfalto, bloqueaba el amortiguador, y la doble se comportaba como una rígida, pero cuando ciclaba por caminos... aunque fueran muy llanitos, desbloqueaba siempre el amortiguador, ya que, en una doble a la que se le carga unas alforjas, el amortiguador se vuelve algo más rebotón... pero para eso se le mete un poco más de presión de aire, en mi caso, le endurecía también el revote... y puedo asegurar que era una auténtica gozada rodar así por los caminos... cualquier pequeño bache, ondulación, o variación brusca del firme, la absorbía sin problemas el amortiguador, y siempre sin tener que levantarme del sillín, pero si tenía que ciclar por tramos muy rotos o empredrados... más de lo mismo. recuerdo que ya cerca de... creo que fue La Gineta, mi colega, que siempre viaja en su fiel Trek serie 8 ( rígida ), me decía que cuando volviéramos se iba a comprar una doble, porque le daba envidia verme sotear los pedregales sin levantarme del sillín, mientras los tenía que pasar de pie sobre los pedales... es que viajar en una doble, es sinónimo de comodidad. A parte, el hecho de que el amortiguador absorba la mayor parte de los desperfectos del camino, sin que te los trasfiera a los lomos... o lo haga de manera menos brusca de lo que lo hace una doble, eso hace que el cansancio se te acumule más lentamente que sobre una doble en las mismas condiciones. Está claro que si la idea es la de realizar recorridos de muchas semanas, o incluso meses, por el extranjero, y mayormente viajando lejos de núcleos de población, o cerca de ellos, pero sin la posibilidad de poder acceder a repuestos muy específicos, cuanto más sencilla sea la bicicleta, mejor, pero si la idea es la de viajar por territorio nacional, yo creo que una doble no tiene por qué suponer un problema... si es cierto que una doble siempre tendrá la posibilidad de provocar más problemas que una rígida, pero yo creo que merece mucho la pena correr ese riesgo.
Cuando hice mi camino de Madrid, conocí, cerca de Melide, a dos catalanes muy majetes con los que rodé durante un par de decenas de kilómetros, hablamos de casi todo. Los dos estaban haciendo el Camino Francés, y lo estaban haciendo en bicis dobles de enduro... como estas bicis no tiene posibilidad de equipar un portabultos para poder llevar unas alforjas pesadas, lo que hacían era enviar en taxi ( creo que me dijeron ), las alforjas desde el punto de inicio hasta el punto de llegada, donde la irían a recoger.
El caso es que uno de ello llevaba el amortiguador trasero reventado, saltaba a la legua que al pedalear, el pedal descendente siempre le quedaba muy cerquita del suelo, a la vez que la bicicleta se flexava escandalosamente... aún bloqueando el amortiguador, me dijo que tenía previsto comprar un amortiguador nuevo en Melide. Tras separarnos ( ellos eran más veloces que yo... a parte, ellos no llevaban alforjas ), no me llevaría más de 100 metros de distancia, cuando vi salir por los aires al chaval que llevaba el amortiguador reventado... menuda host** se calzó el pobre... no se mató porque no era su día. Pedaleé como si no hubiese un mañana para poder ayudarle en lo que pudiera... ya vaya que lo hice
Enganchó el pedal descendente en una raíz que sobresalía del suelo, y salió catapultado de la bicicleta, tras aterrizar en el suelo de mala manera, la bici fue a caerle encima... menos mal que llevaba el casco, sino no sé que le habría podido ocurrir. El caso es que en el accidente se le produjo una brecha abierta en el brazo... creo que fue el izquierdo, bastante profunda, y no paraba de sangrar a borbotones... la escena, la verdad fue impactante para mi... jamás había visto una herida abierta de ese calibre.
El caso es que no lo dudé, y tiré de ese botiquín bien guarnecido que siempre procuro llevar cuando viajo, en él llevo caso casi de todo... se puede decir que es una parafarmacia ambulante.
Saqué un montón de gasas y yodo para limpiarle la herida y retirarle la arena y restos de chinas que tenía en la herida, tras limpiarle a conciencia la herida, lo cual acabó con el amplio suministro de gasas que llevaba en el botiquín, le apliqué un bendaje a lo largo de todo el brazo, de muñeca a codo, con varias vueltas de venda apretada, y para asegurarme de que el vendaje aguantara hasta que pudiera llegar a un centro de salud, le apliqué varias vueltas de esparadrapos a lo largo de todo el vendaje. una vez finalizadas la operación de primeros auxilios, salieron pitando para Melide... les dije que no pararan hasta que llegaran al centro de salud... que fueran directos para allá... el chaval se deshacía en agradecimientos hacia mi, pero a mi, lo que me llenó de orgullo fue saber que le había dado un muy buen uso a mi botiquín.
Cuando llegué a Melide tuve la fortuna de cruzarme con ellos, el chaval llevaba el brazo en cabestrillo, con un nuevo vendaje, mucho más grande del que yo le había aplicado, y me dijo que que la enfermera que le atendió dio gracias a que se había cruzado conmigo, pues la herida fue más grave de lo que en un primer momento supusimos... le tuvo que dar nada menos que 7 u 8 puntos de sutura, y creo que le pusieron una inyección... pero no me acuerdo para qué, no se si fue un antibiótico o fue otra cosa. El caso es que para el pobre chaval se terminó allí su particular camino de santiago... no no por ello perdieron la moral... que vá, me dijeron que si me quería ir con ellos de borrachera, ya que, como no iban a poder proseguir camino, se iban a poner hasta el culo de priva... y ya verían como regresaban a casa je je je... yo no llevaba cuerpo para muchas fiestas, y tampoco soy de beber alcohol, por lo que muy a mi pesar tuve que rechazar la oferta... en aquel punto nos despedimos y nos deseamos lo mejor para los tres... nuca más he vuelto a saber de ellos, pero allá donde estén, les deseo lo mejor de lo mejor, pues, aunque estuvimos poco ratos juntos, ese tiempo me sirvió para saber que se trataba de dos personas nobles... como se suele decir... dos tíos legales.
Anímate que mañana también saldrá el Sol
