Vayamos por partes y no saquemos las cosas de madre... que no es ni lo uno ni lo otro.
En lo personal he trabajado varios años en una empresa de capital francés, he tenido muchos compañeros franceses y además algunos amigos personales, somos terriblemente parecidos, en lo bueno y en lo malo, ellos al igual que nosotros suelen hablar en dos lenguas... en la propia y por teléfono.
Sin embargo, ellos mismos reconocen su “pecado capital”, de hecho inventaron el termino chovinismo, como sinónimo de patrioterío irracional y casposo... del que desgraciadamente no andamos tampoco muy lejos.
“Dicho lo dicho” no está mal criticar a una pandilla de merluzos que pitan a un deportista por ser español, bielorruso o marciano... algo que obviamente no califica al resto de los 58 millones de franceses. Es cierto que tienen clavada la espinita de que un francés no gana “su” carrera desde el año de la polca y les fastidia la relevancia del ciclismo español. Recuerdo que hará cerca de diez años que se celebraron en España unos campeonatos de vuelo a vela y parte del equipo francés estuvo critico porque alguno se entretuvo en averiguar que en unas de las etapas sobrevolaban Bailen... sic.
… no es necesario rasgarse las vestiduras, muchas veces las cosas son simplemente lo que parecen.
“Incidentes” como este no me enfurecen, simplemente me dan vergüenza ajena. Naturalmente que me alegro cuando un representante español gana en algún deporte o le dan un nobel, al fin y al cabo soy español, eso sí (lo de ser español) sin merito alguno, no elegí nada, soy español porque soy hijo, nieto, bisnieto, tataranieto, etc. de españoles y muy contento de serlo, lo que no es impedimento alguno para considerarme antinacionalista, de todos los tipos de nacionalismos, de los “grandes” y de los de “boina”... pero “ejque” como el chorizo de mi pueblo, ninguno.
… y que le “rulen l'permanet” a los merluzos... ya sean merluzos gabachos o marcianos.