Bueno, yo igual, a riesgo de resultar impopular, doy el contrapunto pero creo que tenemos que ser realistas y saber en el mundo en el que vivimos.
No es que esté de acuerdo con las ayudas para comprar automóviles ni que deje de estarlo (generalmente no estoy de acuerdo con las ayudas públicas para casi nada; creo que el dinero público hay que dedicarlo a educación, sanidad, etc. y no tanto a subvencionar actividades económicas) pero vivimos en un mundo en el que el sector de automoción es uno de los principales tractores económicos y, o se le presta atención en momentos de crisis o se nos cae el chiringuito por muchos lados.
Si el sector de automóvil se hunde quien menos sufre es el director general de General Motors y quien más el chaval que trabaja en una tienda de repuestos y que la semana pasada se compró una bici de 300 Euros en el Decathlon.
Puede parecer muy bien abogar por un "mundo sólo en bicicleta" pero no estoy seguro de si a todos nosotros nos gustaría realmente vivir en ese mundo o preferimos este -con sus coches- pero con nuestros (pocos, es verdad) carriles bici y vías verdes, con nuestras alforjas impermeables, con bicis con frenos de disco, con GPS que nos permiten hacer más cómodas nuestras rutas, con cuadros de titanio, cubiertas antipinchazos, platos Q-Rings, sillines Brooks de casi 100 €, chaquetas de agua de otro tanto, dinamos de buje, con la posibilidad de plantearnos viajes de placer en bici, etc. etc. o al menos con la posibilidad de tener todo eso...
Bueno, pues todo eso lo propicia una sociedad en la que se genera riqueza en general y en la que uno de los sectores clave es precisamente la automoción (sector por cierto al que nuestras queridas bicicletas le deben muchísimos de los adelantos de que ahora gozamos, desde las cubiertas tecnológicamente avanzadas que montan nuestras bicis hasta las técnicas de soldadura o de mecanizado de piezas).
Quiero decir con todo esto que en estos asuntos es muy fácil ser demagógico a costa de ser poco realista y hasta puede que poco sincero con uno mismo, y que ser amantes de la bici no implica pensar que el sector industrial de automoción es una manifestación diabólica. No sé si me explico...