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Perros y correas extensibles

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  1. No sé si ya se ha tratado esta cuestión en este foro. En mi opinión las correas extensibles para perros son un auténtico peligro para los ciclistas urbanos.

    En numerosas ocasiones, circulando de noche por el carril bici, aquí en Madrid, me he encontrado con personas que caminan por la zona peatonal de la vía, mientras que el perro retoza entre las plantas del otro lado. La correa, por supuesto, cruza todo el carril bici y como es delgada y oscura es muy difícil de ver de noche.

    Varias veces he estado a punto de tener un percance debido a esta 'manía' del 'telepaseo' del perro. También lo he tenido debido a la costumbre de algunos dueños de llamar a sus perros cuando se acerca una bicicleta. Casi invariablemente el pobre animal acaba plantándose en el centro de la vía visiblemente confundido, con el consiguiente peligro para todos.

    Mi peor experiencia con las correas extensibles data ya de hace algunos meses cuando circulaba en coche. Al ir a embocar mi calle observé que una señora ya mayor, que estaba en la acera de la derecha, tenía su brazo derecho en una postura inhabitual. Aunque iba despacio, me detuve. ¡En buena hora! La ancianita sujetaba la correa de su perro que estaba olisqueando el suelo... en la otra acera. Si no llego a parar me los llevo a ambos haciendo 'esquí asfáltico' detrás del 'buga'.

    Esto de las correas extensibles también era un problema hasta hace relativamente poco en el parque Juan Carlos I, al que acuden muchos ciclistas. Afortunadamente, ahora la mayoría de los propietarios han colocado luces intermitentes en los collares o arneses de sus perros, que deambulan sueltos, son fácilmente visibles y -con clara sabiduría animal- nunca se interponen en la trayectoría de las bicis. Una solución muy práctica.

    ¿Cuál es vuestra experiencia con este asunto?

    Saludos

    Publicado hace 14 años #