Durante esta Semana Santa yo necesitaba sol. Necesitaba quitarme ropa, pedalear con la piel al aire, y ¡qué mejor sitio que Altea, un pueblo encantador de la Costa Blanca! Llevo muchos años haciendo allí turismo de sol y playa con la family, en verano, pero esta vez me apetecía adentrarme con la bici por el interior… y me sorprendió lo abrupto de la montaña alicantina.
Así que una vez decidido el destino, cogimos las plegables, las metimos en el coche y… carretera y manta. Disponíamos de tres días para hacer rutas, y decidimos coger dos días la bici y el tercero hacer una ruta a pie (al fin y al cabo, y aunque en este foro lo disimulemos, no solo de bici vive el hombre ¿no?).
La primera ruta en bici fue hacia los puertos de Tudons y Confrides. Esto nos obligaba a empezar la ruta por la odiosa (por el tráfico) carretera que une Altea con Benidorm. Afortunadamente teníamos una estupenda alternativa para evitar estos diez kilómetros de coches, rotondas y semáforos: el tren de los ferrocarriles de la Generalitat Valenciana que tiene paradas tanto en Altea como en Benidorm. En 15 minutos nos plantamos en el inicio real de la ruta:
Una vez en Benidorm ya pudimos coger una tranquila carretera que, entre naranjos, nos iba acercando hacia los impresionantes picos del Puig Campana y la Sierra de Aitana. El día era muy agradable para pedalear, buena temperatura y, eso sí, subidas desde el kilómetro 0:
Tras unos kilómetros de sube-baja (y de hacer un poco de campo a través con las bicis al hombro, por encontrarnos una carretera cortada por obras) empezamos la subida propiamente dicha al puerto de Tudons. Es una subida larga pero sin grandes pendientes, vamos, de las de disfrutar:
Casi sin despeinarnos llegamos al alto, a más de 1.000 metros de altitud. Desde allí sale otra carreterita que se dirige hacia el alto de la Sierra de Aitana (el punto más alto de Alicante), pero al haber arriba una base militar está prohibido el paso, ¡lástima!
Tras disfrutar de una sinuosa bajada nos encontramos casi de bruces con la segunda subida importante del día, la del puerto de Confrides, muy bonito, con curvas en herradura, un puerto bastante frecuentado por ciclistas, por lo que pudimos ver. Tiene gracia, porque gracias a nuestras plegables nos reconocieron un grupo organizado de ciclistas de Navarra, y nos saludaron. Que a 700 km de tu casa te saluden unos desconocidos diciendo ¡aupa esos de Iruña!, hace ilusión…
A mitad del descenso de Confrides paramos a comer en Guadalest, un pueblo muy curioso, con su campanario saliendo de la propia roca, y bonito (a pesar de estar, para mi gusto, demasiado turistizado). Ya habíamos estado allí en otra ocasión, pero nos gustó volver a parar:
Y desde aquí hasta casa todo fue disfrutar de un largo descenso entre naranjos, limoneros y plantaciones de nísperos, millones y millones de nísperos. En definitiva, un bonito día de cicloturismo. Os dejo el mapa y el perfil, por si a alguien le pudieran servir:
Al día siguiente elegimos dirigirnos hacia la Marina Alta. En esta ruta no había grandes puertos, pero a priori parecía exigente, con continuas subidas y bajadas, y vaya si lo fue… Con el coche nos acercamos a Tárbena, un pueblo cuya curiosidad es que fue repoblado por mallorquines, de modo que allí lo que se habla es el mallorquín. Ya sólo con el pronunciado acento se les nota mucho que provienen de otro sitio. Aunque cuando salimos de casa estaba lloviendo un poco, enseguida se fue aclarando, de modo que para cuando cogimos las bicis ya hacía sol y unas preciosas nubes que iban a dejar un cielo muy fotogénico:
Tras unos kilómetros de subida sin dificultades nos plantamos en el Coll de Rates, con unas bonitas vistas. Nos llamó la atención ver que subía un ciclista por la otra vertiente, se acercaba a una especie de garita que había en el alto e introducía un papel, daba media vuelta y se iba. Nos acercamos, curiosos, y vimos que era de una asociación de ciclistas alemanes. Ya en casa miré en su página web y nos enteramos de qué iba el tema: se trata de un sistema de cronometraje de puertos: al inicio del puerto hay una garita en la que se introduce una ficha donde queda marcada la hora y el día, y arriba se hace lo mismo, de modo que queda registrado el tiempo en el que has subido el puerto y el ranking que ocupas entre toda la gente que lo ha subido. Por lo visto este sistema ya está puesto en unos cuantos puertos alemanes, pero fuera de Alemania tan sólo está en este Coll de Rates:
A nosotros más que cronometrajes lo que nos interesaban eran las vistas. Poco después de iniciado el descenso vimos una bonita mesa de orientación hecha de cerámica, y paramos a disfrutar del paisaje y hacer fotos:
Tras un largo descenso hasta situarnos casi a nivel del mar llegamos a Pego, desde donde sale una carreterita preciosa que, entre cactus y zig-zags vuelve a coger altura rápidamente para dirigirse hacia Vall d’Ebo. Nosotros, como es nuestra costumbre, fuimos subiendo tranquilamente y parando para hacer fotos cuantas veces fuera necesario:
Al llegar al alto parecía que lo más duro del día ya estaba hecho pero ¡JA!, faltaban unos continuos sube-baja con unas pendientes de la leche, con perdón. Afortunadamente, todo lo que sube, baja, o eso dicen, pero buffff, con qué ganas me comí el bocadillo de tortilla y la coca-cola en el camping de la Vall d’Alcalà…
Después de comer siguió el sube-baja continuo, pero con el estómago lleno la cosa era muy diferente. Además, el paisaje acompañaba. Me parecía mentira que, con ese paisaje, nos pudiéramos encontrar tan cerca de la costa:
Las carreteras estaban impecables, pero cuanto más estrechas eran, más pendientes, bufff, qué forma de jadear y qué forma de disfrutar…
Después de la última puntilla, la subida tras pasar Castell de Castells, sólo nos quedaba una suave bajada con algún tobogán para darle diversión. Mientras bajaba y miraba el paisaje me preguntaba si aquello era Alicante o me encontraba en realidad en plenos Pirineos:
En definitiva, una ruta exigente pero preciosa, muy muy recomendable. Eso sí, hacerla en pleno verano puede ser mortal. Como veis en el perfil, pocos tramos llanos hay…
Y por último, permitidme que, a pesar de ser esto un foro de cicloturismo, os ponga también algunas foticos de la ruta a pie. Se trataba de hacer un PR (sendero de pequeño recorrido) que rodea la Sierra de Bernia, y a la altura del Fort de Bernia (un fuerte que hizo construír allí Felipe II para protegerse de piratas y moriscos) subir hacia el vértice geodésico de Bernia y hacer la cima:
Una vez aparcado el coche en las Casas de Bernia, empezamos la ruta señalada. El camino era fácil y a esas horas de la mañana, con ese cielo azul, había unas luces que le daban a la Sierra un encanto especial:
La cuestión era cómo demonios se podía atravesar semejantes roquedales y pasar a la otra vertiente de la Sierra… Muy sencillo (y curioso), a través del Forat (agujero) de Bernia: tras una subida estrechita y con bastante pendiente, el camino desemboca en un agujero bastante pequeño (no tendrá más de 70 cm de alto), pero, tras atravesarlo en cuclillas se abre como un embudo y nos permite disfrutar de unas vistas espectaculares hacia la vertiente sur:
Desde allí se divisaban perfectamente las bahías de Altea y Benidorm, separadas por la Serra Gelada, que desde aquí parecía un montículo (y os puedo asegurar que no lo es, buffff, lo que sudamos en una ocasión para subirla…):
El camino seguía bordeando las rocas, atravesando tarteras, siempre con las impresionantes vistas a nuestra izquierda:
Una vez a la altura de las ruinas del Fort nos desviamos del PR para alcanzar la cima. Ahora empezaba lo exigente, pero también lo divertido. Delante nuestro se alzaban, imponentes, el Puig Campana y la Sierra de Aitana:
Y tras otro esfuerzo, alcanzamos la cima. En el buzón que había junto al vértice geodésico tan sólo encontramos una tarjetita ¿a que no sabéis de dónde procedía? ¡Exacto!, de un club montañero bilbaíno. Como veis, los 6.000 bilbaínos me persiguen allá donde vaya…
Tras bajar y retomar el PR tan sólo quedaba una hora escasa de camino placentero hacia el lugar donde habíamos dejado el coche, y bajar por la carreterita de las mil y una curvas que nos ha quedado pendiente de hacer a lomos de la bici:
En definitiva, han sido unos días de redescubrir Alicante. La costa es bonita, pero el interior guarda lugares preciosos y poco conocidos. Os lo recomiendo de verdad.
Yo vivo en Els Poblets ,cerca de Denia, ya leí que ibais a venir por esta zona pero como me iba fuera no os dije nada.
Esta zona es estupenda para la practica de la bicicleta ,buen clima , montaña , llano , puedes elegir; aqui puedes ver muchos equipos profesionales entrenando , Indurain , Olano.. solian hacerlo por aqui.
Otro dia que vengais por aqui podiamos quedar y hacer algo de senderismo por el barranc del infern , considerada la catedral del senderismo de la comunidad valenciana
Gracias Sargantana. Preciosa ruta, gran crónica y maravillosas fotos. Eso de bajar el puerto entre naranjos y limoneros tiene que ser genial. Supongo que el aire estará lleno de aromas irresistibles. ¡Qué envidia!
Respecto a lo de que los bilbaínos te persiguen, razón no te falta. ¿A que no sabes por qué estoy yo en el foro? ¿Crees que en realidad me interesan las bicis, habiendo coches? ¡Qué va!. Sólo estoy aquí para dar parte de lo que haces. Descuelgo el piticlín, piticlín, pido que me pongan con Azkuna y le cuento TODO.
Ala, ala, ala, que rutas os habeis marcado ¡¡ Fuera mitos de que Costa Blanca solo es para la hamaca y el bikini. Con los PR, los puntos geodésico, la miniespeleo y las sierras … Espectacular ¡¡¡
Especialmente bonita la foto dentro de la cueva que se divisa las bahías de Altea y Benidorm con la Serra Gelada
Menuda idea me has dado para ir con la familia. La dejo en la playa y yo disfruto de la montaña.
Me apunto esta ruta por el sur del País Valencià, que ya le tengo ganas. Como catalán adoptado en el Baix Maestrat también soy testigo que el litoral, aunque masacrado, es hermoso, pero la belleza auténtica está en el interior.Sigo siendo del club de admiradores de tu plegable.
Preciosa tu crónica y tus fotos Sarganta, de hecho me ha entrado algo de morriña por volver a casa… Además conozco bien la zona, sobretodo la del primer día ya que tengo la suerte de tener una casa en Confrides (bueno, es de mi abuela…) y es una zona preciosa. Por cierto, desde allí si que se puede subir a Aitana pasando por la Font de l'Arbre pero por un sendero demasiado accidentado para vuestras plegables. Un saludo.
Que rutas mas chulas,que fotos mas bonitas y que comentarios tan acertados,sigue deleitandonos con estos reportajes tan fantasticos,yo veranee durante 15 años en Villajoyosa y estos paisajes que nos muestras me traen muchos recuerdos todos esos pueblos serranos tan cerca y a la vez tan lejos de la masificacion turistica de la costa. Gracias.