No se si de esta gente vamos a sacar buenos ciclistas, marchosos si, pero breveteros no, no se si se podrá reconducir esa atracción que sienten por los bares y la cerveza hacia la carretera y pedalear en exclusiva. Huelen la cerveza, huelen los bares, en cuanto pasan por un bar abierto de noche, se paran, se toman medio litro de cerveza cada uno y luego siguen pedaleando. Me tuvieron más rato esperandoles que pedaleando, primero hora y media para cenar, la cena estaba exquisita, pescadito y marisco del Grau de Castelló, bueno, bueno, bueno, pero ellos arreandose unas jarras de cerveza que me daban miedo. Después se meten por unos caminos llenos de baches, sin arcenes y con acequias a cada lado, espeluznante, a la luz de la luna esperaba que nos salieran zombies en cualquier momento de detrás de un naranjo. En un momento dado y viéndoles que se metían por una carretera cortada, con una valla y una señal de sentido prohibido en medio de la valla, me fuí por donde yo sabía que estaba asfaltado y no había peligros de zombies, acequias o cualquier fiera del averno que nos pillara y llevara a cualquier cualquier lugar que se pudiera llamar cualquier cosa menos respetable. Por momentos sentía como si la película de "Abierto hasta el amanecer" se hiciera realidad. Así que me pillé el carril bici a la segunda oportunidad, la primera la dejé escapar y para Burriana que me voy, llego a la playa de Burriana, al garito en el que habíamos quedado y a la media hora de estar esperando, me envían una foto con una bicicleta ruedas p'arriba y con un texto fatídico, avería. Yo no sabía ni que se había averiado, ni de quien era la bici, un pinchazo, pensé y no, era una rotura de cadena, después me entero que se habían liado con una cuerda, pinchado y no se cuantas cosas más, normal, de noche y por esas trochas, trochas, de verdad, no estaban ni asfaltadas, hasta por dentro de un río que se metieron. Total, una hora esperandoles, menos mal que bebo Coca-Cola, si hubiera bebido cerveza no se si hubiera podido continuar. Bueno, pues allá que llegan los "esforzados ciclistas" tras recorrer lo que en el carril bici no llega ni a 10 km, media noche se tiraron, ya era de madrugada cuando aparecieron tan alegres que me dieron que pensar. Nada más llegar, swe bajan de las bicis, que dajaron amontonadas en la puerta del bar y allí que se metieron, tras beberse unas cervezas de medio litro cada uno, conseguimos salir y en contra de cualquier atisbo de sentido común, se vuelven a meter por unos caminos que en coche no me atrevo a pasar y ellos p'alante que se van, entre carcajadas y risas. Yo retomo la carretera asfaltada y el carril bici y al cuarto de hora o así me veo unas luces que salen de los naranjos, parecían un ovni volando bajo y lento, el Santi le puso a su bici unas luces de color morado o azul centelleante para que se viera la bici y el efecto de los demás con sus lucecitas rojas en el casco, las luces del Santi en las ruedas y todos juntos en mitad de un carril bici saliendo directamente de entre los naranjos, os lo juro, parecían un alegre ovni.
Tras los gritos de saludo y tal, se ponen a "pedalear" por el carril bici todos revueltos en manada, tirando p'alante, no se si yo era el único que llevaba cuentakilómetros, pero iban a velocidades punta de 17 km/h, a ratos, en las bajaditas, pero en ese momento de relajo, les daba por hablar unos con otros y bajaban hasta los 14 km/h, con lo que la media brevetera se esfumaba, así que tomé la única decisión que un ciclista brevetro y randonneur responsable como yo, además era el más viejo del grupo, puede tomar, adelantarles, si, adelantarles y despedirme de ellos hasta el restaurante Artemio en Torre la Sal, querían subir a Borriol, lo consiguieron, pero no quiero preguntar ni la media de velocidad que llevaban, de risa, seguro. La siguiente noticia que tuve de ellos era que estaban en Borriol bebiendo cerveza, que habían encontrado un bar abierto, si es que encima hasta tienen suerte, me mandan un uasap con las birras por delante. A esas horas yo me había hecho unos largos en la Avda. central de Marina d'Or, que como estaba iluminada y sin tráfico era ideal para hacer unos kilómetros que me permitieran llegar a casa con los 200 km hechos. Total, que me lío a dar unas vueltas y cuando ví que mi cuenta kilómetros marcaba 170 km lo dejé y me dirigí a Torre la Sal a esperarles y ver como salía el sol desde dentro del mar para echarle unas fotos y enseñarlas a la pandilla cuando llegaran, porque tal y como iban las cosas si no era en foto no iban a ver salir el sol. Nublao, estaba nublao y al sol no se le vió salir, el Artemio cerrado a cal y canto, que no abría y de momento recibo un uasap que los de la banda de ciclistas se habían quedado en Benicasim, veas tú, y yo que llevaba una hora esperandoles. Que te vengas a Benicasim que almorzamos en el Voramar, me dicen, allá que cojo mi bici y tiro para Benicasim, al llegar a Oropesa nuevo uasap, que no, que esto también está cerrao y nos vamos para el Grao, así que me paré en Oropesa y me tomé un café con leche con dos madalenas, como solemos desayunar los breveteros randoneurs y responsables como yo, que además era el más viejo y me parece que con más conocimiento de toda la banda. Les mando a freir espárragos y ellos tan contentos en el bar, con más comida y por supuesto, más cerveza, no creo exagerar si os digo que saldrían a dos o tres litros de cerveza por cabeza en toda la noche y mañana, porque acabo de leer que la "nocturna" la acabaron a las dos de la tarde a base de cervezas.
Al final, todos tuvimos lo que queríamos, pasarlo bien y pedalear, pero tenéis que reconocer que en todos los bares que pillas no se puede parar a beber cerveza, si nos para la Guardia Civil en un control de alcoholemia, salimos en los papeles, imaginaros el titular: Grupo de ciclistas detenidos en un control de alcoholemia, todos menos uno, el que parecía tener más conocimiento del grupo, pero que tampoco está muy acabao, porque siguió pedaleando el sólo y mientras se alejaba se le oía decir, quiero 200, 200 para mí.
Advertidos estáis, si queréis juerga, beber cerveza, reíros a carcajdas y comer bien, quedad con esta gente, son insuperables, lo pasaréis muy bien, pero si de entrenar una brevet se trata, con estos no se puede, de verdad que no se puede.
Ay Dios, que cruz con la gente joven.