Cuando me enteré, ya hace mucho tiempo de esas prácticas entre deportistas absolutamente aficionados, yo también flipé, desde luego. Pero debe ser mucho más habitual de lo que pensamos. Y es entre aficionados al ciclismo y a las carreras populares donde creo que más se da.
La primera vez que abiertamente alguien me comentó esto fue un ciclista aficionado, de unos 60 años, que en un descanso en el que coincidimos su grupo y yo, me habló sin cortapisas de lo que le ayudaban unas pastillitas a seguir el ritmo de sus compañeros de salida. Flipé. Recuerdo que pensé que había que ver lo profundamente podrido que estaba el ciclismo que hasta los aficionados estaban entrando en el mundo del doping con total naturalidad.
Al final el gen competitivo se manifiesta hasta en ámbitos que deberían ser muy ajenos a ese afán pero... Supongo que se será que al componente del grupo de ciclistas aficionados de fin de semana que siempre llega el último o que las pasa canutas en los puertos, un buen día decide que quiere dejar de ser ese del que todos se chotean y sobre el que bromean cuando acaba la jornada de bici. Y en las carreras populares pasará algo parecido. De hecho me ha alucinado mucho siempre el "pseudo profesionalismo competitivo" que se da entre los "runners", a veces delirantemente preocupados en bajar un segundo su tiempo por km. o por incorporar a su equipamiento no se qué cosa que reduce el rozamiento (???) y así mejorar su rendimiento. Si el planteamiento de muchos corredores aficionados es ese, ¿por qué un buen día no van a llegar a la conclusión de que tomar "algo que les ayude" también es una buena idea?