Hola,
Vaya rutilla hice, me perdí, hice campo a través entre cardos, tuve que saltar 4 muros pero... llegué a mi destino.
La ruta empezó al salir de la estación RENFE de El escorial (madre mía, ya sin calentar... unas cuestas....) llegué después de dar unas subidas y bajadas de más por El escorial, al camino que llevaba a Abantos y que a mi parecer estaba muy escondido.
Con unos cuantos sudores y dos paraditas llegué al Alto de Malagón, continué hasta Abantos...
llegué al campamento Piedras Blancas- y subí hasta el Alto del León.
Se me había olvidado comprar pan y pensé: “voy a entrar a preguntar en el restaurante del “Alto” e ilusa de mí, le consulté amablemente al camarero si me podían vender un pan o un trozo de pan.. de manera seca me dijo “No vendemos pan” y se dio la vuelta ipso facto. así me quedé...
Llegué a San Rafael (comida y siestecita a la vera de una ermita)
y aquí comenzó la aventura... me negué a subir el portazuelo (que lleva a Los Ángeles de San Rafael) y mi lógica y mi después confirmada mala orientación me llevó a decidir que si tiraba por el camino de la Izquierda acortaría distancia. Así que me metí por la carretera del Espinar, y luego ví un camino a la derecha muy aparente, que desde mi punto de vista cruzaría el monte que me separaba de mi destino.
Allá fui pedaleando, pero el camino cada vez se ponía peor, eso sí había un puente derruido y unas ventas abandonadas, lo que me hacía suponer que ese camino en un pasado no muy lejano llegaba a alguna parte, y con suerte a Vegas de Matute..
y seguí seguí, ya picaba para arriba, ya me tuve que bajar de la bici.. empujé empujé, me entretuve con unos abejarucos y tras pasar tres cancelas con carteles gastados por la lluvia y el tiempo que rezaban un, "cierre la puerta por favor", yo seguí confiada.
Cada vez más cardos en el camino..mmmm pensamiento: “por aquí no ha pasado "naide" en mucho tiempo”.. subí y subí y subí y subí...
Cuando ya me estaba separando mucho de una valla (o vía de escape) ví lo que bauticé como una "vaca-toro-gigante”.
Sí, estaba a lo lejos y no hizo intención de venir a saludarme pero.. como podía ser bravo.. me dio miedo y aunque el camino parecía que llegaba a lo alto e iba a poder ver la panorámica de situación, opté por dirigirme a la puerta de salida, eso sí, realizando cortas y repetidas comprobaciones a mi espalda, y viendo en todas y cada una de las miradas la misma imagen, la vaca-toro-gigante sin moverse de su sombra.
Pero ya había tomado una decisión, saltar. Pasé la bici por la puerta (con unos cuantos sudores) y salté a un campo minado de todos los tipos de cardo que existen en la naturaleza (o eso me pareció) Llegué a otra puerta...situación: puerta cerrada.. vacas marrones al otro lado...otra posible puerta abierta en el otro lado de la cerca. Salté a ver qué se podía hacer..las vacas marrones se acercaban todas hacia mí señalándome como "en la invasión de los ultra cuerpos" así que desistí, salté un murete de piedras pero aún me quedaba otro muro por saltar.. más alto todavía...(lo que suponen 14 Kg repartidos de aquella manera)
Llegué a la civilización e ilusa de mí pensé que sería la N-110, me acerco al cartel y era la N. VI, a unos 3 o 4 km llegué a Navas de San Antonio... así que ya solo me quedaban 20 km más hasta mi destino, vaya vuelta que he dado por acortar..
Que conste, y para evitar quedar como una pobre cobarde... (jeje) que a las vacas digamos “normales” sí me atrevo a acercarme, aquí la prueba:
