¡Hola! Algunos recordaréis el hilo dónde os pedía algo de ayuda sobre cuestiones técnicas. Ahora le toca el turno a la crónica....
Sólo y bien acompañado
Hay quien prefiere la soledad hay quien prefiere ir en grupo, hay quien necesita un poco de orden porque si no se pierde y hay quien se pierde en el orden. En este viaje voy tener las dos cosas ¡Bien!. María prefiere planificar un poco los viajes, a mi me gusta improvisarlos al máximo. Solución: La primera semana la planificamos más o menos y cuando tú tengas que volver al trabajo y yo siga en solitario las tres siguientes pues ya me dejaré llevar un poquito más por el azar.
Bieszczady es el primer destino.
Allí en el Sureste de Polonia, allí donde las montañas y los bosques, donde la historias de guerras y deportaciones, dónde dicen que hay osos; pues sí, allí vamos.
Tras una noche sin pegar ojo apretujados en el tren y una mañana peleándonos con un revisor del otro tren porque dice que las bicis no pueden estar allí por fin llegamos a Sanok. Y desde Sanok hacia el sur por continuas montañitas pasando por infinidad de bosques y pueblecitos.
Hay en lo abandonado algo nostálgico, algo misterios, algo que estimula la imaginación constantemente. A veces encontramos repuestas. Otras veces los que nos interesa es hacer más preguntas.
¿Quién vivió en esa casa? ¿Por qué fue abandonada? ¿Y si la reformamos y nos hacemos aquí una buena chabolita?
¿Qué pasó con los judíos en los países del este?¿Qué oscura fuerza propició tanto odio?¿Por qué lo diferente muchas veces es visto como algo negativo? ¿Tiene esto solución o estaremos siempre dándonos palos?
¿Quiénes son los cristianos ortodoxos? ¿Habrá misas aquí de vez en cuando? ¡Pero si no hay casas cerca! ¿Por qué la contruyeron aquí?
Hay días que dormimos en compañía de los bosques...
Y días en los que encontramos refugios fabulosos:
Allí conocemos a mucha gente interesante. Me viene a la cabeza el chico de Wroclaw que ha pedido una beca para trabajar en el campo durante tres meses en el refugio de Koliba cuidando caballos y vacas o Agnieszka; una de las personas que trabaja en el refugio y que, tras viajar en bicicleta hasta la India, ha decidido trabajar una temporada en medio de las montañas. Por las noches nos reunimos todos alrededor del fuego y la gente cuenta historias; algunos ese mismo día han visto un oso; otros tocan la guitarra y cantan. Mientras tanto yo cocino los rebozuelos que he cogido durante el día y los chupitos de vodka de rigor pasan de mano en mano. De repente se une a nosotros un zorro que ya está acostumbrado a las personas y quiere algo de comida.