10 de julio de 2021, ETAPA 3: Banyuls sur Mer - Maureillas Las Illas, 67 km
Ayer cuando iba de camino al camping vi el desvío hacia el coll de Banyuls. Un letrero enorme anunciaba: "col fermé". Preocupada, pregunté en el camping, y para mi gran alivio, me dijeron que el coll está cerrado para los coches, pero no para las bicis. ¡Genial! Apenas encontraré tráfico que va a las masías cercanas.
Hoy sí que me he aplicado y he conseguido salir a las 8 para disfrutar el frescor de la mañana. En ayunas, ya tomaré algo en Espolla. La subida es factible y agradable con el olor a tierra, las flores, el canto de los pájaros y la paz de las primeras horas del día. Pienso que si hubiera, algo así sería mi paraíso, donde yo pasaría la eternidad recorriéndolo en bici o a pie...
Aunque en mi paraíso no tendría que empujar la bici cargada, como ahora, en las rampas de los últimos 2 km. En la cima un ciclista catalán se ofrece a hacerme unas fotos
Este collado también forma parte del camino de la retirada republicana a Francia. A finales de enero de 1939 el estado francés abrió la frontera, a partir de ese momento casi 500.000 personas se pusieron en marcha hacia las montañas como pudieron y con lo poco que tenían. Las tropas del ejército franquista controlaron todos los pasos fronterizos de los Pirineos el 10 de febrero de 1939, así que el grueso del éxodo tuvo lugar entre esas fechas. Esta placa conmemora el dramático episodio
El texto dice en francés, castellano y catalán: "Homenaje a los miles (en catalán especifica 100.000) de hombres, mujeres, niños Republicanos españoles e Internacionalistas que debieron emprender el camino al exilio tras 3 años de guerra contra el franquismo. Pasaron esta frontera de la colina de Banyuls sur Mer en febrero de 1939 y fueron los precursores de la lucha antifascista en Europa."
También hay un monumento erigido en honor a la resistencia francesa contra el invasor nazi durante el periodo 1940-44. Es el que se ve a la derecha
Todos ellos escogían las rutas menos transitadas, ya que eran de difícil acceso. A mí me ha resultado duro el último tramo de ascenso al coll y he tenido que empujar la bici con todas mis fuerzas en algunas rampas... Mis alforjas van muy llenas, pero hay una cosa que no llevo: MIEDO. No quiero ni pensar en la angustia de aquellas personas que tuvieron que huir...
Ahora observo con expectación la dulce bajada que me llevará a Espolla
Donde daré cuenta de un desayuno reparador en un banco a la sombra de unos árboles. Hace calor.