Esta Semana Santa teníamos previsto hacer una travesía con las bicis desde Alcañiz (Teruel) hasta Tortosa enlazando las vías verdes, pero entreteniéndonos un par de días a medio camino para recorrer la red cicloturista de la Terra Alta, una comarca agrícola del interior de Tarragona. Unos días antes de irme a Barcelona hice una prueba con la bici y, a pesar de que me encontré muy cómoda sobre ella, me di cuenta de que el traqueteo continuo de las pistas de tierra por las que pensábamos circular acabaría dejándome el hombro bastante dolorido cada día, y no le veía sentido. Así que decidimos mantener los planes de ir a Tarragona (ya teníamos todos los alojamientos reservados), pero con el coche, y hacer excursiones a pie. Teniendo en cuenta de que el tiempo al final fue bastante malo, aún creo que la decisión de no llevar las bicis fue más acertada.
Y os preguntaréis, y si no fuisteis en bici, ¿qué pinta esta entrada? Pues bien, la pongo como propuesta de un bonito destino, porque la Terra Alta, además de su interés paisajístico, histórico y cultural, tiene una estupenda red cicloturista perfectamente señalizada. La vía verde de la Terra Alta siempre está frecuentada por ciclistas, pero ésta es sólo una de las trece rutas ciclistas señalizadas (las podéis consultar aquí), el resto son poco conocidas, apenas te cruzas con ciclistas por allí, y os aseguro que son una delicia de rutas (hace años ya hicimos unas cuantas). Discurren por pistas de tierra, caminos rurales asfaltados y, en menor medida, carreteritas secundarias sin tráfico.
La Terra Alta es una comarca muy singular. Paisajísticamente es muy bonita, sobre todo en esta época, con un paisaje mediterráneo típico (viñas, almendros, olivos...) y rodeada de montañas, de hecho se encuentra a los pies del impresionante macizo dels Ports de Beseit (siempre digo que Tarragona es la provincia de Catalunya que más me ha sorprendido, con diferencia; hasta hace unos años tan sólo conocía una parte de la costa, pero jamás me imaginé un interior tan montañoso).
Este entorno montañoso nos permitió hacer unas excursiones muy bonitas, a pie, eso sí, como la subida al punto más alto de la Sierra de Pandols:
O la montaña de Santa Bárbara, donde la prudencia nos dijo que mejor no llegar hasta la senyera por ese paso de equilibristas (a ambos lados había un buen precipicio):
Al inicio de la subida a Santa Bárbara hay un rinconcito coqueto con un banco para descansar con un buzón y un cuaderno para escribir los mensajes típicos. Nosotros lo hicimos. La siguiente foto se la dedico a zurich, aunque creo que últimamente no pasa mucho por aquí. Él sabe por qué lo hago...
También nos acercamos a la Fontcalda, con sus preciosos estrets (estrechos) del rio Canaletas... Ese día empezó a llover por la tarde, y sólo de pensar en el carretil por el que teníamos que volver con el coche, me entraba pirri-pirri (diarrea), bufff, qué cuestas, qué curvas, qué gravilla, qué precipicios... pero qué bonito todo. De hecho ésta es una de las rutas cicloturistas señalizadas, la 11, y me quedé con unas ganas locas de volver para hacerla con la bici. Y lo haremos, sin duda.
Pero además, la Terra Alta es una comarca con una gran sensibilidad artística, se ven por allí muchos pintores, encuentras esculturas por todas partes, museos... Incluso la propia señalización de la red cicloturista está diseñada por Mariscal. En Horta de Sant Joan, uno de los pueblos de la comarca, pasó temporadas Picasso (tienen un museo dedicado a él), se sentía muy inspirado entre esos paisajes, y parece que no sólo le inspiraron a él:
¿Y qué decir de los pueblos? Todos tienen una estructura parecida, medieval. Piedra y arcos, iglesias en lo alto, palacios... y paisaje agrícola. Un buen lugar para desestresarse (como nos decía la dueña de una fonda en la que nos alojamos: si algo hay aquí es tranquilidad):
Pero si hay algo que tiene marcada a esta comarca es un hecho histórico: fue el escenario de la Batalla del Ebro, la más bestia y cruenta de la Guerra Civil, la batalla decisiva. Y eso es algo que te encuentras por todas partes: en museos cerrados como el de Gandesa, dedicado a la Batalla del Ebro...
...o en museos al aire libre, como el de Corbera d'Ebre. A este pueblo se le conoce como "el Gernika catalán" ya que, al igual que aquél, fue bombardeado y destruido. Lo curioso es que toda la parte alta del pueblo, el centro, la han mantenido tal y como quedó tras el bombardeo, a modo de testigo de lo que no tendría que volver a pasar. Pero no es un testigo mudo. Está salpicado de esculturas y textos de escritores que conforman el "abecedario de la libertad":
El interior de la iglesia, de la que no queda nada del techo (le acaban de poner una cubierta) se ha convertido en una especie de sala de exposiciones enorme, siempre con el tema central de la paz y la libertad. Desde el alto de la torre, a la que se puede subir, hay una vista impresionante de todo el pueblo destruido.
Pero no sólo hay museos sobre la guerra en diferentes pueblos, además por cualquier sitio te puedes encontrar monumentos conmemorativos, como éste dedicado a los caídos de la IV división navarra, del bando nacional:
O éste otro, el Monumento a la Paz, al que llegamos tras una excursión a pie (era nuestro objetivo) dedicado a la que fue considerada "quinta del biberón".
En este monumento hay tallado un poema que me gustó, porque expresa bien lo que supone una guerra civil:
Tú que estás frente a mí,
también en trincheras,
¿quién eres?
Puede que algún día
nos hayamos dado la mano
y ahora dentro de la palma
llevamos un arma.
Aunque enfrente de mí,
no puedas escucharme,
te llamo con un nombre,
el de hermano.
Hasta en las ermitas encontrabas vestigios de la batalla, como este obús reciclado como campana:
Antes de volver a Barcelona nos paramos a visitar Batea, donde comimos. Visitamos la iglesia, que estaba abierta, y conocimos a un seminarista nicaragüense muy simpático que nos enseñó todas las interioridades de la iglesia, incluso nos permitió subir hasta lo más alto de la torre, por una larga, oscura y deteriorada escalerita de caracol. Desde allí, con esa maravillosa vista, pudimos despedirnos de la Terra Alta hasta la próxima:
Como os digo, es una comarca muy interesante por muchas razones, pero el hecho de tener esa estupenda red cicloturista es lo que me ha hecho hablaros de ella, y recomendarosla como destino. Seguro que no os arrepentís