Un día cualquiera de vuelta del trabajo, de ésos que no pasan a la autobiografía. Un recorrido habitual, todo normal, todo rutina...
El caso es que Ultreia me hace un extraño, seguido de un guiño, quiere fotografiarse la muy coqueta y yo, que soy débil, accedo.
En un ataque de sagacidad, miro el cartel y me digo: ¿De qué me sueena a mi esto?
Para los barceloneses: ¿Dónde está la guarida de Sargantana?
Javi.