Paradisíaca Platja de Levant. El tiempo no da para más. Vuelvo al Port de la Savina para embarcar de nuevo hacia Ibiza. Llego ya de noche. Demonios, de noche todos los gatos son pardos! No encuentro la furgo por más vueltas que doy. Pregunto ya desesperado. El hombre, con una niña en brazos. Me ofrece su ayuda. Cargamos el patinete embarrado en su pequeña furgoneta. Damos vueltas y más vueltas y finalmente encuentro mi hotel rodante. Abrazo a aquel hombre y pienso que la bondad es la única forma de superioridad que conozco y reconozco. Viajar te acerca a la vida.