La ruta no ha sido larga pero me ha permitido seguir conociendo el comportamiento del trasto que nos ocupa, la exigencia en subida, la facilidad de subir y bajar del mismo, cuándo echar pie a tierra y la determinación de frenar muy poco en los descensos y aprovechar bien la inercia. Los días son cortos y tras llenar el buche en la zona hago el descenso hasta el punto de origen. Me ha sabido a poco. La diversión está asegurada y la sensación de haber una buena sesión de ejercicio es presente. Me está gustando mucho...muchísimo.