Rodadas. Una comunidad de cicloturismo y viajes en bicicleta
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Ruta: Irún Münster en Junio-Julio

&tarr; PUBLICIDAD (lo que paga la factura)

  1. Pedazo de estreno de rutas en solitario.
    Por aqui van al reves ,en lo que respecta a campings....bueno ,y en todo lo relativo a transporte en tren de bicis,tambien.
    en fin. 

    Publicado hace 8 años #


  2. Publicado hace 8 años #
  3. Felicidades por ese primer viaje de1680 km   

    Ya has hecho lo mas dificil , empezar,  ahora ...

    Espera lo mejor y preparate para lo peor
    Publicado hace 8 años #
  4. Ahora la crónica del viaje.

    Perdonen si no tengo muchas fotos, la verdad es que me gusta la fotografía, pero cada vez más separo las circunstancias de disfrutar de un momento, con registrarlo para revivirlo o compartirlo en el futuro.  Sobretodo porque el registro muchas veces diluye el placer del momento, si es que no lo elimina por sustitución.  Así que cada vez que veo un paisaje, unos pájaros, un atardecer, un momento insólito en una ciudad; lo primero que quiero es disfrutarlo, porque tengo la experiencia que si uno decide registrarlo, se distrae en ello, y se pierde la magia del momento que luego no se puede recuperar.  Las emociones son fugaces, duran lo que duran y me gusta aprovecharlas, viajo para ello.  Pero bueno, algunas fotos he sacado.
    Además, como ya he dicho en el hilo, tengo una cámara de bolsillo, pero no llevé el cable USB, que es muy especialito él, y cuando me quedé sin batería, seguí usando el teléfono que tengo, que es un Samsung mini, lo mínimo de smartphones que se conoce.  Pero bueno, hace su labor de captar lo que uno le pone.  Vale más un buen ojo que una buena cámara, ¿no? 

    11 de Junio:

    Tenía que tomar un tren de Collado Villalba por la mañana, vivo en Torrelodones, a 11 km así que salí temprano para que me diera tiempo de pasar a saludar al colega forero RafaCaracol, que subió una foto en el hilo, con la bici cargada.  Ya la noche anterior los truenos mostraban que las cosas no iban a ser fáciles al día siguiente.  Yendo a Villalba me cogió un aguacero de lleno, pero por un ratito, así que nada, chubasquero y punto.
    En el tren dormí todo lo que pude para reecuperar la noche casi en vela que pasé por los nervios.

    Ya en Irún las cosas se empezaron a torcer.  El primer día, la verdad, es que fue horrible.  Todo me salía mal.  Empecé metiendo la pata en un cajero; saqué dinero y, con los nervios, retiré la tarjeta pero no saqué los billetes. En eso siento, mientras ajustaba las alforjas, el ruido del cajero tragándoselos.  Por suerte trabajo con banca telefónica, así que llamé al banco, me dijeron que retirara con otra tarjeta -que por suerte tenía-. que reclamarían y con el arqueo del día del cajero, tramitarían el reintegro.  Menos mal, a la semana tenía el dinero en cuenta, pero la sensación de 'en qué te estas metiendo tachi' ya se había apoderado de mi garganta.

    Luego el tema del GPS; llevo poco en este mundo pero había metido los planos de Francia y Bélgica y tenía tracks para todo el recorrido hasta París.
    Desde Hendaya y hasta Saint-Jean de Luz encontré dos recorridos, uno por la costa, por el camino de la cornisa, una ruta con vistas al mar, por zona de acantilados.  Muy transitada, en partes sin arcén, no recomendada en las opiniones.  Y otra por un camino interior, muy bonito, lo seguí en gmaps, más tranquila y directa, por lo que opté por seguir esta.  La subo por si interesa.
    Pues bueno, no sé lo que me pasó, pero el GPS no me leía la ruta o yo no la encontraba, pero no hubo forma, me puse nervioso y al final decidí ir -de memoria- por el camino de la costa, que no tiene pérdida.  Y ahí empezó la cosa, el tiempo estaba revuelto y se desató un aguacero que me obligó a buscar el poncho y ponérmelo a toda prisa para sobrevivir a los cubos de agua que me tiraban desde el cielo.  Imaginen: carretera angosta, lluvia de muerte, los coches a saber lo que veían y yo pedaleando las subidas medio tambaleante bajo el agua.  Menos mal que el poncho es amarillo, que llevaba luces, y sobretodo, que los franceses tienen una paciencia infinita en estos casos.  La verdad es que duró poco, quizás media hora, pero suficiente para que ya me preguntara si no merecía la pena volverse y dejar esto del cicloturismo de aventuras para los más jóvenes.  Habiendo vías verdes, ¿quién te manda a meterte en esto?  
    La ruta hasta bien entradas las Landas, es un subibaja permanente, repechones de vértigo, cortos y no tanto.  Ahora entendía porque Oreja había tomado el tren evitando estos tramos.  Mucha carretera, coches, subidas duras... no son muy apetecibles para cicloturistas relajados.

    SJ de Luz, preciosa como siempre, me recibió sin lluvia; ya iba algo más animado, así que pedí agua en un bar y seguí mi camino. Tenía previsto pasar Bayonne y entrar en la zona al sur de Cap Breton, más llana, con zonas de playas, donde quería improvisar mi primera noche de acampada libre.  Pero empezó a llover, no tan fuerte, pero las subidas saliendo hacia Biarritz, por donde tenía los tracks son MUY duras.  Por la costa, calles secundarias sin tráfico, pero demoledoras: un contínuo bajar hacia la playa, remontar, bajar nuevamente, otra vez a subir... extenuante, ya digo, para un iniciado cargado 'hasta las trancas' como dijo Susana.  A poco de salir de SJ de Luz, pasé por un cámping municipal y decidí que ya había hecho bastante, aparqué mis sueños de acampada libre y decidí recogerme para descansar, y al día siguiente... 'veremos', me dije.  La lluvia había cedido, aproveché para poner la tienda y empecé a sacar las cosas para ducharme, preparar la cena, comer y dormirme.  Esto de las alforjas lo tengo más o menos controlado, pero la noche anterior había cambiado la distribución de cosas, así que para encontrar algo tenía que revolver por todas ellas.  Es como cuando uno se ha mudado y tiene el salón lleno de cajas y acaba abriendo todas cada vez que necesita algo.  Y ahí es donde hice el principiante:  me duché y empecé a preparar la cena.  De repente se largó a llover y me pilló con todo desparramado alrededor.  Así que como loco metiendo como podía y donde sea, todas las cosas para que no se mojaran tanto, tirandolas dentro de la tienda, luego secándolas con una bayeta, madre mía, qué sensación de imbécil tenía.  Ahora entiendo porqué la parejita de la tienda de al lado tenían todo recogidito bajo el porche mientras cocinaban.  Acabé comiendo malamente bajo la lluvia, para no mojar más dentro de la tienda, totalmente estresado.  Cuando armé las cosas para dormir, no encontraba la colchoneta inflable, ya pensaba que me la había olvidado, dios, qué estado de pánico tenía.  Así que me las arreglé con una pequeña autohinchable y me dormí como pude, repitiéndome que siempre se está a tiempo de volver y fuera, chau viaje por ahora, hasta que tome experiencia.  Ya les digo, no al borde, sumergido de lleno en un ataque de nervios.




    Publicado hace 8 años #
  5. Muy buen relato.

    me parece estar pasandome a mi.
     Pon más ,más!!!!!
    (Cómo me gustan las narraciones)

    Publicado hace 8 años #
  6. Vamos Tachy, sigue contando que los proximos dias seguro que fueron mejores.

    El unico simbolo de superioridad que conozco es la bondad.
    Beethoven.
    Publicado hace 8 años #
  7. Muy bueno Tachi... sigue sigueee!!!   (ya hablaremos de ese track que no funcionó... y de la parte entre Hendaya y Biarritz). Sigue sigue, que aquí estamos disfrutando un montón.....

    Publicado hace 8 años #
  8. 12 Junio


    Me despertó la lluvia.  No era temprano, confieso que me había tomado una pastilla de melatonina, de las de un gramo, para tranquilizarme y dormir mejor.  Así que, cuando quise darme cuenta y abrir los ojos, ya eran como las ocho.  Y llovía bastante.  Me lo tomé con calma, y empecé a ordenar el despelote de cosas en las alforjas.  Menos mal que la tienda es amplia y cabía casi todo dentro, un punto a favor de cargar con medio kilo de más para que la tienda sea de dos plazas.  En medio del barullo apareció la esterilla inflable y creo que eso fue un catalizador para que las cosas empezasen a caminar bien.  Ya saben, cuando uno anda de bajón, el más mínimo éxito, en lo que sea, tiene efectos balsámicos.  Y descubrir que no era TAN imbécil, que no la había dejado en casa, sino que estaba perdida en los bajos de una alforja, me hizo fugazmente feliz.
    Una vez secado y ordenado todo, me percaté que la lluvia me daba la oportunidad de probar esa 'utilidad' que tiene mi tienda de poder desarmarse bajo lluvia, al revés, de dentro hacia afuera, y conservar todo el equipo seco.  Ya más animado me puse manos a la tarea y poco a poco fuí desarmando y plegando todo, hasta quedar el techo, la estructura y todo metido en alforjas sobre el césped.  Me atrevo a subir un video donde un tipo la monta de modo inverso, con viento, en la playa.  Con lluvia es igual, para montarla o desmontarla.  Luego el techo se deja fuera en una bolsa rejilla y se seca con bayeta y papel, en cuanto se tiene un techo disponible.  El video está en alemán pero da igual:
    La lluvia no paraba pero era finita, poca cosa.  Armé las alforjas, me llevé la bici a un lugar que había bajo techo donde había una mesa de ping-pong y me preparé el desayuno en un banco de madera.  Las cosas parecían enderezarse, vamos tachito que tú puedes, me decía y así hasta que pagué el cámping.  Otro golazo, me cobraron solo 5 €,  así que agradecí y empujé vigorosamente mi veló por la rampa de salida.
    Otra buena, el Track que tenía para SJ de Luz Biarritz, que me había preparado en casa, funcionaba perfectamente.  Oye, ¡como que todo lo mufado que estuve el día anterior se estuviese compensando en este!
    A partir de ahí ya iba lanzado, me subía las cuestas respirando fuerte, recién descansado, lleno de optimismo.  La verdad es que es notable como cambia mi estado de ánimo por dos o tres tonterías.

    El camino a Biarritz fue muy duro y antes de llegar tuve bastantes kilómetros por carretera, con mucho tráfico.  Es cierto que hay partes con un carril bici, pero no está en muy buen estado y muchas veces acabas compartiendo calzada.  De todos modos hay que decir que la velocidad era baja y los coches muy respetuosos.

    Biarritz estaba fantástico, hasta salió un momento el sol, y así me animé a hacer todo el recorrido por la costa.  Me senté a comer unas galletas y tomar algo, mientras miroteaba el personal que paseaba por la playa.  No hacía calor para el agua, claro, pero estaba muy agradable y -sobretodo- no llovía.  Alguna foto tengo.

    Trepando para 'cortar' por dentro hacia Bayonne.

    El chubasquero no hacía falta, estaba muy agradable, pero mejor tenerlo disponible, para eso la bolsa es perfecta, casi no necesitas pulpo.

    De Biarritz a Bayonne y luego hasta Labenne, bien entrado ya en las Landas, me había trazado un track por la costa que, debido a mi inexperiencia, no controlé bien y me llevó a una encerrona que me costó una hora de empujar por la arena.
    El sendero se puso cada vez más arenoso y de golpe virtualmente se acabó, dejándome en medio de las dunas de la playa.   Para atrás tenía una media hora y para adelante se veían unas casas a un km más o menos, así que decidí empujar.



    La rueda que llevo es 1.4, muy delgada para este tipo de terrenos arenosos, se 'clava' como una cuchilla:


    Esa hora de empujar en la arena, me quitó todas las reservas de fuerzas que tenía, así que en cuanto pude salir de la trampa, me tiré a una sombra a comer algo, beber y dormirme una siesta,  De todos modos, este contratiempo me lo tomé mucho mejor, cuando salí de él me sentía ¡McGiver!

    El resto del recorrido fue por el trazado de la Velodysée, muy descripto en todos los foros, bastante llano en esta parte.  Ya había estado en las Landas hace un par de años de vacaciones, con mis hijas,  aquí los tres en Cap Breton.  Porsupu todo con bicis.


    La serenidad de las lagunas de interior es para disfrutarlas con tiempo.




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    Publicado hace 8 años #
  9. Continué mi ruta hasta que la la tarde ya pedía un lugar donde quedarse.  Busqué tranquilamente y me quedé muy cerca de León, en una parcela con una nave de alquiler para bicicletas.  Aquello estaba todo sin vallar, cerca de la via ciclable.  Miré los horarios y como empezaban a las 10 de la mañana del día siguiente, decidí quedarme en la parte trasera, muy cuidada y arbolada.  Bonito.
    Preparé la cena en unas mesas que tenían al frente y, cuando ya la tarde se apagaba, monté la tienda, me tomé un té tranquilamente y me dormí como un bebé.  No aparecieron ni animales ni los 'ellos' de Pau, al menos yo estaría en el quinto sueño y no escuché nada.  Y así estuve hasta las 6 de la mañana que levanté el campamento.  Mi primera noche de acampada libre, en solitario, un completo éxito.  :)
    Las cosas empezaban a salir mejor.  Unas fotos
    .

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    Publicado hace 8 años #
  10. sigue... sigue... enganching total!!

    Publicado hace 8 años #
  11. Bien Tachi¡¡

    Esto va a estar entretenido, yo tambien me engancho

    Publicado hace 8 años #
  12. Muy ameno el relato y con todo lujo de detalles. 

    Vaya inicio 8O, ahora seguro que lo recuerdas con cariño o por lo menos con mejor recuerdo que cuando lo viviste.
    A la espera de la continuación 

    Publicado hace 8 años #
  13. Ni Gengis Khan, amigo Tachi. Eres todo un tío dinámico y con capacidad para recuperar con unos cuantos detalles positivos - otros lo hacemos con un par de cervezas - todo el optimismo de un emprendedor.

    Publicado hace 8 años #
  14. Tachi, yo también te sigo con interés.

    Leonor, tu serás SIEMPRE la princesa...
    Publicado hace 8 años #
  15. 13 de Junio: 

    Fue despertarse con los pájaros a las 5 de la mañana y darse cuenta que los miedos se habían esfumado por completo.   El tipo tranquilo se fue estirando y retorciendo, hasta que lo movieron las ansias de seguir.  Se incorporó y se puso a guardar sus cosas, pero con un orden diferente, mejor pensado.  Lo que nunca usa, abajo, lo que siempre, arriba.  Las cosas largas en la bolsa amarilla, el hornillo y el kit de café, también a la bolsa, para la merienda.  Yo sé que estas cosas son obvias para todos, pero se las cuento porque eran mis primeros pasos en solitario, y me concentraba en ellos como cuando se estudia un manual, concienzudamente.  Estaba tranquilo:  ni apurado ni preocupado ni aburrido ni angustiado, tranquilo.  

    Ahora surge en mi memoria ese momento: me veo sentado en la tienda, organizando mis bártulos entre bostezos, y lo recuerdo con una sonrisa.
    ¿No parece mágico, no?;  pues sí que lo era, porque ese despertar me desveló aquello que yo andaba sondeando en este viaje:  que puedo estar solo, sereno, sin tener planificado nada ni tener mucha idea de lo que voy a hacer ese día.  Y que así es mejor, hasta esencial diría, para que el viaje te sorprenda:  no preparar tanto, dejar que la vida pase y te atrape.

    Así que levanté el campamento, sequé lo mojado, guardé todo y me fui a buscar un sitio para desayunar. A esas mesas de madera tan majas que ponen en las zonas de descanso de la Velodysée.

    Qué voy a contar en este foro del placer de pedalear por la mañana: el airecito en la cara, esa luz tan fresca que humedece los colores, que el rojo parece de cuento y el verde de agua.  Nada se puede comparar al placer de pedalear, y no es el subidón de endorfinas, eso va después.  Porque es dar la primera pedalada, sentir el aire en la cara, el ruidito de las cubiertas en el suelo y pensar que la vida es linda. 

    Me fui entonces subiendo por esa parte de la Velodysée, que me perdonarán que no describa, porque no hay más que leer el relato poético de Oreja para comprender que nada más se puede agregar.
    Yo pedaleo suave, mirando, demasiado distraído me diría el Trisqui, pero es mi estilo.  Paro a menudo a cambiarme la ropa, me saco o me pongo cosas cada tanto, no me molesta detenerme un poco en una sombra, quitarme un chaleco y volver a seguir.  Hay quienes les altera el ritmo; a mí no, todo lo contrario: ese es mi ritmo. Cada pausa es una oportunidad para descubrir algo, no me importa parar.

    Ese día hizo calor, hacia el mediodía el sol apretaba bastante, así que estrené mi sombrero explorador y me sentí como un viajero de mundo, oigan.  Una rodilla me empezó a molestar, entonces paré en Mimizan, pedí algo de hielo en un bar y me hice una sesión de frío en las dos rodillas, como me enseñó mi fisio.  A las 3 de la tarde abrieron la Oficina de Turismo y descubrí lo bien que se lo pasa uno en las peores horas de la siesta, en el fresquito, conectado a internet, mandando esos mails para la familia y cargando todos esos chismes que se llevan.  Amén de planificar algo de la ruta, preguntar por cámpings o lugares para acampada libre.  De esto último es notorio que, aunque no pueden dar información porque oficialmente está prohibido, acaban siempre apartándose y dándote algunas recomendaciones.  Esto ha sido general, en Francia, Bélgica, inclusive ¡en Alemania!

    Seguí mi camino sin saber donde pasaría la noche, pero viendo que había muchos lugares donde uno podría quedarse sin problema: el camino era menos poblado ahora, pinares, accesos a playas con sus párkings y zonas de descanso.
    En Gastes, un pequeño pueblo frente a un lago, encontré el lugar ideal.  Un Camping-Car de esos que están sin vallar y las vans tienen que coger ticket como en cualquier párking y les cobran por día.  Alguna comodidad de baños, duchas y lugar para lavar ropa o vajilla.  A las tiendas de Hikers y Bikers, si salen por la mañana, nadie les controla.  Incluso yo acampé al lado del párking y aproveché unas mesas de picnic, para la cena.

    El lugar era muy sereno, como son esas lagunas de interior de las Landas, frente a un embarcadero donde se aburrían las barcazas, al lado de la playa.

    Preparé la acampada y me fui a disfrutar del atardecer.  Luego me hice mis macarrones, y al final me tomé un te de menta reclinado en mi súper reposera hasta que hubo que encender el frontal para entrar en la tienda, y a dormir.  Ni pastilla me hizo falta esta vez.


    Un par de fotos tengo, del día siguiente secando la condensación de la tienda.  Atrás se ve la zona de Cámping Car.
    Me quedé fuera porque, según se ve, estaba mejor, pero al día siguiente me dí una ducha y lavé los cacharros en los servicios del párking.
    Ya sé, la ducha debí habérmela dado al llegar, pero es que no me apetecía perderme el paseo por la playa.  Unos pañuelitos húmedos y ya está, por una vez.

    ¡Otra día durmiendo por el morro, como mola!






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    Publicado hace 8 años #
  16. impresionantemente chulo!!!

    Publicado hace 8 años #
  17. Un relato supermajo,

    ya se que no hay que ser tan egoísta , pero........!!!!!ya estoy avido del siguiente capitulo¡¡¡¡¡

    lo se , lo siento,cuando se pueda,ya se pondra

    Publicado hace 8 años #
  18. Lo que se aprende de uno mismo viajando de esta forma.....

    Publicado hace 8 años #
  19. Jeje Tachi ya leo que sigues distrayendote, bueno espero que mis reprimendas te sirvieran para recordar de vez en cuando que hay que circular por la dercha, ya se que eso solo lo haces en pistas sin trafico o carreterillas con poco transito pero estas ultimas pueden darnos un susto.

    Se nota que eres ya un gran viajero, que poco te ha costado remontar el vuelo.
    Me uno a tus seguidores.

    Publicado hace 8 años #
  20. 14 de Junio

    Este día fue fantástico.  A no mucho de arrancar por la mañana, encontré una playa preciosa por Biscarrose y decidí tomarme un día de playa.  Desempaqué y me puse a lavar la ropa, colgarla, luego preparé algo de comer y me pasé unas cuantas horas de relax en la playa.  Ya que no había hecho día de descanso, al menos que sea un día en la playa.
    Las fotos las puse en una anterior entrada, no las repito.

    Me propuse seguir hasta la Duna de Pilat y acampar por esa zona.  
    No he dicho nada de lo rompepiernas que es el recorrido por las dunas, en esta etapa ya no daba más realmente, así que el descanso vino muy bien.

    La tarde fue dura de pedaleo, pero estaba muy recuperado, así que llegué a la duna en menos de lo que había pensado.  Até la bici y me subí los nosecuantos escalones hasta divisar el mar.  El atardecer ahí es muy especial, el cielo cambia los colores permanentemente, la bruma borra el horizonte, todo se vuelve violeta al final, es muy bonito.  
    Unos italianos que habían prometido festejar con champán vaya usted a saber qué éxito, me pidieron que les saque una foto, acto seguido desembolsaron las copas y brindé con ellos.  Este día prometía, lo sabía yo.





    Ya puestos, me propuse acampar en donde sea, estaba lanzado, 'para Arcachón' me dije.  Ya bien tarde, pregunté por donde podía acampar para pasar la noche y me indicaron un bosquecito muy tranquilo y escondido, frente al club de tenis:  A ver si puedo poner un link con la ubicación justa:


    Armé la tienda con las últimas luces, preparé la cena de noche, con el frontal, escondido.  Y sin té de menta siquiera, muerto de sueño, me quedé frito hasta las 6 de la mañana del día siguiente. 


     foto:




    Esto ya iba sobre ruedas.  Mañana más


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    Publicado hace 8 años #
  21. Genial!


    El enlace funciona perfectamente. El bosquecito queda al sur de las pistas de tenis. Le das al zoom..... un poco más..... Jopetas! Si hasta se ve tu tienda al lado del pino canijo! 


    Publicado hace 8 años #
  22. Como ha cambiado la cosa desde el primer día eh!! Solo leyendote se te ve mas feliz que una perdiz.

    A la espera de la siguiente, muy ameno el relato Tachijardon!!!

    Publicado hace 8 años #
  23. 15 de Junio:

    Ya había empezado a aclarar cuando subí el cierre de la tienda.  Y no señores, no estaba el tío con el hacha esperándome para cortarme la cabeza nada más asomarme.  Estaba rodeado de una hojarasca algo húmeda, gruesa y blanda, que apenas crujía al andar.  Eran las primeras luces y el cuerpo me pedía un café.  Este bosque estaba en zona urbana y pensé que habrían madrugadores con sus perros;  no quería ser descubierto, así que decidí levantar campamento y desayunar luego. 
    He descubierto que no soy miedoso.  Me parece que soy algo atrevido, eso sí, debiera ser quizás más precavido.  No es que sea confiado, ingenuo.  Me refiero más bien a que soy bastante lanzado, y eso me lleva a situaciones si no peligrosas, algo delicadas.
    No pasé miedo por la noche, me dormí sin más, y si escuché algún ruido, supuse que eran pájaros, no bestias rodeando mi tienda, olfateando la presa a devorar.
    ¡Qué va!, cada vez que he sentido ruidos por las noches, me he dicho, tranquilamente: será un bicho porái.  Punto

    Desayuné frente al mar, sentado en un parapeto.  Es un coñazo esto de metecosas sacacosas de las alforjas; tengo que organizarlo mejor, me he repetido -constantemente- todo el viaje.  Al final he mejorado bastante, pero sigue siendo pesado, tanto rebuscar cosas, esparcirlas, recogerlas, verificar que no te dejas nada, y seguir.  A veces solo por un simple café.  Pero bueno, pensé, es el peaje que hay que pagar si uno quiere desayunar justo aquí, frente a esta playa vacía, viendo como aparece algún caminante por la playa o siguiendo una barcaza que quizás vaya a pescar, quién sabe qué, ni dónde, allá a lo lejos.  
    Estuve luego por el pueblo de Arcachón, recorriendo sus playas, hermosas, amplias.  Es cierto que era un lunes, muy temprano y estaba vacío.   Habría que ver esto atiborrado de gente atascada en sus coches rumbo a la playa.  Sería otra cosa, claro.



    Hay un barco que te cruza a Cap Ferret, y puedes seguir por la costa ahorrándote rodear la laguna de Arcachón.  Aunque no toda, porque la laguna es casi triangular, y para rodearla tienes que hacer 'dos lados' y desde Cap Ferret te tocaría pedalear el 'otro lado', con lo cual, tampoco ahorras mucho.   Y cuesta 13,50 € con la bici.
    Además, el recorrido alrededor de la laguna alguna cosa tendrá para descubrir, ¿no? 
    Así que me acordé 'Amanece que no es poco' y su fantástico personaje Ngé, que caminaba en zigzag porque así se tarda más en hacer el recorrido y se sabe mejor donde va uno, y me fui, gratis, pedaleando la gran vuelta.

    El día prometía mucho calor, la salida de Arcachon fue muy bonita, por la costa, pasando por zonas de viveros de ostras, puertos pesqueros vacíos, naves desgastadas y luego, un sinnúmero de urbanizaciones y poblaciones rodeando la laguna.  El segundo lado consistía en una recta infinita, plana, que sigue el trazado de una antigua vía de tren.  

    Me paré en Adernos les Bains, en su 'Médiathèque', escrito así, con dos acentos; estos franceses no se cortan al acentuar, ponen más de uno si interesa.
    Me gustan las bibliotecas, me reconozco usuario, defensor y fan.  No es que sea un gran lector, claro que leo, pero también me gusta revolver, llevar, consultar... Hay quién dirá 'Mucho ruido y pocas nueces'... bueno, algo de eso tenemos los argentinos, sí.
    La biblio estaba fresquita y con unos sillones mullidos frente a las ventanas que daban al parque.  Me puse a leer los mails y cuando quise acordar me había quedado frito.  Una delicia.  Y gratis.  El placer de la gratuidad me viene de mi origen catalán, ya explicaré más adelante.

    El resto del día fue pedalear muy tranquilo por la aburrida vía verde hasta llegar a Arés, donde me topé con un Intermarché gigante y decidí bañarme por el morro en los aseos.  No salió mal, pero tengo que mejorar.  Estoy desarrollando una técnica que permita bañarse completamente en un baño de minusválidos, en 5 minutos, sin dejar rastro.  Para bañarse en invierno, especialmente.  Ya contaré también, pero adelanto que hay que tener algo de jeta, y mi origen argentino con arraigo madrileño me lo confieren.  
    Es lo que tiene ser inmigrante, y multinacional, que uno se va formando, y si se es lo suficientemente inteligente, se puede ir cogiendo 'la mejor parte del norte y la mejor parte del sur', como decía de los pájaros el papá de Binta, en el corto de Javier Fesser.  (Y que recomiendo,  https://vimeo.com/60326863)

    Ya saliendo de Arés, la velodysée se mete de lleno en un bosque tupido, una recta larga con masa boscosa maciza a tu alrededor.  Yo quería pensar en un lugar para acampar, pero por ahí no había ni un claro en el bosque, todo denso de arbustos, árboles... El firme era buenísimo, asfaltado y llano, así que seguí buscando hasta que, en un cruce de caminos, apareció un claro, con un banco de madera donde sentarse, un refugio hecho con troncos, y por donde, más o menos, podía montarse la tienda.
    Esta vez en el medio de la nada, bien metido en el bosque, me propuse pasar la noche.  Estábamos a pocos días del solsticio, no se oscurecía nunca.  Se hizo de noche sobre las once, o más.  Yo tomaba mi té de menta en el silencio del bosque sin pensar en nada, ni siquiera para advertir que era la primera vez que vivía esto.  Solo, en el medio del bosque, frente a un gran claro, esperando que se haga de noche y disfrutando de la naturaleza y la soledad, sin pensar siquiera.
    Ahora, mientras escribo, recuerdo aquel momento y advierto su hermosura, entonces ni eso.

    Reconozco que estas crónicas, algo reflexivas, hacen el papel de continuación del viaje.  
    Y sé que escribirlas y compartirlas es parte de mi viaje.  Redondean, completan.
    Así que ahí van, para el que las quiera oir, que oiga.

    Mañana más.




    Esto es, exactamente, aquí:


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    Publicado hace 8 años #
  24. Cómo que "mañana más..."? Pero si es mediodía! Venga, Tachi, sigue contando...! 

    Publicado hace 8 años #
  25. Me parece estar allá ,en el bosque ,en el mar.

    La visita del señor del hacha es tan poco probable como una estampida de ñúes

    Publicado hace 8 años #
  26. Usted sabrá, señor Pau, que para ejercer la vagancia como dios manda, hace falta tiempo.
    Tiempo para no hacer nada, me refiero.
    Y ya es más del mediodía, si no me pongo a hacer el vago ahora, se me pasa el día.

    Encima estamos en verano, y yo solo en casa.

    Publicado hace 8 años #
  27. Tachi, buena cronica, buen viaje y con puntos de humor elaborado....me esta gustando,,,

    Pura envidia, un poquito sana solo ...
    gracias

    Tonilupe

    sonrie, disfruta, el tiempo pasa... http://tonilupe.blogspot.com.es/
    Publicado hace 8 años #
  28. 16 de Junio.


    Quien piense que la Velodysée en Aquitania es facilita, que se vaya olvidando.  Es bastante rompepiernas, y para un principiante en una bici tan cargada como iba yo, ni les digo.
    El recorrido después de Arés, se mete de lleno en el Parque Natural de Las Landas de Gascuña, por el medio de un bosque protegido, creado por el hombre, como en toda la Aquitania, para consolidar las dunas y hacer la zona, antiguamente pantanosa, explotable y cultivable.  Antes el personal andaba en zancos, ahora vamos en bici, tan tranquilos, entre sus bosques de pinos para explotación maderera.
    Esta parte es preciosa, la masa boscosa es muy apretada, salvo los cuarterones recién talados.  Convengamos que no hay ningún puerto, son solo subidas y bajadas por las dunas, de esas que dices, ¡venga!, un poco más, que ya legamos al collado; y así repetido hasta quedar exhausto.  

    Esa mañana había sido muy organizado para todo, ya sabía dónde meter todas las cosas, no perdía tanto el tiempo.  Por momento me sentí chico experto y todo.  Me pareció que no había tardado nada en salir, sin embargo, desde  que me desperté y hasta la primera pedalada fueron dos horas; y luego no he podido mejorar mucho ese tiempo, si es que no quiero hacer todo apresurado y desayunar atragantándome.  Y que yo, si ya soy una persona tranquila en casa, no veo porqué tendría que ir de apresurado cuando estoy de viaje.
    ¿A vosotros les pasa más o menos igual, cuánto tardáis en recoger, desayunar y partir?

    El trazado era duro y no había descanso, así que mis rodillas finalmente empezaron a sufrir.  He pasado todo un año rehabilitándolas y recayendo luego cuando me excedo en el esfuerzo.  Son rodillas de un 'no deportista', algo endebles, así parece, así que ante la duda si estoy pasándome de rosca, aflojo.
    Me tomé entonces varios descansos contemplando esas dunas boscosas interminables, muy bello.   Pero por la tarde, muy cansado y algo dolorido, decidí desviarme de la Velodysée y entrar en Hourtin Plage, un pueblecito vulgar, sin mas atractivo que su infinita playa, a ver si conseguía algo de hielo para mis rodillas.  En una pizzería, la patrona, muy charlatana, me entretuvo bastante mientras me ponía hielo.  Era una francesa con comportamientos italianos, del sur, una cosa rara; mientras me contaba, gesticulaba mucho, alzaba los brazos, luego se los ponía en la cadera, me miraba y me decía ¿sabes porqué?, y seguía.  Quién sabe, quizás fuese inmigrante.  
    Lo bueno es que estuvo muy acertada al recomendarme dónde acampar.  Me sugirió pedir permiso a los guardacostas.

    Puse en práctica otra de las habilidades que hay que desarrollar en esto de la acampada libre: saber pedir permiso para que te dejen acampar en un predio privado.

    Era una parcela mediana, muy arbolada y bastante urbana, que la comuna tiene acondicionada para socorristas y personal de seguridad que vienen durante la temporada de verano.  Oigan, que a los chicos les pagaban 1800 euracos al mes, 35 horas semanales, que en la practica era turnarse 5 horas al día; alojamiento en tiendas individuales y comidas.  Eran TODOS surferos.  Venían a 'trabajar' y surfear, todo el verano. :lol:

    Por si interesa, subo la posición de la parcela de socorristas.

    Decidí pedirles permiso para acampar con ellos.  Hay que ver lo bien que me sentí, rodeado de chic@s de la edad de mis hijas.  Tan majos todos.  Su generosidad y simpatía conmigo fue deliciosa.
    Miren, que un grupo de chicos te inviten a participar con ellos en su mesa a la noche, es para mí señal de que no soy un especímen borde, que tengo cierto buen rollo.  Eso me gusta.
    Así que hice todas mis tareas domésticas: ducharme, lavar la ropa, colgar, ordenar, cocinar... y por supuesto, tomarme una cerveza rodeado de gente joven.
    No tomé fotos, estaba a la que estaba, relajado, escuchando sus historias y contando de la mía; 'se lo contaré a mi padre', decían algunos, les parecía increíble que fuese mayor que los suyos y que anduviera subido en una bici, 'vagando' por Europa.

    La noche estaba fresquita, apenas una brisa y ni una gota de lluvia.  Con una lata de cerveza puesta, me fui a mi casita, armé la trekker-chair, preparé mi té nocturno y pasé media hora de relax antes de retirarme a dormir.

    Es MUY agradable viajar en bici, así, a lo que vaya saliendo.  No sé por qué, pero me suena que esto engancha.

    Mañana más.

    Publicado hace 8 años #
  29. Gracias por invitar a revivirlo desde la pantalla,es como estar allá.

    Me he hecho adicto de las narraciones que por aqui se ponen ,y no me imagino que me pasaria si me pierdo un solo capitulo

    Publicado hace 8 años #
  30. Han pasado 21 horas desde la última entrega... me imagino que la siguiente está al caer. Verdad que sí, Tachi?? Dinos que sí!! jeje

    Publicado hace 8 años #