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Menuda crónica Lluís!! :lol:
La Illa d´es Bosc me tapa la visión sobre sa Conillera, justo detrás. Desde la playa oigo de nuevo el canto de las sirenas. Voy a guardar la bici y a vestirme el neopreno.
Ya en el agua, me parece estar viviendo un sueño lisérgico,como padeciendo un severo síndrome de Stendhal. Hago un corto desembarco en el Escull de ses Punxes, bordeo la Illa d´es Bosc, hago unos pasos entre rocas para llegar als Picatxos .Aquí hay un cordón de escullos hasta sa Conillera que impiden la navegación. Yo lo paso sin problemas para completar la vuelta al islote y seguir hasta la costa de nuevo para explorar algunas cuevas y rincones inaccesibles. Estoy en un sueño y no quiero despertar.
El cansancio físico y el hambre me hacen volver a tierra.
La magia de la experiencia matinal tenía que tener continuidad por la tarde. Decidí buscar el mejor lugar para ver el ocaso y también pernoctar en ese lugar. Lo encontré. Suite en mi hotel rodante, cena y espectáculo. Un sendero no señalizado me llevaría a transitar al borde del mismo acantilado donde otras personas se daban cita para ver el espectáculo de la puesta de sol con la imponente presencia de los islotes de Es Vedrà y es Vedranell.
No pude resistirme a la típica foto-selfie con es Vedrà de fondo. Disculpen la vanidad.
Las últimas luces del dia.
El nuevo dia amaneció gris, frío y húmedo. Los vinagrillos(dichos así por el sabor ácido de sus flores y hojas comestibles) no abrirían sus corolas al sol y sus hojas en fórma de trébol en forma de tres corazones no me iban a obsequiar de entrada con uno de cuatro. Ha llovido por la noche y los caminos están embarrados. De todos modos mi vista se fija en la Torre del Pirata, enfrente de es Vedrà. Allà que voy con mucho ojo de no descalabrarme,estoy solo, el terreno es abrupto, la roca mojada y sin un trébol de cuatro hojas en el bolsillo habrá que ir con cuidado.
Las vistas desde la torre son impresionantes aun sin las luces y brillos del sol que no veré durante el resto del dia.
Aún buscaré momentos para rodar en bici aunque ni el terreno ni el tiempo colaboren.
Al mediodía hago una ruta a pie para subir por camino hasta el punto más alto de Ibiza, Sa Talaiassa(475). La cima es un lugar feo, con antenas y con un arbolado que tapa casi todas las vistas. Para volver desando el recorrido hecho para el acceso. Pernocto en Sant Josep en el anonimato del aparcamiento municipal.
ARTISTA
De buena mañana me dispongo a disfrutar del último dia en la isla. El tiempo acompaña y, aunque el día no es absolutamente soleado, la temperatura es agradable y me invita de nuevo a embarcar en mi lujoso Cubykayak
Estoy en la playa d´en Bossa. Al fondo se divisa la Vila, Ibiza capital, donde cerraré el recorrido por la isla. El mar como una balsa de aceite y yo no desperdiciando ni un minuto.
De nuevo en tierra firme, limpio y guardo el neopreno y artilugios de navegación para cabalgar la Brompton acto seguido. Estoy en Sant Jordi de Ses Salines, entre el aeropuerto y la capital.
Lo ancestral y tradicional se mezcla con la vanguardia y la modernidad.
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