Vale, yelmo, voy a aprovechar que tengo poco trabajo...
Como regalo de mi 40 cumpleaños mi chico me sorprendió con una estupenda bici doble específica de chica, no os podéis imaginar la ilusión que me hizo:
Las bicis, por problemas de espacio, las guardo en la terraza de casa. Pues bien, unos meses después estaban rehabilitando la casa de al lado, de modo que había andamios en toda la fachada. Tonta de mí, no caí en la cuenta de que si alguien se subía al andamio de mis vecinos, dando un pequeño brinco podrían acceder al balcón de mi casa y coger la bici (hablo en singular, porque ese día, al menos algo de suerte tuve, las plegables estaban en otro lado). Y fue lo que pasó. Al día siguiente iba a salir de ruta, y al ir a por la bici... buffff, esa sensación de impotencia y de rabia por mi estupidez no se la deseo a nadie...
Obviamente puse la denuncia, quedándome con la sensación de que esos policías que escuchaban mi relato con desidia no iban a hacer nada por encontrarla... Así que me puse en acción: puse fotos de mi bici y todos los datos posibles en cuantos foros de ciclismo se me ocurrieron, envié mails a todas las tiendas de bicis de Navarra por si alguien les llevaba mi bici para alguna reparación, no paré de buscar por internet en paginas de compraventa... pero nada. Hasta que un mes después del robo, recibí un privado de un chico que había visto mi anuncio en un foro local de ciclismo, de aquí, de Pamplona. Me dijo que había visto ¡en mi mismo pueblo! a una banda de jovenzuelos con unas bicis, y que una de ellas estaba seguro de que era la mía (es un chico que entiende mucho de bicis y esa Specialized tiene elementos que la hacen bastante inconfundible). Me indicó el lugar en el que solían reunirse, y allí empezaron mis pesquisas. Día tras día, por la tarde, me acercaba al lugar en cuestión, pero o bien no estaba esa cuadrilla, o si estaban no iban con bicis. Hasta que un día aparecieron con ellas y, PUM-PUM, PUM-PUM, PUM-PUM, mi corazón se aceleró al ver que una de esas bicis podía ser la mía, pero estaba cambiada, y no estaba segura. Me acerqué a ellos y, haciendo como que escribía un SMS, les hice una foto con el móvil:
La foto era de mala calidad, pero en el ordenador, ampliándola, quedé convencida de que, efectivamente, era mi bici. Los días siguientes volví a presentarme en su lugar de reunión, hasta que un día aparecieron, todos a pie, excepto uno que llevaba mi bici. Entonces es cuando empezó la "persecución", jejeje. Eran fiestas de Villava (el pueblo está a 2 km de mi casa) y se dirigían allí andando. Yo iba a 50 metros, intentando ser discreta (os confieso que era una banda que, a pesar de su corta edad, me daban miedo), escondiéndome entre los coches aparcados, hasta que llegaron a la plaza del ayuntamiento, en Villava. Allí candaron la bici (y muy bien candada, los "jodíos") y se fueron a disfrutar de la feria, que estaba situada en la misma plaza. Esa fue la mía. Me dirigí rápidamente al ayuntamiento, a la policía local, y les conté la historia. Dos agentes me acompañaron hasta el lugar, comprobaron los datos de la bici con los de la denuncia que les entregué y, con una cizalla, liberaron mi bici y me la devolvieron.
Las fotos de cómo estaba la bici prefiero ni ponerlas, aún me hacen daño: habían decapado el cuadro y lo habían pintado a brocha gorda con pintura negra, habían cambiado manillar y ruedas por otros viejos, habían cortado la tija del sillín, habían destrozado los pedales... Vaya, que me costó resucitar a mi gordita 800 euros, lo que una bici nueva, pero era mi bici, me la había regalado mi chico, y su valor era mucho más elevado que esos 800 euros, tanto material como sentimentalmente. Prefiero poneros la foto de su estado actual:
Y ésta es la historia. Siempre que oigo que a alguien le han robado la bici recomiendo lo mismo: perseverar y colgar fotos en todos los lugares imaginables. Nunca se sabe, puede haber suerte, a las pruebas me remito...