Como ya he comentado, he tenido varias caídas tontas, pero también las he tenido de esas que, una vez ya aterrizado, en lo primero que piensas es en que sigues vivo. Hace unos años, iba con una grupeta de unos 10 colegas haciendo una ruta " pachanguera ". Nos metimos por una camino carretero sembrado de guijarros, piedras y bachetones... de repente nos entró a todos la neura y de ir ciclando despacio y de charleta, pasamos a perder el culo... 25-30 km/h por este camino, y todos más bien apretados, ya que, aunque el camino era ancho, no lo era tanto como para ciclar todos en masa... el caso es que llegado a un punto del camino, teníamos que salvar un gran bache, unos lo consiguieron esquivar por los lados, otros lo saltaban directamente... uno de estos último fui yo, ya que al ir tan agrupados, me encontré con esta única posibilidad, ya que llevaba a ambos lados gente, logré superarlo de un salto, pero con tan mala suerte que al aterrizar no pude esquivar una piedra grandecita que sobresalía del suelo... llevaba gente a ambos lados, y no puede esquivarla, pero tampoco pude saltarla, ya que venia del aterrizaje del salto anterior, por lo que no me dio tiempo a tomar nuevamente inmpulso para saltar. El caso es que pillé la piedra con la rueda delantera, y la bici se me descontroló totalmente. me aferré al manillar intentando no golpear a los dos compañeros que llevaba a cada lado, creo que instintivamente solté los pies de las calas, pues en cuestión de segundo me encontré con los dos pies en el aire y haciendo malabarismos sobre el sillín... en éstas pillé otro bache con la rueda delantera, y fue el que me lanzó de la bici... salí volando literalmente... la bici por un lado, y yo por otro. Aun hoy no me puedo explicar... y ya han pasado unos cuantos años de esta caída... cómo pude reaccionar de la manera que lo hice... y tan rápidamente... sinceramente, aún no lo sé... creo que el instinto de supervivencia es tan poderoso en todos nosotros, que en situaciones donde vemos que nuestras vidas corren realmente un gran peligro, algo se activa dentro de nosotros y nos impulsa ha realizar cosas que serían impensables que pudiéramos hacer en circunstancias normales. El caso es que, cuando me encontraba literalmente volando, lanzado hacia un aterrizaje brutal.... el lugar donde iba a caer estaba cubierto de pedruscos, junto a tres troncos de árboles... logré girarme en el aire, y logré aterrizar de espaldas contra las piedras... por fortuna llevaba mi bolsa de hidratación, la cual lleva una especie de caparazón duro por la parte exterior, y fue toda esa parte la que absorbió el tremendo impacto contra las piedras. Por desgracia no me libré del resto de la caída, y arrastré las piernas y la pantorrilla por las piedras... me desollé las piernas y el costado, y me llevé un fuerte impacto, al revotar en el suelo, contra los troncos, que fueron los que me detuvieron. Me quedé un buen rato mirando al cielo, con todo el cuerpo dolorido, pero sin moverme, me chequeé buscando posibles fracturas... de pies a cabeza, fui centrando mi atención en cada una de mis articulaciones magulladas... practicante no se libró ninguna... me dolían hasta los apellidos... como tuvo que ser la caída que acudieron todos los compañeros de la grupeta, en masa, a por mí, intentando ayudar en lo que buenamente pudieron... apunto estuvo uno de llamar a una ambulancia.
El caso es que, tras un rato en el que llegué pensar que me encontraría mejor si no me levantaba... al incorporarme es cuando el festival de dolores se me hizo patente, pero milagrosamente, la espalda es lo que no me dolía, la mochila había hecho muy bien su trabajo.
Toda esta retahíla viene a colación del comentario que ha hecho Wallebot sobre la protección de la espalda... es cierto que la mayoría de las veces que salimos a montar en bici, nos olvidamos de que la espalda es quizás la parte del cuerpo donde se pueden producir las lesiones más dolorosas, y peligrosas, después de la cabeza... y sin embargo solo nos acordamos de ponernos el casco. Para cubrirse la espalda de posibles golpes, no es necesario ponerse protecciones como suelen llevar los que practican descenso, si no somos de practicar mtb extremo... vamos, el mtb que practicamos la mayoría de los mortales betetetos.... caminos, sendas, alguna que otra bajadita intensa y algún que otro pedregal en modo " pio pio "... una mochila de hidratación creo que es más que suficiente para cubrirse la espalda... eso sí, creo que no sirve cualquier mochila, para mi, la mochila de hidratación ha de ir bien acorchada por la parte que da a la espalda, pues es ese acorchamiento el que se encargará de proteger mejor o peor la espalda. Es cierto que la mochila da calor en verano, y más cuanto más acorchamiento lleve, pero cuando se te presenta una situación en la que la espalda será la que se lleve la peor parte... os aseguro que el calor que pueda pegar la mochila pasará a segundo plano. Yo tuve un amigo, que por desgracia ya no está entre nosotros, que es ponía protecciones en las piernas cada vez que salíamos al monte.
Quizás pueda parecernos excesivo usar protecciones y casco integral para practicar mtb sin grandes pretensiones, pero... como uno no sabe ni como, ni donde, ni cuando se va a caer... quizás fuese lo más recomendable... pero creo que pocos, o muy pocos llegaríamos a ese nivel de autoprotección... pero creo que para practicar mtb, las protecciones mínimas imprescindible sería... el casco, una buena mochila de hidratación, gafas, guantes y calzado ciclista.
Hay que tener en cuenta que la mochila de hidratación, cuando lleva su bolsa llena de agua, esta bolsa también actúa como un cojín. En muchas salidas de autovía o autopista, seguramente habréis visto unos bidones grande de color amarillo amontonados... esos bidones están llenos de agua, para que, en caso de impactar un vehículo contra ellos, los bidones retendrán el impacto, reventando, de esa manera retendrá el vehículo, procurando así que se generen menos daños a los ocupantes del mismo.... pues algo parecido es lo que hace la bolsa de agua dentro de la mochila, reventar, absorbiendo así gran parte del impacto en caso de caída de espaldas. Sí, seguramente nos pondremos como una sopa, y seguramente se moje todo lo que vaya dentro de la mochila, pero muy probablemente nos librará de algo mucho peor, por ello, si soléis llevar mochila de hidratación, y soléis llevar el móvil, u otros aparatos electrónicos, dentro de la mochila... creo que sería una buena idea meterlos dentro de una bolsa de plástico hermética... por si nos vemos en la necesidad de reventar la bolsa de agua
