Pues la verdad es que teníamos cierta incertidumbre en la travesía de Rumanía, y a pesar de que muchos rumanos que hablan español porque están o han estado trabajando en España nos decían que tuviéramos cuidado en donde nos quedábamos a dormir (normalmente hacíamos acampada libre) por el tema de los robos, la verdad es que no habíamos tenido problemas de ningún tipo y habíamos cogido bastante confianza... demasiada confianza. Curiosamente, en el único camping de Rumania donde nos quedamos, dentro de un parque natural creo, y en una especie de islita, con playa incluida, y desde donde en principio sólo se puede acceder en barco (aunque nosotros llegamos cruzando exclusas y pateando en algunos tramos, arrastrando las bicis, porque la senda estaba completamente en desuso, cubierta de maleza y sin ningún tipo de señalización). Además el camping era más bien VIP para lo que se estila en Rumania, donde hay pocas tiendas de campañas y más bien pequeñas cabañitas, como de pescadores que se alquilan, e incluye un tramo de playa y además de tener restaurantes, bares y demás, por la noche tenía hasta fuegos artificiales... podíamos haber optado por quedarnos junto al camping, haciendo acampada libre en la playa donde había muchísimas tiendas de campaña, y pagar 50 céntimos, creo, por el uso de las duchas o servicios de camping, pero por ser el último día, para estar más relajados y para evitar cualquier problema, decidimos quedarnos en el camping, total por un par de euros que nos iba a costar...
En definitiva, que durante toda Rumanía no tuvimos problemas, y fue en este camping del Mar Negro, donde nos las birlaron. Como no había ningún árbol ni poste ni nada parecido en la zona de playa donde pusimos las tiendas, dejamos las bicis cerca de éstas, recostadas en las paredes de los servicios, con dos candados, colocando las bicis al contrario, para amarrar las ruedas delanteras con las traseras, y para más detalle, mi rueda trasera estaba pinchada. Allí no hay coches, y nuestras bicis eran las únicas. Creemos que fue el personal del propio camping que disponen de dos tractores pequeñitos para allanar la arena de la playa o para recoger la basura, y por la mañana cuando pasan, a las 5 o por ahí, las echarían al remolque (porque ya os digo que estaban amarradas con dos candados y no se veían marcas de rodadas o de arrastre), las ocultarían lejos en alguna zona de marisma y a espera a que pasara el temporal, porque estuvimos dando parte a la poli (que también tiene que llegar en barca) y a la embajada, pero esto sabíamos que sólo era derecho al pataleo. Tiene más detalle del último día de pedaleo, desde Constanza, buscando Tulcea, del camping donde nos quedamos, de cómo accedimos a él, y del robo en esta entrada: http://andanzasdeunloboestepario.blogspot.com.es/2012/08/la-ruta-del-danubio-en-bici-amargo-final.html
Pero como te digo, no habíamos tenido ningún tipo de problemas, hasta ese día, justo en el sitio donde menos te lo esperas, en la zonas ya consideradas más turísticas, donde incluso pagamos (aunque sea un par de euros) supuestamente para estar más tranquilos ante cualquier robo y en caso de producirse poder reclamar.. y ya ves de lo que sirvió... También escuchamos cuando nos quedamos en Belgrado que habían robado este verano tres bicis, dos a una pareja de alemanes creo, y otra a un japonés, si mal no recuerdo, pero nosotros en Belgrado sin problemas, y eso que las dejamos amarradas a una cancela a la entrada de un albergue durante tres días. Un saludo...