En estos días de mal tiempo, de algo menos de bici, pero mucha montaña; de lluvia, viento, niebla, nieve y tormentas, me apetece compartir con vosotros (sobre todo para esos que andan muy lejos, durmiendo bajo un techo de tela y de estrellas, tratando de encontrar la verdadera razón del vivir) esas cosas que leo y que me inspiran para seguir en la vida y en el camino. Esas cosas que, como mi bicicleta, vienen siempre conmigo porque forman parte de mi y no las puedo ni quiero olvidar. Espero que os gusten:
Eduardo Galeano. Fragmento de un microcuento:
“El mundo es eso: un montón de gente. Un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y hay gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende”.