Primero de todo, quiero rogaros que aceptéis mis disculpas. Disculpas que vienen de mi vagancia y mi absoluta desidia para subir fotos, últimamente, a este querido foro.
Me niego a tener otra aplicación más en el móvil(Talkpal), y desde luego no estoy dispuesto a escribir entradas desde su minúsculo teclado. Así que esta crónica, será reducida y carente de imágenes.
Al fin logré reunir unos días para realizar una escapada. Que no es del todo "ciclista", pero sí muy cicloturista.
Como expliqué varias veces, mi intención era realizar pequeñas salidas cercanas con mi furgo-camper, pero destinadas a completar rutas ciclistas de todo el día, y así ir conociendo la parte de Galicia que me falta, su interior. Ya que la costa, la tengo muy estudiada y visitada, tras más de 30 años de surfing.
El sábado pasado me planté en el área de autocaravanas de Baralla, muy recomendable. Junto a una playa fluvial, con un paseo a orillas del río Neira, y con agua y electricidad gratuita(gracias vecinos y Concello de Baralla).
Salí de Baralla en dirección a Triacastela, por la P-0503 una carreterita preciosa y sin tráfico, que me llevaría por el valle de Aranza, Villameije y San Xurxo de Vale, hasta el cruce con la LU-636. A los 500m, aproximadamente me desvío a la izquierda, por una pista que asciende al parque eólico de los Montes de Abella ya en el concello de Láncara.
Llevo algo más de 10km y ya 530m de ascensión, y mi estupor es igual por el esfuerzo que por la belleza, tranquilidad y soledad que me rodea. Las montañas de Lugo son un tesoro.
Voy agotado ya...café doble en el "albergue-pensión-parrillada-bar" O Xacobeo y repaso la ruta al solete.
Salgo de nuevo por la LU-P-6201 hasta Becerreá. El ascenso hasta la capilla de Dolores, vuelve a pasarme factura, pero sigo sufriendo feliz. Que belleza de lugares!! Paso por Guilfrei, Armesto, Tortes. Ya en Becerreá decido no parar, y subo por la antigua A6 hasta comenzar la bajada a Baralla.
Este primer día me sitúa y me pone en mi lugar. Son sólo 54km con 1290m de ascensión, y ya estoy cansadísimo. La tarde la dedico a estudiar la ruta del día siguiente(si soy capaz de sacar fuerzas), y a pensar en si con mi peso y edad, es suficiente la preparación que tengo para afrontar estas cosas. Llego a la conclusión de que he de tomármelo con más calma, y hacer más paradas y "turismo". Tengo que ir aprendiendo.
Cambié la ruta, y decidí algo más suave. Iría por Corgo hasta la catedral de Lugo y volvería por el mismo camino.
Serían unos 66km y 700m de desnivel positivo. Bueno, eso es asumible en mis rutas diarias, pero tras el día anterior, resultaría duro, pero realizable.
Esta ruta la preparé también con RWGPS, pero rápidamente y en el móvil. Obviamente al final, los números eran distintos. Sí resultaron ser 66km, pero más de mil metros de desnivel positivo. Así que, aunque lo disfruté, la última subida de 9,5km donde está la central de Leite Río, me machacó.
De la catedral y de la ciudad de Lugo poco puedo decir, que no se haya dicho ya. Yo estuve muchas veces y siempre encuentro "recunchos" (pequeños lugares como escondidos), preciosos. Y las gentes son maravillosas y el comer excepcional...Galicia vamos. Tengo que tirar por lo mío un poco no?
Debido al tute de estos dos días, decido descansar y mover mi casa móvil unos pocos kilómetros, hasta el área de autocaravanas de Ribeiras De Lea. Menos acogedora que la de Baralla, pero con electricidad también (gracias vecinos y concello de Castro de Rey). Paso el día preparando la ruta del día siguiente, y por la tarde paseo hasta la laguna de Caque, un humedal perteneciente a los Humedáis da Terra Cha. Una bonita caminata de pocos kilómetros, unos seis y tiempo necesario para estirar las piernas y pensar en uno mismo. La soledad es lo que tiene.
La carreterilla, como las de los otros días, es solitaria. Apenas un coche cada 15 minutos. Paso la iglesia de Santo Estevo de Loentia, en su cementerio observo un cartel al lado de unos nichos que pone "reservado"...pedaleo algo más rápido y lo dejo atrás contento.
Ya veo el castro al fondo, en un alto(outeiro), como siempre. Qué pasada de bonita la ruta, el día y la compañía. Nadie.
Subo al castro. Tras visitarlo y dejarme asombrado, y he visto unos cuantos, entro en el museo. Espectacular. Recomendadísimo todo. Y la proyección previa, de unos 12 minutos es esclarecedora.
Miro mi bici apoyada en la muralla de entrada mientras como una barrita y bebo agua. Es increíble lo cerca que estoy de casa, y la sensación de aventura que tengo. A mi edad...
Dejo el castro y voy camino a Fonmiñá, que no es donde nace el Miño, pero se confunde habitualmente. El Miño nace el el Pedregal da Irimia, pero fluye subterraneamente hasta Fonmiñá, de ahí el equivoco. Ya había estado en estos lugares varias veces, pero llegar pedaleando es muy distinto.
Continúo ruta hacia Muimenta. Y a los dos kilómetros es donde el GPS me desvía por una pista forestal a la izquierda, y se abren ante mis ruedas unos 22km absolutamente increíbles. Paso por pinares entre colinas de hierba alta de un verde deslumbrante. El sonido de los pájaros carpinteros es continuo. El camino se convierte en pista mínima pero asfaltada, y se ve perderse y reaparecer, serpenteando de nuevo a los lejos, en un continuo falso llano muy agradable de transitar en bici.
Llego a la furgo. Estoy maravillado. Excepto el camino inglés y miles de rutas diarias, nunca había tenido una experiencia así con la bicicleta, pese a haberlo soñado desde hace más de 10 años(que llevo en este foro). Y eso que voy en furgo, y no viajo en bicicleta 100%, pero aún así, es una fórmula que me vale, se adapta a mi vida, y me hace feliz.
Cenando, sentado en la furgo mientras escucho un podcast de cine, recibo una llamada. Vuelvo a trabajar. Me piden que me reincorpore al día siguiente a las 20:00h. En mi situación, no puedo negarme. Se acaba la experiencia.
No me importa. Lo tengo cerca, y las rutas que tenía planteadas, puedo hacerlas en escapadas de fin de semana. Así haré.
Estos cinco días he retomado el gusto por perderme en la furgo, como hacía años que no hacía. Y esto, unido y motivado por mi pasión por la bicicleta, creo que es el comienzo de una nueva etapa.
Sé que dije que sería breve...lo siento.
Siento la redacción, seguramente atropellada y poco clara. Espero tener más ocasiones para molestaros e ir mejorando mis crónicas.
Un saludo y gracias de nuevo a todos los que me habéis ayudado estos años a introducirme en este mundo.
Adoro la bicicleta.