El otro día, al colocar el candado en la bici me lo encontré con esta muesca...
como si alguien hubiera intentado serrar el candado.
Por un lado, me alegro mucho de poder seguir disfrutando de mi bici, pero por otro, como me di cuenta de ello al poner el candado (y no al quitarlo) realmente no se donde ni cuando ha sido, lo que me crea una sensación de inseguridad que hasta ahora no tenía.
Normalmente nunca dejo la bici en la calle, y si lo he hecho, ha sido por un corto espacio de tiempo, de ahí que me sorprenda tanto y me sienta así. ¡Están a la que salta!
En aquel momento se me pasaron varias cosas por la cabeza ¿Comprar otro tipo de candado? ¿Atarla con dos?
Éste me costó pasta y sigue cumpliendo su función, así que no pienso retirarlo, pero no se, la duda sigue ahí...
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