Acabo de regresar de un viaje por el Loira desde Orleans hasta Saint Nazaire. Plenamente satisfecho de casi todo. Pero hay un detalle de la cultura francesa que me ha llamado mucho la atención. No quiero despotricar contra ellos porque me han parecido, a su manera, gente amable y que me ha sacado de más de un apuro cuando lo he necesitado. Sin embargo me ha llamado la atención un tema: su renuencia a ofrecer agua al cicloturista.
Yo, que siempre he rodado por la península, siempre he tenido la costumbre de presentarme con mi botellín en cualquier bar y pedir amablemente que me lo rellenaran. En ningún lugar encontré a nadie que me negara un poco de agua corriente. Pero, en Francia...¡ay! en Francia... No es solo que en todo mi recorrido de 400 kms. no haya encontrado una sola fuente pública. Es que cada vez que me presentaba de esa guisa, el tabernero, a pesar de tener ante sus narices el grifo, en lugar de hacer eso tan sencillo de enjuagar un poco el bidón y rellenarlo, se deshacía en indicaciones para mandarme al baño público al otro lado del pueblo, cuando no me indicaba el camino de "la toilette" directamente; una vez incluso después de haber soltado 7 eurazos por una pinta con gaseosa...En un camino perdido me detuve un momento con el bidón seco y un señor mayor, a la puerta de su casa, me preguntó si tenía un problema. Le pregunté ¿me podría dar un poco de agua? Cuando esperaba que me ofreciera el botijo se encogió de hombros y se marchó.
Al final del viaje crucé la frontera y de regreso en San Sebastián, me hizo gracia ver a una familia francesa refrescándose muy a su sabor en una fuente pública. Me dieron ganas de mandarles al baño, pero me contuve...je,je.
¿Qué opináis? ¿Es una cuestión de negocio? ¿Es cultural? ¿Rige alguna especie de tabú en torno a la sencilla, solidaria y humana costumbre de dar un poco de agua al viajero sediento en el país vecino?
:D 
