RUTA POR EL ESPACIO DE ESPECIAL PROTECCIÓN DEL LINCE IBÉRICO: INTEGRAL DE LA SIERRA MORENA DE JAEN.
Esta ruta conecta la campiña del valle del Guadalquivir con la zona de Despeñaperros. Pasamos desde la Campiña por el Parque Natural de las Sierras de Andújar y nos adentramos en el PN de Despeñaperros. Atravesamos la provincia de Jaén en dirección NE.
Discurre por todo el espacio de especial protección de Lince Ibério. Esta zona es la que mas densidad tiene de toda la peninsula de estas preciadas criaturas. Gran parte de la ruta discurre entre dehesas y un buen ejemplo de bosque mediterraneo muy bien conservado. Dependiendo del transcurso de nuestro viaje la ruta puede ser de dificultad baja, si la hacemos en sentido Jaén (capital), o de dificultad madia-alta si es en dirección El Centenillo.
http://www.bikemap.net/route/434454
DESCRIPCCIÓN:
Saliendo de Jaén usaremos la antigua Nacional 432 que va hasta Bailen. Hoy una carretera en buen estado, poco transitada y con buen arcen. A unos 24 km entramos en Mengíbar. Pueblo de unos 6.000 hab con alguna industria del papel. Tiene una plaza bonita al estilo portificado y un torreón árabe del S. XI. Entramos en el pueblo por el paseo de España y al final, en la estación e autobuses, os recomiendo comeros una rosca de churros en la cafetería del Zambombas, son únicos, con un riquisimo chocolate.....
Cogemos la carretera que va a Espeluy, y a unos 800 m nos desviamos a la derecha, en el parque del pueblo y tomamos una carreterilla llamada del Vereón, que acompañando al Guadalquivir nos lleva a la estación de Espeluy, todo muy llano. Desde la estación nos vamos a Espeluy donde tenemos que ver el bonito y coqueto castillo. Salimos de Espeluy y tomamos de nuevo la carreterilla que nos lleva por una fantastica bajada a Villanueva de la reina. visitamos su plaza que es muy recoleta. Seguimos en dirección Andujar y tras pasar el Río Guadalquivir por un estrecho puente, nos desviamos a la izquierda dirección la Quintería. Esta carreterilla es muy bonita y sin transito. Dejamos esta para tomar un camino asfaltado entre centenarios olivos, hasta toparnos con la autovia NIV, y aqui a la derecha llegamos a un Puticlub que por la zona llaman de "Mi Sangre". Usamos el paso de peatones que cruza la autovía y dá servicio a los camioneros que paran en el otro lado y tiene alguna necesidad sin cubrir. Bajamos la rampa del paso peatonal y seguimos unos 100 m. al frente, y en un cortijo viejo tomamos a la izquierda por el camino casi asfaltado que acompaña al Arroyo Escobar. Tras vadearlo en dos ocasiones, enlazamos esta pista con una carretera llamada de la Parrilla, que nos conduce directamente al santuario de la virgen de la Cabeza. Esta carretera comienza con un fuerte repechón con unas cuvas en lo denominado Molino de la Condesa, antigua hacienda hoy en ruinas. LLegamos a enlazar con la carretera que viene desde Andujar al santuario, esta está mas transitada pero solo la usamos unos 2 km.
Nos detendremos obligatoriamente en un Restaurante llamado Los Pinos, donde preparan unas riquísimas tostadas de jamón. Alli nos tenemos que proveer de agua, ya que en 50 km no tendremos mas sitios donde comprar ni fuentes, solo arroyos que corren, pero eso ya es otro tema.
Tras un buen desayuno, salimos del restaurante y debemos tomar un desvío a unos 100 m. que nos indica "pantano del Jandula". Tomamos esa preciosa carreterilla que discurre por una vía pecuaria llamada vereda del Centenillo. Es un camino asfaltado que con subidas y bajadas se hace muy agradable. Vamos atravesando diferentes paisajes, siempre entre pinares y con una fantastica vista del valle del Guadalquivir a la derecha, y la sierra Mágina al fondo. En días claros se puede ven los picos nevados de Sierranevada.
Cuando alcanzamos las cotas mas altas, entramos en un precioso paisaje adehesado y unas ganaderías de toros Bravos. El asfalto pasa a ser un poco accidentado, es una carretera sin uso ni mantenimiento. Por unas secuencias de subidas suaves y bajadas nos adentramos en una antigua mina de plata llamada Los Escoriales, desde donde parten tres fantasticos caminos. En el tentadero de toros, a la derecha, sale en camino hasta el pantano de la Lancha. Seguimos unos 200 m y se parte el camino. El de la derecha nos conducirá al pantano de Baños de la Encina, y el del medio es el que tomamos, que nos llevará al Centenillo.
El paisaje de dehesa, en este caso es mucho mas salvaje y duro. La ganadería ahora es de reses de carne, caballos y cerdos ibéricos. Vamos por una pista en muy buen estado que mantiene una tediosa subida. Vamos transitando por dehesas y por praderas , subimos suavemente hasta llegar, tras una fuerte subida, al mirador de los Alarcones. Las vistas son muy bonitas. Allí nos pararemos a comer, a descansar y a disfrutar de unas preciosas vistas.
Desde aquí, el camino nos dá un respiro y unas fantásticas bajadas. Si pendientes a nuestra derecha, los grupos de ciervos se nos quedarán mirando, sin recelo, pero si nos acercamos saldrán corriendo, pero sin muchas prisas. A la derecha, el paisaje es en invierno y primavera, de una dureza visual increible. Tajos y barrancos con una serie de contrastes entre verdes, ocres y grises.
Tras bajar y llanear entre praderas de Jara Pringósa (de flor blanca) llegaremos a un coqueto refugio y un mirador, el de Los pastores. Nos adentramos en otro terreno, en un bosque de pinar alto y ya mas al estilo de despeñaperros. Seguimos bajando por un camino, ya asfaltado y pasaremos por dos grandes fincas del Estado, Selladores y Contadero. Transitamos ahora por un paisaje diferente, un bosque mediterraneo denso, grande encinas, robles y alcornoques, arbustos de porte bajo y lentiscos, cornicabras, etc...., alternando con manchas de frondoso pino de repoblación.
Seguimos el curso de una serie de arroyuelos y llegamos a una zona de enormes y frescos alisos. Estos árboles de ribera cubren casi en su totalidad un cantarin arroyo formando un tunel. Ahora, ya con las piernas cansadas nos acercamos al Centenillo. Nos quedan 7 duros km, pero ya vemos las chimeneas de las antiguas minas de plomo. Vemos las montañas de escorias y el pueblo en lo alto. El poblado minero, hoy convertido en casitas de fin de semana que los hijos de los antiguos mineros disfrutan por cesión de la compañía.
LLegamos al Centenillo y en el Casino, bar mas decente de los dos, nos comemos un buen plato de carne de monte. Podemos dormir en un hotel rural y luego, seguir nuestra ruta por varios sitios.
Si seguimos hacia el camino romano denominado El Empedraillo, pasaremos a Castilla la Mancha. Si seguimos a la Carolina, podremos continuar a Aldea Quemada y desde allí continuar por Almuradiel, o seguir por Venta de los Santos a la Sierra de Segura.
os paso unas fotillos
saludos
Andrés