Ando por aquí, leyendo los comentarios que habéis puesto en el tema de mi bicicleta, y como ya no se me ocurren más formas de daros las gracias y deciros lo buena gente que sois y todas esas cosas, me he puesto a escribir –algunos ya sabéis que me gusta escribir- y he escrito un texto que os dedico a todos vosotros. Mientras lo escribía, como en un videoclip, me imaginaba a Slow progresando entre la nieve, camino de Madrid, a victorblanes, dando la vuelta al mundo una vez y después otra vez, a Zinaztli cruzando los Alpes, empapado de nubes y de silencio –¡qué ruta zinaztli, qué ruta!-, a Avo y a Ali en su próximo viaje, a pollo11 –el hombre al que le sonríen los cuadros de las bicicletas-, a Bea –tan… tan especial-, a Sargantana, a Alfonso, a Luisesunico, a Dortoka… y, en fin, a todos y a todas las demás... Lo dicho, que es una maravilla leer vuestras historias y os doy las gracias por eso. Un abrazo y espero que os guste. Mañana lo colgaré en mi blog pero os lo dejo aquí en primicia para vosotr@s. Se titula:
Mi bicicleta espera
Mi bicicleta espera. Espera en el centro del universo. Ella sabe que pronto nos iremos hacia un lugar desconocido. Mi bicicleta calla. Sobre todas las cosas planea su silencio. Ella y yo partiremos cualquier día de estos.
Despacio, a nuestro ritmo lento, atravesaremos puestas de sol sobre campos inmensos. Montañas y desiertos, tormentas, vacíos y silencios… También el tiempo.
Y en nuestro recorrido, cada cosa tendrá su sitio, y todo será perfecto. Los dos iremos juntos hasta un mar infinito, un mar que nadie ha visto, un mar que será el nuestro. Él nos acogerá en sus aguas, como acoge a las aves, los peces, los planetas...
Mi bicicleta espera. Ella sabe que en un punto de ese camino se mezcla en nuestras almas la tierra con el cielo, pasado con presente, lo viejo con lo nuevo, lo leve con lo eterno, y en ese punto exacto se esconden las respuestas.
Mi bicicleta espera; tenemos por delante un largo viaje; un viaje hacia el comienzo, allá donde todas las cosas tenían un sentido. Un misterio que en esa bicicleta podemos alcanzar, porque en sus tubos de metal se esconde todo eso que es mejor y que es más nuestro.