Jajaja, lekim11, me han encantado tus dibujos, eres carne de psicoanalista, que lo sepas
Yo le tengo un especial cariño a un pequeño cuaderno de viaje que llevé durante el Camino de Santiago que hice con mi hermano Patxi, de esto hace la friolera de 21 años... Se trataba de una libretita de ésas de publicidad, de un antibiótico. No parece lo más adecuado para un viaje en bici, jajaja, pero la verdad es que por su formato me venía perfecta para llevarla en el portamapas de aluminio que me fabricó mi hermano Jaime.
Ya entonces era una apasionada de los mapas y los perfiles altimétricos, así que previamente al viaje, gracias a unos rudimentarios mapas, me hice mi propio rutómetro con los perfiles aproximados de cada etapa. Sobre la marcha iba apuntando sobre el rutómetro las fotos que hacíamos para que luego, al revelarlas, fuera fácil identificarlas. Es lo que tenía viajar con un carrete de 24 fotos, ¡igualico que ahora! En esa etapa en concreto, por lo que veo, hicimos tres fotos ¡¡¡guau!!!

. Al final de cada etapa apuntaba también los kilómetros hechos y la velocidad media.
Y en cada página, en la parte de atrás, iba escribiendo un pequeño diario de las etapas. Bueno, más bien eran notas sueltas. Como la letra es bastante mala (escribía por las noches, ya dentro del saco) os lo transcribo lo que escribí de la octava etapa, entre Villafranca del Bierzo y Sarria:
* Piedrafita: lo subimos por la carretera vieja (recomendación de Jato). Llegamos bastante bien, a excepción de 2 desinflamientos de mi rueda (cámara nueva). Los pospoliños nos ofrecen ayuda (solíamos coincidir con los mismos peregrinos cada día, y a todos les poníamos motes, en este caso era una familia ciclista al completo que iban siempre de punta en blanco, llevaban caravana de apoyo).
* Cebreiro: subida puñetera. Comemos en el alto. Hay boda e invitados emperifollados (muy cursis). Tercer melón (con el calor que hacía nos aficionamos al melón, que comprábamos en cuanto veíamos una frutería). Seguimos por toboganes y subimos al alto de Poio, muy puñetero (el postre del peregrino). Bajada larga y peligrosa.
* Triacastella: descanso.
* Samos: sello en el monasterio.
* Otros dos desinflamientos: desesperados cambiamos de nuevo la cámara.
* Sarria: pueblo muerto y albergue ful.
En fin, es un cuaderno de viaje bastante sencillote, pero que para mí tiene un valor sentimental enorme.
¡Bici, bizi, vici!