Ruta en wikiloc con las paradas: https://www.wikiloc.com/bicycle-touring-trails/islandia-junio-julio-2022-122283955
Vídeo de la ruta: https://youtu.be/re_-7-WGvgs
Reykjavik
Todo dispuesto! Después del vuelo Alicante-Keflavik y pagar el suplemento por la caja con la bici para subir al autobús, el conductor nos dejó a cada uno de los guiris turistas, en nuestros respectivos hostales. Fue un puntazo, porque en realidad hubiésemos tenido que hacer un transfer desde la estación central de autobuses. Y con la caja y las dos alforjas a parte, es un fastidio. El rollo fue que al llegar al Kex hostel, a las 3 a.m. (5 a.m. en España) me asignaron una cama ya ocupada, en una habitación llena, en el último piso. Así que tras comprobar el recepcionista que así era, me asignó una habitación más grande y con desayuno incluido para hoy por las molestias. Pues genial!
Hoy el día ha sido para dejar la caja de la bicicleta en un cámping a dos km's, en el que si doblas la caja, te la guardan durante 16 semanas por unos 30€. Espero que doblada, no se resienta demasiado para el viaje de vuelta.
Y luego de comprar tortillas, nutella, fruta y galletas que me suban la moral para lo que se me viene encima los días siguientes, he dado una vuelta por la ciudad en bicicleta, para hacerme la típica foto junto a la estatua del viajero del sol, y algunas fotos emblemáticas.
Esta mañana no tenía claro si ir hacia el norte por la f35, ya que veía mucho viento que venía de esa dirección y cómo descendían las nubes por la ladera de las montañas por las que pasa esta ruta. El sentido común me dicta que no vaya con el viento de frente por una carretera de pista volcánica, pero después de ver las montañas soleadas esta tarde, y de aclimatarme a la ostia de frío de esta mañana, me he dicho a mí mismo: Que coño! Yo quiero ver Geysers ya!
Thingvellir National Park, Iceland
Para ser sincero, el primer día de pedaleo ha sido como esperaba. Otra cosa parecía en las primeras horas, donde el sol me calentaba y apenas hacía viento. El primer problema fue salir de Reykjavik. Y es que la ruta que cargué me llevaba por una especie de autovía con mucho tráfico, pero después de perderme y enganchar con otra ruta que llevaba por si acaso, resulta que he salido de la ciudad a través de vías ciclistas. Luego un tramo de la N1 y a la derecha por la 26 hasta Thingvellir. Más fácil dicho que hecho, porque el viento me lo ha puesto muy difícil para hacer los 50 y pico de hoy, a lo que se suma una carretera estrecha. Ya en el cámping , planto la tienda y todo bien hasta hora de cenar, donde el frío a la intemperie no era poca cosa. Hablando con una pareja de Canadá y Suiza, me han dado unos guantes de lana. Se vé que me vieron friolero! Muy simpáticos. Y nada, ya en mi saco de 0° del decathlon estoy calentito. Espero que lo que aguante, sea la tienda esta noche.
Árbúðir
Ayer fue relativamente fácil. Me llovió bastante, pero equipado como voy para la lluvia, no fue un problema. Me sentía más identificado con las cabras y los caballos que aguantaban la lluvia tan estoicos, que con los de mi especie. Desde el cámping de Thingvellir fue seguir la carretera todo el rato con el único cuidado de ir alerta con los coches, para llegar finalmente al cámping Geysir, que como os sonará, tiene cerca el que dió nombre al resto de geysers. Lo único que hice fue quedarme en la tienda y cenar algo en el sitio comercial que tienen al lado. Cayó un sándwich de cordero en el estómago y a dormir.
Esta mañana, lo primero que he hecho es ir a ver los geysers, que hay varios, para grabarlos y hacer fotos, y luego, de ruta a ver la cascada Gullfoss y tomar algo en el centro comercial que hay allí. Así que luego, aunque con un poco de dolor de estómago, he ido luchando como he podido con la lluvia, las puñeteras cuestas y el fastidioso viento a través de la carretera f35 que no está asfaltada. Lo bueno es que no pasan muchos coches, pero lo malo es que me obliga a dar un poco más de mis pocas fuerzas, hasta el punto de que los últimos 5km se me han hecho eternos. Creía que no llegaba al sitio del cámping Arbudir. Estaba tan hecho polvo que ni he plantado la tienda, y he pedido una cabaña calentita para mí. Así las cosas creo que mañana me quedaré también para recuperar fuerzas, ya que la sopa de espárragos que tenía la mujer responsable del bar me ha dado la vida. Que buenas saben las cosas después de que haya costado tanto conseguirlas!
Hoy estuve todo el día relajado. La mujer del cámping me dejó quedarme en la casita que había reservado, hasta las 18:00, pero a eso de las 17, vi que se acercaba una multitud de caballos transportando a lomos a un gran grupo de gente y decidí plantar la tienda, ya que es más barato y de todas formas me gusta estar en mi saco de dormir. A partir de ahí, me quedé todo el tiempo leyendo en el bar y hablé con una chica pelirroja y con coletas que se estaba bebiendo una lata de 50cl de cerveza. Me contó que era Islandesa y que era guía del grupo que había llegado a caballo. Resulta que hacen una ruta de 6 días que transcurre paralela a la f35, cruzando valles, ríos y pasando cerca de los dos glaciares entre los que estoy acampado en este increíble lugar. Le pregunté si hacía falta cierta experiencia montando a caballo para hacer esa ruta y me dijo que sí, que era necesario porque pasaban por sitios algo complicados. De repente me entraron ganas de tomar clases de equitación. Terminé de cenar agusto mi tercera sopa durante el tiempo que he estado aquí y a la hora de pagar, la mujer sólo me cobró la cerveza. El café de la tarde, el pastel de chocolate y la sopa me salieron gratis, en parte porque le ayudé a retirar un nido de pájaros abandonado en un recoveco del techo, o también porque creo que he sido el único que ha dado buena cuenta de sus sopas durante el tiempo que he estado
Por cierto, me acabo de terminar el libro "La colina de Watership" y me ha encantado. Cuenta la historia de un grupo de conejos que escapan de su madriguera por una visión que tiene uno de ellos "Quinto" de que su hogar va a ser destruído. Los nombres de los conejos son muy graciosos. No olvidaré a Acebo y Pelucón, y cómo el autor te consigue plasmar las imágenes de los conejos y de toda la naturaleza que les rodea. Un gran libro.
Hveravellir
Hveravellir
Uno de los objetivos del viaje cumplido! Hoy me he podido bañar en una piscina geotermal. Habré estado más de media hora tranquilamente recuperándome de los 50km de hoy. Al principio sólo estábamos 4 franceses y yo, pero ha ido viniendo el grupo de ayer de los caballos y se ha ido llenando la piscina. De uno de los tubos salía agua entre 80 y 100 grados y si te acercabas te invadía el caloret faller. Al salir he pasado algo de frío, pero ha sido secarme la parte de arriba, ponerme el suéter, la chaqueta y de repente no he sentido necesidad de cambiarme el bañador, me he puesto la toalla de pareo y en chanclas, a pierna descubierta me he ido a hacer fotos a los geysers cercanos. Una chica con gorro hasta los párpados y bien abrigada me ha parado porque no se lo podía creer. La verdad es que le dije que yo tampoco sabía porqué me estaba sintiendo tan bien y se rió. Será que el azufre de las aguas me dio poderes geoterma-corporales
El cámping se llama Hveravellir, y el precio del baño en la piscina está incluído si acampas. Hoy el día ha sido soleado, aunque un poco ventoso hasta las 15:00. Luego se ha calmado, y por lo menos me ha ayudado a terminar el castigo biker que me estoy pegando. La verdad es que estoy aprovechando para probar cocina islandesa. Ya que voy a cámpings que no son caros, al menos le doy una alegría al estómago.
Húnaver
Ayer llegué al refugio Afangi, pero los del grupo de los caballos lo habían alquilado entero y el responsable me dijo que no podría ni usar el baño. Por lo menos me dejaron acampar sin pagar y más tarde vi a los jinetes galopando. Me hice con mi hornillo dos sopas que llevaba por si acaso y a dormir agusto pero con unos chaparrones interesantes. Por lo que parece, la tienda me gotea aleatoriamente, y una de las varillas ha aparecido con una grieta bastante gorda. La he podido arreglar con cinta aislante, pero no sé lo que durará. Ya veremos.
Hoy, después de unos 50 km en la niebla más profunda casi la totalidad del camino, he terminado la carretera de gravilla f35, lo que significa que me ha cruzado islandia desde sur-oeste al norte. Definitivamente parece más fácil de norte a sur. No aprendo. Al menos me habré puesto ya fuerte para el resto del camino. Pero la verdad que la llegada de nuevo a la Ring Road ha sido muy bonita. Todo verde, campos de pasto para animales, un río grande, casas agrestes... hasta llegar al cámping de Húnaver. Aquí, hoy viernes 1 de Julio, se ha organizado una concentración motera y han estado haciendo el cabra un rato esta tarde. Ya veremos esta noche la que arman.
Akureyri
Otro objetivo del viaje conseguido. Hoy he visto un montón de ballenas! Llegué ayer al cámping de Hauganes, situado en el fiordo más largo de Islandia. La verdad es que quería ir hasta Dalvik, pero con lo empapado de lluvia que iba y viendo que en lugar de 12km me podían quedar sólo 2 hasta Hauganes, pues cambié de planes. Y me salió bien la jugada, porque el cámping está justo al lado de los barcos que parten por la mañana, y pude dejar la bicicleta sin preocuparme mucho, ya que no había demasiada gente. Lo malo malo, fue la cantidad de lluvia que cayó y el viento que hizo desde la mañana hasta las 2 de la noche. Sin parar. No pude ni salir de la tienda, bajo riesgo de mojar el saco, la esterilla y la ropa de cámping si lo hacía. Creo que necesito un poncho para estos casos. De todas formas, al día siguiente, o sea hoy, el tiempo no daba lluvia, y después de enfundarme el mono calentito que nos daban a todos, subimos al barco. No tardamos en avistar la primera ballena y según el guía había 3 o 4 por la zona. Muy buena suerte. Luego en medio del barco sirvieron chocolate caliente y pastas. Muy recomendable la experiencia.
Ahora estoy descansando en en el cámping de Akureyri, la segunda ciudad más grande de Islandia.
Retrocediendo al día que salí del cámping de los moteros de Hunaver, en esa etapa me hice 80km hasta que ya estaba en las últimas y terminé en una guesthouse llamada Engimyri. Brutal, con desayuno y pizza para cenar en el restaurante. En el camino hablé con una pareja de españoles, y luego con otra pareja más mayor, muy simpática. Me comentaban que quieren ir en bicicleta por el sur de Italia con 6 amigos, reservando los hoteles y haciendo unos 40km como mucho. Plan genial.
Y el día siguiente de la guesthouse, fueron unos 60km de los cuales, como dije, 40 fueron soportando la lluvia y el viento de cara, que venía del Norte, infernal hasta Hauganes. Pero al final valió la pena. No hay que olvidar que el sufrimiento se supera siempre.
Laugar Reykjadal
Hoy etapa tranquila de unos 60km hasta Laugar. He salido bastante tarde porque me paré a comprar algo de comida de guarreo y para comer en medio del camino. Al poco de haber salido de Akureyri, me encontré con una pareja de Alemanes que están documentando su viaje alrededor de Islandia. Creo que me enviarán algunas fotos que me hice con ellos. Eran muy simpáticos fuimos casi juntos subiendo el paso de montaña que había que salvar, con un descenso guapísimo para evitar un túnel de peaje por el que no se puede circular. Luego, en el km 50, estaba la cascada Goðafoss, y para llamarse la cascada de los dioses, estaba bien pero no era para tanto. La de Gullfoss me pareció similar. A ver si hay suerte y mañana luce el mismo sol que hoy
Grímsstaðir
Pues resulta que la pareja alemana de ayer, son los que mantienen la web de crazyguyonabike y hicieron un resumen de la etapa en la que se encontraron conmigo. Me pasaron este enlace y alguna foto: https://www.crazyguyonabike.com/doc/page/?o=3d2&page_id=630982&v=4J&src=page_prev
Desde Laugar he podido hacer unos 80km hasta el cámping Grímsstaðir, pasando por el pequeño pueblo Reykjahlíð, donde a los pocos kilómetros se encuentra otra zona de actividad geotermal con sus fumerolas pestilentes pero bonitas. Y a unos 10km del cámping me alcanzó Ullrich, un alemán de unos 70 y pico jubilado que venía sin alforjas de visitar la cascada de Dettifoss. Tenía las alforjas y la tienda en el cámping, y juntos hicimos lo que quedaba hasta él. Antes de llegar, nos topamos con un grupo de chicas sentadas en el suelo, estudiando el desarrollo de la vegetación. Según Ullrich, aquí no hay árboles porque se usaron todos para hacer barcos, pero habría que invedtigarlo. Esta zona es muy volcánica y parece muy árida para que crezca nada. Mañana seguramente salgamos juntos hasta el otro cámping, que debería ser fácil de llegar si el tiempo es como hoy.
Möðrudalur
No luches contra el viento, sé el viento. Frase un poco estúpida, porque vaya locura la de hoy. No sé si Patagonia será igual o peor, pero si supera a lo de hoy, menuda pasada. Hoy he salido pronto, sobre las 7 y media, para intentar evitar las previsiones de viento. El plan era hacer 80km hasta el siguiente cámping, pero viendo lo difícil del asunto y de un buen susto que me he llevado, me he desviado al primero que he encontrado. Pero no me explico cómo he podido ni hacer los 38 km de hoy. Ullrich, salió más tarde que yo, pero tuvo la suerte de que lo recogieran unas italianas en furgoneta y me lo encontré luego en el cámping mientras estaba yo intentando plantar la tienda. Misión imposible. El viento me movía la tela interior en todas direcciones y cuando por fin pude poner la capa exterior, la tienda se me dobló completamente. Me vino a ayudar un hombre mayor Islandés pero le dije que desistía de plantarla. Al final decidimos dormir en la cocina del cámping. Foto que añado. Seguramente mañana hará el mismo tiempo, así que creo que nos quedaremos un día más aquí parados. Más tarde ha llegado una mochilera de Suiza que habla español y que ha tenido que hacer autostop para llegar aquí, y parece que se apunta al equipo a dormir en la cocina. El tema es que, hablando, resulta que había encontrado dos cabañas que parecen sin uso, así que he acabado yo en una, ella en otra y Ulrich en el cuarto de las lavadoras. De polizones totalmente. Aunque no tengo por seguro que no nos acaben echando en medio de la noche. Qué será, será...
Skjöldólfsstaðir
Cuando las cosas parece que van a continuar de la misma forma, va y cambia la situación de un plumazo. Ayer dormimos genial resguardados del frío y el viento en nuestras cabañas okupadas. Era brutal el sonido del viendo chocando contra las paredes y la hierba. Pero nadie vino a echarnos del sitio. Así que sobre las 7 nos levantamos Valeria, Ullrich y yo y nos quedamos en los sofás del comedor del cámping jugando a las cartas sin saber del todo qué íbamos a hacer. Pero viendo que las previsiones meteorológicas no casaban del todo con la realidad (sobre todo por el puñetero viento), decidimos levantar el campamento y continuar. Así las cosas, decidiendo al momento conforme a nuestras intuiciones. Nos despedimos de Valeria, que continuaría su viaje hasta Myvatn caminando y haciendo autostop, y nosotros iríamos en el otro sentido. Así que hicimos los primeros kilómetros con niebla, algo de lluvia e incluso nos cayó algún copo de nieve. Pero de repente el viento nos favoreció, la carretera siguió un desnivel descendiente y el cielo se clareó. En un abrir y cerrar de ojos hicimos los 60km hasta el cámping de Skjöldólfsstadir. Duchados y metidos una hora en una especie de jacuzzi a 50° nos bajó hasta la tensión. Vaya relax.
En el cámping hemos conocido a un chico de Copenhagen, Nels, que empezó la ruta ayer y tiene por delante 5 semanas para recorrer la isla. Nuestro consejo fue: no planifiques mucho, ve día a día y no subestimes el tiempo. Aquí en Islandia no hay otra manera de actuar. Entre cervezas islandesas hemos terminado el día de hoy.
Djúpivogur, Sudur-Mulasysla, Iceland
Ayer fue día de despedida de Ullrich. Se ha quedado en el cámping de Egilsstaðir unos días y luego tomará el barco para visitar las islas Feroe durante 3 días. Ha sido agradable conocerlo estos días, oyendo las historias que contaba. Yo por mi parte, he preferido hacer unos 25km más para llegar al cámping de Stora Sandfell. Con mucho de viento de cara, pero manejable. Aquí he hablado con un chico motorista de Suiza y me contaba que no está siguiendo los planes que tenía marcados porque el tiempo le estaba resultando muy duro. El tío flipaba cuando comprendió que lo que él puede hacer en una hora, a mí me cuesta el día entero y que lo peor no es la lluvia, sino el viento que sopla tan fuerte. La verdad es que no hago más que confirmar con la gente con la que hablo, que no tienen deseos de volver en un futuro. Por otra parte, algo parecido dije yo cuando hice mi primer viaje con alforjas al camino de Santiago...
Hoy, para variar, ha salido nublado, con viento de cara y lloviendo un poco, pero no he ido mal hasta la intersección de la carretera 939, que me evitaba al menos 20 km. Lo único es que había una ascensión a los 560 metros, que era de tierra y que tuve que subirla hasta con niebla. Al menos la bajada era espectacular, con unas cascadas y una falda montañosa propia del señor de los anillos. Así que con 70km en las patas y algo cansado, he llegado al cámping de Djúpivogur, me he duchado y directo al restaurante Framtid a comerme una pizza, una pepsi y un helado bien bueno. Al volver he hablado con un chico de Chicago que decía que se hacía 100km y sin haber cogido casi nunca una bici. Me he quedado de piedra y le he dicho que no me cuadraba, a lo que me respondió que puede hacerlo porque hace maratones. Así que la forma física, la tiene, pero aún así hay que tenerlos cuadrados.
Höfn
"Con dos ruedas centradas, no corta la carretera sino vuela, un biker bergantín". Hoy, saliendo del cámping, ya me pareció que el viento soplaba fuerte, y en efecto. Ha habido tramos en los que soplaba lateralmente y no había quien se mantuviese encima de la bici. Los espacios abiertos son lo peor, porque no hay montañas que te protejan y es un verdadero espectáculo circense el intentar no caer de la bici. Por contra, cuando soplaba a favor, parecía que iba impulsado por la vela de un bajel pirata. Así que he ido a lo seguro y he hecho sólo 35km hasta Höfn con la esperanza de que mañana, el viento aminore. Lo chulo es que prácticamente ya me he recorrido la parte este de Islandia, y voy dirección oeste hacia el final de la aventura. Parece que aún quedan cosas imponentes que ver, como por ejemplo, las tres lenguas del glaciar más grande, el Vatnajökull, que he podido fotografiar al llegar aquí. Mañana debería llegar al lago glacial Jökulsárlón, pero no sé seguro si se puede acampar por la zona. En principio no está prohibido acampar con la bici, pero los Islandeses no ven a los bikers que acampan con buenos ojos. Acamparé asilvestrado o no? Ni yo lo sé.
Ayer llegué a Stafafell después de unos 70km dándome prisa al final para que no me pillara la lluvia, aunque al final lo hizo. Pero más o menos pude hacer el viaje tranquilo y sin problemas. Esta parte es muy bonita por todas las aves que hay, contando con las ovejas y cabras que van por ahí con sus crías.
Hörgsland
La gente a veces es sorprendente. Ayer, después de unos 70km, pude acampar en la gesthouse Gerði, aunque no hay ninguna indicación de cámping (gracias guru maps). Ya por la tarde y preparándome la cena he podido hablar con un chico Taiwanés, Hugo, que decía que se quería hacer el camino de Santiago el año que viene, a lo que le respondí animándole. Él me contó que ya había hecho cicloturismo por UK, Indonesia y Japón y me confirmó que Japón es un lugar muy chulo para hacer cicloturismo. También me hablaba del choque cultural entre europeos y asiáticos, y lo interesante de vivirlo. El caso es que hablando de las distancias diarias que hacemos, me dice que se hace unos 100km al día, pero me quedo de piedra viendo que se los hace en una bicicleta Brompton plegable, ¡¡¡con ruedas de 20 pulgadas!!! Increíble. Y yo muchas veces comiéndome la cabeza en que iría mejor con ruedas de 28" en lugar de 26". Iba con una tienda Hilleberg, de lo más caro que hay. El tío ha venido preparado aquí.
La etapa fue bastante bien, bastante llana, con algo de viento, pero no tan fuerte como el día anterior, y me ha permitido acercarme más a las lenguas del glaciar Vatnajökul. Creo que hoy es el primer día que me siento a gusto en una jornada de pedaleo. Siempre me pasa que la recta final es la que más disfruto.
Y hoy, animado por Hugo, al final me he hecho 130 km hasta el cámping Hörgsland. La verdad es que iba a hacer sólo 65, pero viendo que a las 12:30 ya había llegado, y que hacía un sol estupendo y sin mucho viento, he cogido el toro por los cuernos (red bull por el gaznate) y me he puesto a pedalear. Lo chulo es que he pasado por la laguna glaciar Jökulsárlón, y hasta he podido ver una foca fugaz que se ha metido rápida en el agua. También por el camino había una planicie enorme de piedras volcánicas llenas de un musgo blanquecino que formaban un paisaje espectacular. Y nada, al llegar al cámping, contándonos batallitas. No me recomendó para nada Sudáfrica, pero Japón e Indonesia me animaba a visitarlas en bici. Justo un sueño. Quizá en un futuro...
Hvolsvöllur
Pues otro hito conseguido (creo que ya es el último de lo que quería ver aquí) y gracias a Valeria, que me recordó que en el faro Dyrhólaeyjarviti, a unos 18 km de Vik, se pueden ver Frailecillos. Llegar hasta el faro no fue fácil, porque había que subir durante unos 500m a una pendiente mayor del 10%, pero el esfuerzo valió la pena. Resulta que hay un acantilado enorme, donde los frailecillos se quedan a descansar, y quedan bastante cerca del camino donde los turistas los podemos ver. Estaban allí tan tranquilos. Alguno estaba a 5 metros casi metiendo la cabeza detrás del ala, y a otro se le podía ver con un montón de pececitos en el pico. Verlos me pareció emocionante. Después, el otro punto interesante era la cascada de Skogafoss, la más alta que he visto por ahora, y que generaba un montón de humedad nada más te acercabas. Finalmente, no he encontrado camping donde esperaba, por lo que me he tenido que hacer 106km para terminar el día en Hvolsvöllur. Menos mal que con tres semanas de entreno estoy fuerte. También ayuda que la ruta es plana, no así el viento, que siempre me fastidia.
Sobre el día anterior, me lo pasé entero en la tienda, después de ver que en el camping de Vik no paraba de llover. También aproveché para tapar los respiraderos de la tienda con cinta de embalaje que llevaba, porque se me colaba agua por todas partes. Este es el último viaje de la tienda. No volverá conmigo. Con toda la cinta en la tienda parezco el penas, pero sólo me tiene que durar hoy y mañana.
Y retrocediendo más aún, desde el camping de Hörgsland hasta Vik, nada reseñable, porque me salté sin querer el cañón Fjaðrárgljúfur. Hubiera estado chulo de ver, pero creo que las prisas por el empeoramiento del tiempo me hicieron despistarme.
Así terminan 1400 km alrededor de Islandia que me han llevado por caminos no asfaltados por la f35 a descubrir en primer lugar al padre de todos los Géiseres, a ver la cascada Gullfoss, a pedalear en medio de los glaciares Langjökull y Hofsjökull admirándolos desde la distancia, sentado al aire libre. A tomar el primer baño en una piscina natural de aguas termales en Hveravellir y ver cómo cambia el paisaje de montaña y nieve a otro más verde y lleno de granjas cuando por fin llegué al norte y volví a enlazar con la Ring road. Le siguieron días de lluvia cuando alcancé por casualidad Hauganes, el puerto más antiguo para avistar ballenas. Emocionante verlas y descubrirlas por el sonido de su respiración cuando salen a la superficie. La cascada Goðafoss donde compartí algo de ruta y charla con los alemanes de crazyguyonabike, y fumerolas pestilentes pero imponentes en Reykjahlíð.
También aprendí a no luchar contra lo que no podemos controlar, como el clima. Días de viento en lo que lo mejor es cambiar prioridades, no ceñirse estrictamente a un plan, improvisar y ser flexible. Justo ese tiempo que estuve parado y no pude hacer lo que tenía pensado, acabé conociendo a Ullrich y Valeria, que gracias a su picardía, me salvaron de una noche probablemente horrorosa. Disfrutamos de cervezas con Nels después de un baño caliente en un jacuzzi y luego conocí a un chico de Taiwan muy peculiar.
La parte del sur me dejó impresionado por las lenguas del glaciar Vatnajökull y la laguna glacial Jökulsárlón que se pueden apreciar perfectamente desde la carretera. Me pregunté si son convenientes los tours para recorrerlos, sabiendo el peligro que corren con el cambio climático. ¿No es mejor admirarlos como la gran maravilla natural que son sin alterarlos?
La última parte me dejó también maravillado, con la posibilidad de ver a los frailecillos tan de cerca. Y finalmente, la cascada Skogafoss, con una caída de agua a gran altura y los estupendos baños naturales geotermales de Hveragerði.
Termino este viaje muy contento por todo lo visto y vivido, con sus momentos altos y bajos, que creo que han dejado una huella imborrable en mi retina.