Hola amigos,.
&tarr; PUBLICIDAD (lo que paga la factura)
Hola amigos,.
una buena idea!!
Pues el plazo ya terminó. Será para el próximo año!
Qué suerte tienen algunos, para los que el tiempo pasa tan despacio que ya lleva un año de retraso . A otros, los talludos, nos pasa volando!
La convocatoria de éste año se cierra el 20 de mayo.
http://www.renfe.com/viajeros/cercanias/madrid/relatos2012/relatos_bases.html
Vaya, pinché el enlace del año pasado
Bueno pues hasta el 20 de Mayo hay tiempo. Neuronas a la obra!
Sueño de una mañana cualquiera
Todo empieza con el encanto de una estación de tren, la emoción del inicio de un viaje, el vaivén mecedor del vagón y su leve sonido hipnótico, los paisajes maravillosos de nuestras tierras vistos des de la ventanilla como si de la mejor película se tratara, lo incierto del destino anelado, el entusiasmo del descubrimiento, un dia maravilloso entre amigos, un dia para no olvidar y poder contar . . . lástima que sea un sueño, un sueño de una mañana cualquiera, de un dia cualquiera, renfe no deja subir las bicis al tren.
99 palabras que no servirán de nada. Además, es mentira, si dejan subir las bicis en cercanias . . . Así que nada, a renfe ni agua (pero me ha hecho gracia...)
vaya, 99 palabras son muy pocas. nunca he escrito nada pero quiza lo intente.
He tenido que sudar tinta para no pasarme. Igual vale también para otro hilo paralelo.
Viaje astral
Eso de irse a dormir, partirse en dos, y que tu mitad que no ronca salga disparada hacia los lugares más exóticos, lo vengo haciendo yo despierto desde niño. Con la bici. Salgo a dar pedales por ahí, cargando lo mínimo, y me siento una mezcla de Ulises, Livingston y Marco Polo. Coronas la cuesta y aparece Shangri-La , la aldea mágica. Doblas un recodo, y una playa solitaria de olas tibias, la primera que divisó Colón. Al fondo de un valle resplandece El Dorado. Cosas de la imaginación y las endorfinas. Pero pasan…
Viaje a lo desconocido
Tres kilómetros desde casa hasta la estación y tres kilómetros desde la estación hasta casa. Siete meses soñando en un viaje que duró los siete minutos que tardó en explicarme el revisor que no podía subir con la bici al tren. Un viaje de seis kilómetros, tres hacia lo desconocido y tres más escondiéndome de la sonrisa humillante los que me conocen en los tres kilómetros de vuelta a casa.
Me han sobrado 25 palabras ... pos ala se las regalo a quien le falten.
Madre mía..... con la experiencia "tan buena" q tenemos casi todos con nuestras monturas viajando en Renfe..... saldrían unos cuentos del género de Terror !!!!
de acuerdo, ahi va. es un poco dramatico. trata sobre una persona mayor, que ve truncada su vida y sus sueños de retiro por la perdida de su amada esposa en un tragico accidente. decide coger su bici, que es lo unico que le queda y salir a buscar el final de su camino. Ya no tengo nada, así que lo dejo todo. Todo. Yo y dos ruedas. Monto mi “dos-ruedas” en “cien-ruedas”. Nunca más “cuatro-ruedas”. Nunca. El traqueteo y la bonita película que pasan por la ventana me hacen dormitar. Casi te toco. Despierto… solo. Una vida de oficio y sacrificio para perderlo todo en un instante. Uno. Un instante, dos volantazos… y despiertas, solo. Fue hace mucho; el tiempo no lo cura todo. -¡¡Fin de trayectoooo!! Aquí empieza mi viaje. Mi último viaje. Amelie, lo siento. Te amo tanto. Ya voy a buscarte. Calma, nervios. Pedaleo.
AMELIE
-… ida, por favor.
ya la he presentado. oye, por probar. deberiamos mandar todos nuestros escritos para hecerles ver que existe una demanda real bici-tren. pues me ha gustado esta experiencia, como he dicho, nunca habia escrito nada. animaos!!!
Atardecer olvidable
Hubiese sido un atardecer maravilloso sin los alemanes y franceses. El sol sangrante muriendo tras los picos y el cielo delicado y sutil. Bicicletas, albergue, charla. Pero estaban allí: erre que erre, dale que dale. Son del norte, no entienden nada. Quinta vez. No puedes subir las bicis a los trenes aquí. Y siguen sin entender. Solo en el regional. Se sorprenden, Sí, parten a horas extrañas. Se miran y murmuran. Si, que sólo seis bicicletas por tren. Les doy lástima. En sus paises si. Ya lo sé. El atardecer agoniza. Bajo en este andén. Esperaré al próximo atardecer.
Enviado al concurso de Renfe,
jo que cracks.... yo me he puesto pero el openoffice sigue en blanco...
Chicos, los relatos están bien, muy bien, pero no vais a ganar, me temo. No me obliguéis a decir por qué. Si queréis tener alguna oportunidad, os sugiero algo así:
Nada más bajar del autobús, el conductor me ayudó amablemente a descargar la bici y demás trastos de la bodega. Como tenía tiempo, me acompañó hasta la estación de tren, donde se despidió efusivamente no sin desearme buen viaje. Cuando el jefe de estación reparo en mí, salió inmediatamente a informarme de que todos los trenes, larga distancia incluidos, ponían a disposición de cualquier viajero, también los ciclistas, un vagón consigna donde encerrar mi montura con seguridad. Con razonable sobreprecio, eso sí ; añadió compungido. El tren no tardó. En punto, como siempre. Mientras el convoy se detenía, el revisor, de sonrisa deslumbrante, saltó para sumarse al jefe de estación en sus esfuerzos para ayudarme a montar. Mientras me acomodaba en mi asiento, desenvolvía el suculento bocadillo comprado en el cuidadísimo y económico vagón-cantina. Me fue meciendo un suave traqueteo y me quedé profundamente dormido.
Jeje... qué buenos!
La ciudad que nunca fue
Aquella tarde, tranquila y soleada, nos dirigíamos camino de la estación de tren, la ciudad nos brindaba su mejor color pero era el momento de abandonarla, otras nos esperaban. Habíamos soñado mucho tiempo con este día, desde que volvimos a España no habíamos vuelto a subir al tren, recuerdo verla brillar de alegría al igual que otros bultos grandes y pesados que esperaban junto a sus compañeros…Minutos más tarde, rodábamos de nuevo por la ciudad, se lo intenté explicar…nunca lo llegó a entender.
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