Con relativa frecuencia, tanto en invierno como en verano, me desplazo en tren con la bici y luego callejeando por Madrid (mi interrogante podrías ser válido para cualquier otra gran ciudad):
Dispongo de una pequeña máscarilla antigases (con dos filtros) y no soy muy constante en su uso (más bien, viaja casi siempre en la mochila). Me gustaría conocer si existe algún estudio con el mayor rigor posible sobre la conveniencia de usarla de modo permanente y los posibles daños a medio y largo plazo que comporta el "tragar" de contíniuo toda la porquería que nos lanzan de frente los automóviles y que pudiera justificar el que no me olvide de colocarla.
¿Algun entendido en el tema me (nos) puede ayudar?