Etapa 5. Cibanal - Salamanca
Como la etapa de hoy iba a ser corta, no había necesidad de madrugar, así que a las 09:05 sonó el despertador y tranquilamente me Levante y recogí la tienda, cargue la bici y a las 10:00 estaba en el bar del camping desayunando. Aquí estuve una media horita hasta que finalmente partí en dirección a Cibanal pueblo(a un kilometro del camping) donde di una vuelta y estuve conversando con un señor, que recogía ciruelas, sobre la buena cosecha de este año. Luego continue hacia la presa del embalse de Almendra, donde descubrí un par de sitios para dormir al raso junto al embalse y comenzó el dique que tiene una longitud de casi cinco kilómetros. Aquí pude contemplar a un lado de la presa el "mar de Castilla" y al otro el supuesto cauce del Tormes, porque no se ve por donde va desde la presa. En mitad de la presa me detuve en uno de los miradores donde apareció un ciclista asturiano llamado Nestor con el que estuve charlando un rato antes de continuar la ruta. Y en dirección a Trabanca iba cuando Nestor me alcanzo y fuimos rodando juntos 3 o 4 kilómetros hasta un cruce en el que nuestras rutas se separaban. Así llegue a Trabanca donde me dirigí a una oficina de Informacion para que me dijeran que ver por la zona y me recomendaron ver el Parque Temático de la Arquitectura Tradicional y una antigua fragua. Me dirigí a ver el parque temático, donde había replicas de construcciones en piedra de corrales, pocilgas y refugios que se usaban en la antigüedad en el campo para proteger a los pastores y al ganado. Luego me dirigí a ver la fragua con la de la oficina de turismo y estaba enseñandomela cuando apareció por allí el antiguo herrero, un hombre de mas de ochenta años, que me explico con mucha emoción y con todo lujo de detalles como funcionaba todo y como hacia las herramientas y útiles que había por allí.
Después me dirigí a la localidad de Almendra donde cogí agua en una fuente. Como no va a haber agua por aquí teniendo el "mar" tan cerca. Después continue hacia Sardon de los Frailes atravesando varias dehesas y en una de ellas pude ver uno de los refugios que había visto en el parque de Trabanca. Aquí en Sardon me puse a comer en un parque que había, pero no pude coger agua ya que la única fuente que había ponía que no estaba tratada el agua y no se recomendaba consumir. Aun así, llene una botella con un litro y le eche una pastilla potabilizadora, por si surgiera la necesidad y no hubiera agua por ningún lado.
Luego continúe hasta Monleros, que era el pueblo donde veraneaba Nestor, y tras dar una vuelta por el pueblo entre al bar a tomarme un par de cocas y rellenar los bidones de agua con hielo. Esta parada me sentó de lujo ya que baje un montón la temperatura corporal, que era bastante elevada debido al calor sofocante que habían, llegando a estar cerca de los cuarenta grados.
Con nuevas fuerzas volví a la ruta hasta llegar a Villaseco de los Reyes donde haciendo honor a su nombre, la fuente del pueblo tampoco echaba agua, y era algo tan incomprensible, ya que estaba el embalse al lado, con lo que no puede ser por escasez, y además en casi todos los pueblos tenían bocas de incendio para los bomberos, que como echaran tanta agua como las fuentes....,
Desde Villaseco hasta Ledesma hay unos diecisiete kilómetros que recorrí atravesando multitud de dehesas ganaderas incluidas alguna de ganado bravo, o eso me pareció. Ya a la entrada de Ledesma, apareció una nueva dehesa para el club de las nueve arrobas, ya que estaba llena de marranos de pata, y lo que no era pata, negra.
En Ledesma, localidad hermanada con Soullans, entre al pueblo siguiendo las indicaciones de Informacion turística(aunque no la vi) y luego hacia el centro donde esta el recinto amurallado en el que se puede visitar el patio de armas en cuya puerta hay un monumento a las nueve arrobas, digo, al verraco. Luego me dirigí hacia la plaza mayor atravesando calles empedradas en las que había muchas casas en piedra muy singulares y en la plaza entre el la oficina de turismo que allí había para recibir informacion de lo que me quedaba por ver, ya que una gran parte ya lo tenía visto. Así me faltaban de ver otra parte de la muralla sobre el Tormes, el Palacio de Don Baltasar de la Cueva y la Puerta de San Nicolas, que era el ultimo acceso existente en su totalidad al recinto amurallado y desde la que descendí nuevamente a la carretera y cruzando el rio Tormes por el puente nuevo, pude observar el puente viejo y la ermita de Nuestra Señora del Carmen para seguidamente continuar en dirección a Salamanca, ya que al final Tonilupe no podía acercarse hasta Ledesma.
Así continúe aguas arriba el cauce del Tormes, pero ahora desde su margen derecha y no desde la izquierda como llevaba el resto del día, encontrandome una señal que indicaba "Baños de Ledesma" y como aquí no había bar para evitar la tentación tuve que mirar pa'lante y acelerar para llegar a Juzbado, donde cojo agua en la fuente y me encuentro el siguiente poema:
LA HORA DEL AGUA
Sabed que esta es la hora del agua.
Merecemos mirarla? Merecemos sus dones?
Acaso solo sea la hora de escuchar su murmullo
y dejar que los dedos discurran extraviados
por su corriente fría.
Llegamos a la fuente y a su estanque
para calmar la sed de no saber,
para callar de una vez por todas
y sentir bien unidos los dos labios
por las hebras de luz de la mañana.
Luego, el rostro ha caído sobre el agua
para abismarse en esa hondura humbrosa
que todo nos lo oculta en su silencio.
Mas al sentir el agua sobre el rostro
se rompe el espejismo.
Sentimos que la carne se estrella contra el suelo
que el rostro ha quebrantado el espejismo
de creer que el secreto
a punto estaba de ser desvelado.
Narcisos derrotados,
nos retiramos hacia atrás vencidos
por ese abismo espeso
de la luz en el agua.
No la toquemos, aunque sea su hora,
contemplemos callados su silencio.
Callar y contemplar el agua quieta,
sentir que solo somos en la paz
del alto mediodía
una fuente de sangre en el jardín.
Antonio Colinas. Libro de la Mansedumbre.
Leido por el mismo autor el día que inauguraron la fuente.
Con agua, ya para el resto del día, continuo hacia Almenara de Tormes donde veo su iglesia románica del siglo XII y su ermita (mas bonita que la iglesia para mi gusto) y continuo hacia Valverdon donde intento comprar pan sin éxito, pero escuchando una sinfonía de Mozart de fondo proveniente del patio de una cercana casa.
Prosigo hasta Villamayor, que por su proximidad a Salamanca se ha convertido en una zona residencial de chalets, pese a tener una iglesia muy bonita y finalmente tras dos rotondas y pasar por encima de una autovia llego a Salamanca, donde nadie de los que pregunto sabe donde esta el albergue y eso que hay varios y finalmente lo localizo a través de Internet y voy hacia el.
Así en apenas diez minutos llego al Albergue Juvenil Lazarillo de Tormes donde me dan una cama en habitación compartida pero que al final estoy yo solo y dejo la bici en un garage donde es el único vehículo que hay.
Me ducho, ceno y doy por concluida la espiral en el tramo de Zamora, a falta de una visita por Salamanca con Tonilupe.