Carretera Austral: Crónica de un viaje entre noviembre y diciembre de 2015
INTRODUCCIÓN
Hola a todos/as
Me gustaría poderos transmitir parte de lo vivido y sentido en este viaje pero soy
consciente de lo limitado de mi capacidad narrativa, así que si consigo algo de
interés por vuestra parte me daré por satisfecho.
Este ha sido un viaje cocido a fuego lento. En el año 2011 empecé a recopilar información y su
fecha prevista debía ser entre diciembre y febrero de 2013 coincidiendo con mi
55 cumpleaños, inicialmente era un viaje de 3 meses partiendo desde Bariloche
(Argentina) y terminando en Ushuaia; al final se ha quedado en un maravilloso
viaje de cinco semanas entre Puerto Montt y El Calafate.
También era un viaje para realizar en solitario y se ha convertido en la mejor experiencia
compartida que un cicloviajero pueda desear. Así que daré comienzo a esta
pequeña narración con un merecido homenaje y el reconocimiento público a una
persona sin la cual este viaje hubiera sido otra cosa, mucho peor en todo caso.
Mil gracias, por empujar cuesta arriba y sufrir cuesta abajo, por los días de lluvia y frío
soportados con una gran sonrisa, por todo el cansancio acumulado, por
administrar los suministros y no permitir que el pelotón muriera de hambre o
cargara víveres como una acémila, y sobre todo por tu cariño, alegría y apoyo.
¡MIL GRACIAS ZUZU!
Empecemos con los detalles operativos: Como parece que de la experiencia acumulada en viajes
anteriores no hemos extraído ninguna enseñanza útil, en vez de un cómodo vuelo
Barcelona – Puerto Montt en clase business optamos por una maratón
aeroportuaria en clase turista con escalas en Sao Paulo, Santiago de Chile con
noche en el aeropuerto incluida y llegada final a Puerto Montt 29 horas después
de partir.
Por lo demás nada especial, tienda de campaña, hornillo (merece un comentario aparte), cacharros
de cocina y ropa de abrigo y de agua para afrontar el clima que esperábamos
encontrar en la primavera austral. Teníamos la experiencia de Noruega y
repetimos (acertadamente) vestuario y equipo. Sólo nos equivocamos en los sacos
de dormir ya que las noches australes resultaron ser más frías que las noches
en el norte de Europa, sea por las diferencias climáticas o por ser primavera y
no verano, pese a que la latitud es mucho menos extrema en la Patagonia
chilena. Sea como sea hubo que comprar tela de polar con la que apañamos unas
mantas que resultaron el complemento idóneo a nuestros sacos (a cambio de más
bulto en las alforjas por supuesto).
Para cocinar nuestros alimentos apostamos por una solución “diferente”, nada de gas, nada de
gasolina, ¡leña!
El Biolite (https://www.bioliteenergy.com/products/biolite-campstove) es un hornillo que funciona con pequeñas ramitas y trocitos de madera, que además permite cargar cualquier artilugio
conectado con USB. Doy fe de su excelente comportamiento, facilidad de uso y
que carga el móvil de una forma eficiente. También tiene sus inconvenientes
claro, como el humo cuando lo arrancas o la madera está húmeda y el requerir
una cierta atención para alimentar el fuego y evitar que se apague antes de que
la comida esté lista.
Este año estrenamos una tienda Vango Spirit 300+, comprada en el foro, y que ha dado un
resultado excelente, habitualmente solemos viajar con una carpa Quechua T2
Ultraligth comprada en Decathlon muy ligera y resistente. Para este recorrido
además de algo más de comodidad buscábamos una tienda con amplio espacio para
dejar el material y poder quitarnos la ropa mojada antes de entrar en la
tienda. Al final usamos el espacio para cocinar, guarecernos del frío y por
supuesto de la lluvia. El precio a pagar ha sido pasar de 2 kilos a 4 y medio,
pensamos que ha sido una buena inversión.
El equipamiento “rodante” fueron las bicis de siempre con el único cambio de sustituir los
neumáticos mixtos por unos de montaña más adecuados para los caminos de ripio.
Buena decisión que nos dió más seguridad en los descensos y mejor agarre en las
cuestas de piedra y tierra sueltas, al final en 1.350 km nos hemos “comimos” el
neumático trasero. Señalar que los cicloviajeros de largo recorrido iban todos
con neumáticos mixtos y aparentemente sin mayores problemas. En el apartado
averías consignar dos pinchazos y una pequeña rotura en una cubierta que
reparamos como si del neumático de un camión se tratara, total nada.
En la documentación que llevamos con nosotros además de pasaportes y tarjetas de
crédito incluimos los horarios de los ferrys, una guía de servicios por población
indicando si tenía camping, tiendas, bancos, etc… y una tabla de conversión de
moneda. En realidad hay muchísimos más servicios de los que aparecen en las webs oficiales y en todos los pueblos por pequeños que fueran encontramos alojamiento y tiendas, poco más eso sí. Notar que en la Patagonia chilena el pan es esencialmente de factura casera y basta con preguntar para encontrar la casa donde se puede comprar y/o encargar. Lo que faltan no son servicios sino pueblos. Cajeros operativos con tarjetas extranjeras muy pocos fuera de las “capitales”.